Las autoridades chilenas decretaron una evacuación preventiva de parte de la costa central de Chile por riesgo de tsunami tras un fuerte sismo de magnitud 7,1 que remeció el centro del país pero que por el momento no ha causado víctimas mortales.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) «ha decretado la evacuación preventiva de la séptima región» debido a «observaciones de un cierto recogimiento del mar», informó el portavoz del gobierno, Andrés Chadwick.
El director de la Onemi en la región del Maule basó su decisión «en una información de carácter visual de un cierto recogimiento del mar, que no está ratificada por elementos técnicos del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) ni por organizaciones internacionales», señaló Chadwick.
El portavoz del Ejecutivo destacó que la evacuación es de carácter «preventivo», por la voluntad del gobierno de «proteger» a la población de cualquier evento.
La evacuación afecta a unas 7.000 personas, según Rodrigo Galilea, jefe de la Onemi de Maule.
Inmediatamente tras el fuerte sismo de magnitud de 7,1 que remeció el centro de Chile, la Onemi ordenó la evacuación de la costa entre la región de Los Lagos y la de Valparaíso. Sin embargo, minutos más tarde, canceló la orden, luego de que el SHOA descartara riesgo de tsunami.
El sismo de este domingo se produjo en la misma zona que el 27 de febrero de 2010 sufrió un temblor de magnitud 8,8, al que siguió un devastador tsunami, provocando la muerte a más de 500 personas.
La Onemi informó que no se registraron heridos de consideración, solo un lesionado a causa de un accidente de tránsito en la región del Biobío, y según el Ministerio del Interior, algunos heridos cuya cifra no precisó.
«Hasta este momento no tenemos registradas víctimas fatales. Hay algunas evidencias de personas heridas, desafortunadamente sufrieron daños por caída de trozos de murallas», dijo el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.
En localidades sureñas como Talca, centenares de personas salieron a las calles para resguardarse del sismo, que se percibió durante casi un minuto.
En Santiago, el sismo se sintió con fuerza en los edificios de más altura. El movimiento telúrico causó pánico en lugares públicos como centros comerciales, supermercados o el estadio en el que se estaba disputando el partido de fútbol entre Colo Colo y Cobreloa.
En una iglesia de la capital, se registraron algunos heridos por caída de material al interior del recinto. «Estábamos en misa y se desprendió material» y «la gente se asustó y salió», comentó el sacerdote a medios locales.
Muchas personas permanecieron en los cerros frente a la costa, por miedo a una posible crecida del mar tras el sismo, que produjo cortes de luz y congestión en las líneas telefónicas debido a un aumento de llamados.