El 1-0 en contra no marcó para nada lo que sucedió en la cancha. Es que el equipo de Miguel Ángel Russo fue superado de principio a fin por un rival lleno de jerarquía como es Atlético Mineiro. Central sufrió el partido y si bien los números aún le dan como para pensar en octavos de final (depende de sí mismo), en lo que está muy lejos es en los argumentos futbolísticos.
Russo hace rato que no le encuentra la vuelta. Y anoche hasta utilizó un esquema poco habitual con jugadores en lugares donde ya se saben que no rinden. ¿Por qué rendirían justo en el partido ante el rival más complicado del grupo? Y sin dudas, uno de los mejores equipos de la actual edición de la Libertadores
El 4-3-3 que decidió poner Russo en cancha no funcionó. Es más, hasta le hizo el trabajo más fácil al rival. Es que Mineiro aprovechó a la perfección las ventajas que le dio Central. El Galo fue amo y señor de todo lo que pasó en el primer tiempo. El equipo de Milito le hizo la cancha bien ancha a un Canalla que lució muy angosto. La visita tuvo libertad para hacer lo que quiso, la soledad con la que contó Otávio para jugar y hacer jugar fue llamativa. Es que desde los pies del porrudo mediocampista central se iniciaron todas las jugadas de un equipo al que solo le faltó el gol.
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Fatura Broun fue el mejor de Central. El arquero canalla se lució ante Paulinho en dos ocasiones y por él fue que los brasileros no se fueron al descanso arriba en el marcador. Pero el Canalla no solamente sufrió el buen juego del rival, sino que nunca pudo imponerse en el encuentro. No tuvo la posesión, no generó juego y ni siquiera pateó una sola vez al arco. Apenas contó con una aproximación al arco de Éverson.
Un muy mal primer tiempo fue el que hizo el conjunto de Russo. Una primera parte que terminó con la buena noticia de que solamente no fue doblegado en el marcador, porque en todo lo otro el rival fue muchísimo más.
El primer cuarto de hora del complemento fue lo mejor de Central. Pero desde una sola faceta: la de cortar el juego rival. En la de generar juego estuvo siempre ausente. Fueron en esos primeros minutos de la etapa final donde llegó el único tiro al arco: Campaz pateó desviado cuando se jugaban 14 del segundo tiempo tras una maniobra interesante de Módica. Pero rápidamente el rival volvió a tomar las riendas del partido y se hizo fuerte nuevamente.
Los cambios de Russo no incidieron para nada, en tanto que los de Milito sí. La diferencia de jerarquía entre unos y otros fue notoria. El gol de Paulinho decretó una victoria merecida de la visita y su pasaje a la próxima instancia de la Copa. En tanto que la derrota le dejó a Central un dolor de cabeza enorme, ya que si bien la matemática dice que depende de sí mismo hoy al equipo se lo ve muy lejos desde lo futbolístico de poder cumplir el objetivo. Encima Peñarol hizo en Venezuela lo que debió haber hecho el Canalla cuando visitó Caracas. Una noche para el olvido, un sembrado de dudas para lo que va a venir y soluciones que no aparecen.
