Convicción. Vitalidad. Ganas y pasión por el deporte. Todas estas cualidades resumidas en una sola mujer. Susana Sarco de Acuña se consagró como la mejor del mundo en maratón master con 70 años, en la competencia disputada en Sacramento, California, Estados Unidos.
“Fue una sensación inexplicable. No se puede describir con palabras. Todavía no caigo”, afirmó la maratonista tras la carrera que la marcó para siempre.
Sarco recordó sus inicios y contó: “Hace 11 años que corro, siempre fui muy activa. Cuando era estudiante hice básquet, gimnasia, después fueron pasando los años y siempre decía ‘mañana empiezo’, y bueno acá estoy”.
Casada con Adolfo Acuña, músico dela Rosario JazzBand, Sarco nunca pensó que su vitalidad natural le iba a brindar tantas satisfacciones.
“Me encanta correr, tengo una energía natural. Cuando corro me olvido del mundo entero”, sentenció.
La primera experiencia de Sarco fue en Cuba y a partir de allí no paró más.
Títulos, récords, viajes y satisfacción tras satisfacción marcaron la joven carrera de esta atleta que es un ejemplo de perseverancia y aptitud.
“Nunca tuve que esforzarme demasiado. Las exageraciones agotan. Yo hago lo necesario sin cansarme, es algo nato, algo que siempre estuvo conmigo”.
Como toda deportista amateur, Sarco sufre las consecuencias de tener que poner plata de su bolsillo para solventar los gastos de los viajes. “Con mi marido hacemos cortinas. Este deporte me permitió viajar por todo el mundo y así también después quedo colgada con la tarjeta de crédito”, se sinceró entre risas. Y agregó: “Con el tiempo se fueron acercando un par de espónsors. Soy la única veterana que tiene ayuda”.
La atleta comentó que una de sus mayores satisfacciones es superar en competencia a mujeres menores. “Cuando hago mejores tiempos que colegas de 50 años me siento muy feliz. Me doy cuenta que es lo mío, que todavía puedo hacer cosas interesantes”.
Además de ser la mejor del mundo, Sarco ostenta el récord sudamericano con 3h45m obtenido en Río de Janeiro y se ilusiona con seguir rompiendo marcas.
La experimentada corredora comentó cómo fueron las circunstancias en las que llegó a competir a California.
“Siempre trato de estar un par de días antes de cada competencia, pero a veces por motivos económicos no puedo hacerlo y eso complica luego el desarrollo de la carrera. Por ejemplo en Europa me pasó que perdí un vuelo y llegué la noche anterior a la carrera. Al otro día no pude rendir como quería, como yo sabía que podía rendir”.
Y agregó: “Generalmente guardo las energías para el final, cuando nadie las tiene yo saco ventaja. Y en California fue así. Adelante mío iba una corredora de Trinidad y Tobago, cuando la tuve a una cuadra más o menos (100 metros), empecé a acelerar y veía que toda la gente me aplaudía. Estaba en dudas, pero dije ‘por lo menos habré salido segunda’. Cuando escuché mi nombre no lo podía creer”.
Sarco manifestó que le jugó a favor el horario en el que se disputó la carrera. “Al correr a las 5 fue una ventaja porque las temperaturas son muy altas en esa zona a tarde”. Y contó entre risas: “Los últimos metros los corrí con todos los dedos acalambrados”.
Consultada sobre los objetivos que se había puesto antes de esta carrera, Sarco fue tajante: “Siempre viajo para ganar. A veces se puede y otras no, pero la convicción la tengo”.
Por último, Sarco se mostró agradecida a su familia y a todo el apoyo que recibe diariamente.
“Una vez que gané no me importó más nada. Quería estar con mi familia. Quería abrazarlos, estar con ellos. Si hubiese habido un vuelo en ese momento me lo hubiera tomado”.
Además de su esposo, Sarco se apoya mucho en su hijo Cristian, que es odontólogo y saxofonista como el padre y en su hija Natalia, que bailaba árabe y es profesora de educación física. “Si no fuera por ellos no hago nada”, comentó emocionada.
Por último, Sarco dejó un mensaje para todos aquellos que quieren empezar la práctica del deporte, sin importar la edad: “Me considero un ejemplo, cuando corro le voy dando consejos a los más chicos, me encanta trasmitir mis ganas, siempre fui muy activa, delirante, (se ríe). Todos podemos hacer deportes y lograr cosas importantes, siempre que estemos convencidos”.