Con un impecable trabajo de inteligencia, y un ingenioso y elaborado plan, en la madrugada de ayer se perpetró un escruche a un taller electromecánico ubicado a seis cuadras de la Jefatura de Policía. Entre dos y tres personas ingresaron por los techos y tras cortar cables improvisaron una escalera por la cual bajaron, se hicieron con más de 30 mil pesos en efectivo y se dieron a la fuga en un auto que los estaba esperando en la puerta.
El hecho se registró alrededor de las 2, en Electromecánica Omar, ubicada en avenida Ovidio Lagos al 4500 C. “Quien dio el aviso fue un vecino que llamó a los dueños y dijo que escuchaba ruidos y gritos en el interior de la empresa”, comentó en la mañana de ayer un empleado.
La firma en cuestión posee un inmenso galpón donde se llevan a cabo diversas tareas y también se atiende al público. Para los propietarios de la firma y los pesquisas policiales, quienes ingresaron contaron con datos precisos y “un impecable trabajo de inteligencia previo”.
Voceros policiales indicaron que al menos dos personas ingresaron al galpón tras romper algunas de las chapas que cubren el tinglado, en la parte posterior del negocio, donde también están los cables de alimentación eléctrica y el sistema de alarma.
Según los pesquisas, tras cortar el cableado, lo usaron para improvisar una “escalera de nudos”, por la cual se descolgaron hasta el piso. “Los cables estaban todos juntos, como si fuese un ramillete, y con nudos cada medio metro, para poder hacer fuerza y bajar con mayor precaución. Esto les permitió descender con mucha facilidad del techo; una vez en el interior del galpón, tuvieron el camino allanado”, señaló un vocero.
Los ladrones rápidamente tomaron la administración del lugar, haciéndose con el dinero de la caja registradora, monto que según indicaron los encargados de la firma en sede policial, ascendía a 18 mil pesos.
Pero tras esto, fueron hasta el lugar donde había dos cajas fuertes, una contenía papeles y documentación de interés para la empresa, mientras que en la otra había dinero en efectivo. Solamente tomaron la segunda, que fue arrancada de la pared.
No hay rastros de haber evaluado tocar la otra caja, por lo que tanto encargados de la firma como investigadores policiales coinciden en que contaban con datos precisos. “Quizás las tareas de inteligencia las hicieron al hacerse pasar como clientes, porque acá se atiende a mucha gente”, comentó un empleado del lugar.
Lo cierto es que, con la pesada carga, dejaron los cables colgando y levantaron la persiana que da a la calle. Ese ruido alertó a un vecino, que cuando se asomó vio cómo unas siluetas se subían a un Peugeot 307 color gris y se daban a la fuga.
El hombre no los alcanzó a ver, pero los ladrones cargaron en el auto una pesada caja fuerte donde había al menos otros 15 mil pesos, según refirieron voceros del caso, elevando la suma robada a 33 mil.
“Huyeron en el auto dejando una bolsa con numerosas herramientas, quizás porque al subir la persiana hicieron más ruido del previsto”, conjeturó un pesquisa. Si bien los encargados de la firma llegaron a los pocos minutos, los autores del golpe ya se habían escapado.
El hecho es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 2ª Nominación, a cargo de Alejandra Rodenas, junto con personal de la comisaría 15ª, con jurisdicción en la zona.
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