El lunes pasado, Claudio Palacín, fiscal general ante la Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad, viajaba en su auto particular por la autopista que conecta Rosario con Santa Fe. Se bajó en una estación de servicios de San Lorenzo para ir al baño, volvió a subir y siguió viaje. Cuando llegó a destino notó que le faltaban pertenencias que había dentro de su vehículo, el cual no estaba forzado. Así descubrió que había sido víctima de una singular modalidad delictiva que consta de un inhibidor de alarmas. Indignado por lo ocurrido comentó su experiencia en una red social, donde se enteró algo peor. Que son muchas las personas que sufren robos similares, y que la modalidad está invisibilizada.
“Después de lo que me pasó me fui enterando de una cantidad enorme de casos similares. Son organizaciones criminales que tienen dispositivos para neutralizar la orden o señal que da el control remoto de la puerta y el baúl de los autos. Uno cree que cerró, pero no”, dijo Palacín ayer en diálogo telefónico con El Ciudadano.
En ese sentido, el fiscal lamentó que siendo una modalidad tan frecuente la ciudadanía no sea alertada por las autoridades: “Esto puede terminar en una desgracia, en la muerte de alguien. Si yo hubiese sabido que existía esa modalidad, no me hubiesen robado”.
Luego, el funcionario judicial cuestionó varios puntos. En primer lugar se preguntó cómo puede ser que siendo un delito que ocurre desde hace años y en todo el país “las autoridades municipales, provinciales y nacionales no alerten a la gente”. Después, enterado de que una semana antes de su robo le había ocurrido lo mismo a un colega suyo en la misma estación de servicios, se preguntó por qué las personas no radican las denuncias, aunque enseguida reflexionó que “el sistema judicial penal está tan colapsado que apenas se investigan los homicidios”.
En su afán de difundir lo ocurrido, Palacín explicó que ese tipo de delito se comete en ámbitos donde la gente presume que está segura. Así, una estación de servicios que está “llena de camiones, autos y movimiento de gente” se convierte en el lugar indicado. “Yo paré en la dársena, en la zona señalizada, creí que estaba seguro. Pero los ladrones trabajan las 24 horas”, explicó luego de indicar que haciendo memoria posó sus sospechas en un matrimonio que tomaba mates al lado de una camioneta, ya que el hombre tenía un vendaje exagerado en una mano. “Y me pregunto si a la gente de la estación de servicios no le llama la atención que haya gente parada tomando mates por más de media hora con 38 grados de calor a las seis y media de la tarde”, prosiguió el fiscal federal.
Mensaje
En un mensaje de red social, Palacín alertó a sus lectores: “Hay bandas de delincuentes que tienen dispositivos que neutralizan y/o anulan el cierre centralizado de los autos. Si uno no está suficientemente atento al bajar del vehículo y accionar el control remoto del auto para cerrarlo y los delincuentes están próximos –aclaro que se mimetizan con el público, por ejemplo de una estación de servicio y simulan ser una familia normal– y te eligen como víctima, anularán la orden de tu control y el vehículo quedará abierto. En pocos minutos te robaran todo lo que tengas en él sin forzarlo”.
Identificados
En marzo de este año, tres personas fueron imputadas de conformar una asociación ilícita dedicada al robo de elementos del interior de vehículos usando un sistema inhibidor de alarmas, a las que les atribuyeron cinco hechos de hurto calificado por el uso de llave falsa u otro elemento.
En esa investigación, que llevó adelante el fiscal Aníbal Vescovo, no sólo se secuestraron elementos robados sino que, a partir de ello, los pesquisas notaron lo mismo que el fiscal Palacín: que hay muchas víctimas que no denuncian lo acontecido, lo que impide conocer con algún grado de aproximación certera las estadísticas sobre este tipo de delito.