Pese a la derrota, la calificación para Los Pumas en el debut ante Nueva Zelanda, campeón defensor y el mejor equipo del planeta, es un aprobado. Son varios los motivos: tuvieron un arranque para el olvido cometiendo penales infantiles pero supieron corregir el rumbo en el mismo partido, se concentraron y lograron poner contra las cuerdas a los All Blacks.
Por momentos Argentina fue un equipo muy parecido al que le ganó a Sudáfrica en Durban. Posesión de la pelota, profundidad en el ataque, y prolijo en las salidas y en el traslado de la pelota, las premisas de Hourcade se cumplieron y en esos lapsos de partido, con Senatore como jugador clave, jugaron de igual a igual.
Los Pumas una vez más demostraron que están para cosas mayores, que pueden derrotar a los grandes. Hay que seguir trabajando en los pequeños detalles, como la disciplina, aspecto fundamental porque se le otorgan puntos fáciles al rival.
El primer partido ya es parte del pasado, ahora se vienen tres finales: Georgia, Tonga y Namibia, en esos encuentros Argentina será favorita y tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de salir a demostrar que es superior y que su presencia en el Rugby Championship ha elevado su nivel. En dichos duelos se jugará el pasaje a cuartos de final, el primer objetivo del equipo albiceleste.