Los cumpleaños de Javier siempre fueron particulares. Como a todo capricorniano, nacer en verano y cerca de las fiestas le opacaba la celebración. Recuerda cómo pasó un 17 de enero en la costa celebrando con unos chicos desconocidos de la carpa de al lado y recibiendo de regalo un barrenador que le duró tres días. En la primaria, la fiesta de cumpleaños se hacía antes, en noviembre, o después en marzo para hacerla coincidir con el ciclo lectivo y que los compañeritos puedan ir.
“Crecés desconfiado. Si podés mentir en la fecha del cumpleaños todo es mentira. Te das cuenta de que el festejo es un curro para recibir regalos y estás contento por eso, pero sentís que hay algo raro”, dijo Javier, más conocido como El Niño Rodríguez, a El Ciudadano.
Hace cuatro años el humorista rosarino bromeó sobre su cumpleaños en las redes sociales y cientos de capricornianos se sumaron a contar su experiencia. Así nació el Sindicato de Capricornianos, un grupo que reúne a los nacidos bajo este signo zodiacal con un lema básico: “Una torta y dos regalos”. A través de una página de Facebook, Rodríguez, como “secretario general del gremio”, arenga a los nacidos entre fines de diciembre y principios de enero a reclamar por un festejo digno y saluda a cada cumpleañero en su día. Para cerrar el año zodiacal, harán un gran festejo en Buenos Aires, con música, tortas y regalos para que “los capri” tengan finalmente un merecido festejo de cumpleaños.
“El sindicato es una idea basada en un chiste: los capricornianos tenemos malos cumpleaños porque hace calor, porque estás de vacaciones, porque se junta con Navidad o Reyes. Es algo que le pasa a una persona de cada 12. Cuando vi el éxito y la repercusión que tenía le puse una marca”, contó Rodríguez.
La página de Facebook funciona sólo en diciembre y enero. Tiene 75 mil seguidores y cada publicación la comparten al menos 300 personas que, identificados por la situación, comentan y suben a diario fotos de sus modestas o particulares celebraciones. “Los seguidores se convierten en militantes de la idea y la difunden. El grupo sirve de catarsis y autoayuda. Es una especie de performance de arte digital. Una gran broma colectiva”, contó.
Con una camisa celeste, unos lentes de sol espejados y una pinza “para arreglar a la gente que no le festeja el cumple a los capricornianos”, Rodríguez encarna a un gremialista que todos los días arenga a los compañeros a luchar por un festejo, en mayúscula y con pocos signos de puntuación. “No quería que el sindicalista fuera el Niño Rodríguez. Era más importante el sindicato que la firma. Hablo en plural desde el gremio. La gente cree que tenemos delegaciones. Es como una fantasía”, explicó.
Para Rodríguez los nacidos entre diciembre y enero son “un poco punky”: tercos, reservados, distantes, emocionales y autogestivos. Agruparlos en un sindicato era hacer honor a una de las cualidades principales, la de ser trabajadores. “Participan desde adolescentes hasta adultos, desde una cheta de la política hasta un pibe de una villa. Es raro encontrar un espacio donde puedas hacer un corte que no sea social”, opinó.
Entre las cientos de historias que recibe a diario, Rodríguez recordó la carta de una mujer internada con quimioterapia que le agradeció por devolverle las ganas de festejar. “Más allá del chiste, la persona le puso pila para hacer algo. Me genera amor que alguien que no me conoce invierta tiempo en escribirme una carta de media carilla. Y eso multiplicalo por 300”, contó.
Con el tiempo, y después de pasar una infancia con festejos frustrados, Rodríguez fue adoptando otras estrategias para celebrar el cumpleaños. Una de ellas es irse de viaje. “Antes que despertarme solo, me voy. Tuve que desarrollar una logística para pasar ese día, porque el mundo no te va a dar bola. La gente está en otra cosa en esta época”, agregó.
Este 17 de enero lo celebrará junto con los miembros del sindicato y con todos los que quieran ir en gran fiesta en Buenos Aires.
“Fue una excusa para que un boliche me festeje el cumple”, dice bromeando y alentó a que “los capri” organicen un festejo colectivo en cada ciudad del país.
Humor viral
Entre el Sindicato Capricorniano y el corto “Ni una sola palabra de amor” que Rodríguez dirigió en 2011, el humorista encontró una conexión: son productos virales que identificaron a las personas.
“Hay que estar atento, ver cuándo una idea prende, seguirla, elaborarla y darle tiempo. El corto estuvo dos años pasando por festivales, ganando premios y recién después llegó a las redes. El recorrido y el boca a boca crearon una expectativa que lo convirtió en un producto viral”, explicó.
En cuanto a las redes sociales dijo: “Como la forma es nueva pueden crearse obras nuevas. El laburo en redes te permite eso. Los productos se van modificando y mutando gracias a la interacción de las personas”, concluyó.
Proyectos
Rodríguez terminó el libro “Lucha Peluche 5”, la última recopilación de las tiras de humor que presentará en la Feria del Libro. Mientras publica diariamente en Clarín, en revistas de humor nacionales y españolas, trabaja en el guión y la dirección de su primer largometraje. “Está en ronda de cambios. El cine tiene tiempos más complicados que los de armar una página. Me divierte aprender lo difícil que es hacer una película haciéndolo. La autogestión es algo re capri”, explicó.