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Un doloroso pedido de justicia

Familiares de una mujer que murió el año pasado después de someterse a una operación en un sanatorio de la ciudad se presentaron en Tribunales para constituirse en querellantes en la causa que se les sigue a un cirujano y un anestesista.

Los familiares de Miriam Rearte, una mujer que murió luego de someterse a una operación de urgencia por un dolor abdominal en el sanatorio Los Alerces (ex Julio Corzo), de San Juan al 3000, clamaron por justicia ayer a la mañana frente a los Tribunales provinciales de Rosario, después de constituirse como querellantes en la causa por mala praxis médica que llevan adelante contra un cirujano y un anestesista de ese centro de salud. La formalización de la figura jurídica se dio durante una audiencia realizada ante el juez en lo penal Gonzalo López Quintana, ocasión en la que estaban citados también los profesionales involucrados, quienes no se presentaron.

“No vinieron, no formularon oposición. Ahora, el próximo paso será una nueva citación de la Fiscalía y, si vuelven a faltar, se pedirá su detención”, señaló Marcos Cella, representante legal de la familia de la mujer fallecida, respecto de la ausencia de los médicos a la audiencia.

El abogado también aseguró que no van a parar hasta obtener la inhabilitación para ejercer la medicina del cirujano que operó a la mujer y del anestesista que la asistió. Según explicaron los querellantes, sobre los profesionales pesa la responsabilidad de haberle inyectado cefalexina durante una intervención quirúrgica cuando en la historia clínica de la paciente figuraba que era alérgica a ese medicamento.

Una familia destrozada

Miriam era madre de tres hijos: Walter, de 19 años, Milton, de 14, y Luz María, de apenas 2 años y medio. Los sucesos que llevaron a la mujer a la muerte empezaron a fines de noviembre del año pasado cuando “sintió un dolor abdominal”. Según recordó su familia, la noche del 28 de ese mes acudió a la guardia del sanatorio Los Alerces y la médica de guardia le diagnosticó una inflamación en la vesícula, razón por la cual le sugirió operarse de urgencia.

A cambio de la promesa de los médicos de que Miriam estaría de vuelta en su casa a más tardar el 1º de diciembre, agonizó seis días en la Unidad de Terapia Intensiva de Los Alerces en estado de coma. El esposo de la mujer recordó que los médicos le dijeron, tras la operación, que ella había sufrido un paro cardiorrespiratorio y que debieron practicarle Resucitación Cardio Pulmonar (RCP).

Sin embargo, los datos que constan en la historia clínica realizada por la médica de guardia que atendió a la mujer al llegar a Los Alerces estaba asentado que la paciente era alérgica a la cefalexina. También quedó registrado en el escrito que el equipo que la operó omitió el rechazo a dicho medicamento y que le inyectaron una ampolla de dos miligramos de cefalosporina, derivado de la cefalexina.

“Quedó toda una familia destrozada”, dijo ayer Stella, cuñada de Miriam entre lágrimas frente a Tribunales cuando acompañaba a sus sobrinos y al esposo de la mujer fallecida, quien también lloraba sin poder contener el dolor.

“La más chica (por Luz, que tiene 2 años) me da fuerza para seguir adelante”, confesó con los ojos empapados mientras contó que la pequeña “se da cuenta de todo” y que pregunta “por qué no llamo por teléfono a su mamá para que vuelva”.

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