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Un Hamlet hierático, enojado con el mundo

Por Miguel Passarini.- Se conoce “Lucía y yo”, con las actuaciones de Analía Saccomanno y Aldo Villagra, música en vivo de Victoria Virgolini, dramaturgia de Romina Tamburello y dirección de Nicolás Jaworski.

¿Será verdad esa afirmación que sostiene que todos los conflictos humanos están contenidos en la obra de Shakespeare? Atravesar la vastedad de su obra dramática es, al menos, un camino posible a la hora de desentrañar aquello que, a modo de desafío, se vuelve una tentación para cualquier artista que decida abordarlo.

Surgido en 2012 del ciclo Cuatro cuartetos que organiza anualmente la Secretaría de Cultura municipal a través del área Artes Escénicas, que agrupó trabajos que, por diversos caminos estéticos-narrativos, indagaron en textos o personajes de Shakespeare, se conocerá esta noche, a las 21, en el Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos) Lucía y yo, acaso el único segmento que, dentro de aquel ciclo, tenía la carnadura para escindirse como obra autónoma.

Atravesada por la lógica de Hamlet, obra emblemática y compleja cuyos conflictos aparecen aquí diezmados con una frescura y originalidad infrecuentes, Lucía y yo cuenta con las actuaciones de Analía Saccomanno y Aldo Villagra, con música en vivo de Victoria Virgolini, dramaturgia de Romina Tamburello (Mujeres de ojos negros) y dirección de Nicolás Jaworski.

“Este trabajo surgió a partir de la convocatoria que nos hizo Cuatro cuartetos, cuya temática del año pasado fue «Sólo Shakespeare». Nos invitaron a participar, como al resto de los equipos, en todos los casos integrados por un dramaturgo, un director, un actor y un músico, y después del trabajo y de las funciones, y sobre todo del buen clima que se generó entre todos, llegamos a la conclusión de que teníamos entre manos una gran posibilidad que tenía que ver con seguir pensando este proyecto como una obra autónoma”, detalló Jaworski acerca de este trabajo que desanda los avatares de Lucía, una joven de veinticinco años, con una vida fácil y cómoda, que un día se despierta “con Hamlet adentro”.

“Hamlet está enojado y pretende que ella lo ayude. Esa es como la génesis de la historia de Lucía, que terminará buscando ayuda en un analista, personaje que recayó en Aldo Villagra, que es un clown y actor local muy talentoso, con el que yo ya había trabajado en El frac rojo. Ahora, el personaje de Aldo es el Dr.Villagra, un psicólogo lacaniano, que a su vez es un hombre compulsivo y neurótico, con severos problemas de conducta”, explicó el director, quien detalló: “Él escucha la discusión existencial de Lucía y Hamlet sin emitir palabra en ese momento. A lo largo de esta excéntrica sesión, Lucía comienza a replantearse, a través de la voz de su nuevo «habitante», su vida entera, hasta entender que, ese personaje quejoso y enojadizo, no hizo más que ayudarla a descubrir sus dilemas”.

“El encuentro del año pasado con mis compañeros Nicolás Jaworski, Analía Saccomanno y Vicky Virgolini fue muy fructífero y comenzamos a trabajar en esa experiencia increíble que fue la primera versión de Lucía y yo. Les propuse, en principio, indagar sobre la idea de un Hamlet enojado con el mundo por todas las veces que había sido calumniado por el arte, la psicología, la teología, y hasta fue tachado como el «primer machista» de la historia por algunas teorías feministas”, adelantó, por su parte, Romina Tamburello, aquí en su rol de dramaturga.

“Se nos presentaba la complicación de que la actriz era una mujer, entonces comenzamos a pensar la idea de una joven de esta época que lo tiene a Hamlet metido en el cuerpo. Luego de una intensa semana de escritura, dado que los tiempos para este ciclo son cortos y eso también forma parte de la propuesta de trabajo, me encontré con Nicolás para hacer la primera corrección del texto. A partir de ahí, comenzamos a ensayar en base a esa primera versión con modificaciones que surgieron en los ensayos”, completó Tamburello, quien agregó: “Cuatro cuartetos fue para todos nosotros una experiencia alucinante porque nos permitió encontrarnos y formarnos como grupo de trabajo. Al terminar las funciones de este ciclo decidimos seguir repesando la propuesta, entonces fue que nació el personaje del psicólogo, ahora interpretado por Aldo Villagra, un hombre neurótico y lleno de miedos que atravesará toda la sesión junto a Lucía para luego quedar expuesto frente al gran Hamlet”.

“El tratamiento estético de los personajes es muy importante en esta puesta debido a que Lucía y Hamlet son dos seres que habitan el cuerpo de una misma actriz (Analía Saccomano). De esta manera, se abordan dos registros de actuación muy diferentes: Lucía es un personaje realista, con toques de comedia, y Hamlet tiene un registro isabelino con una marcada tendencia dramática”, detalló el director, quien agregó: “Sentimos que esta obra se revela como una manera original, al menos para nosotros, de homenajear a Shakespeare que, de hecho, es un autor siempre complejo de abordar. Y aquí intentamos trabajar, también, desde el humor, dado que la propuesta tiene momentos que son verdaderamente desopilantes, sobre todo si tomamos en cuenta que, para muchos, se trata del primer Edipo, un príncipe ambiguo y loco que, por ese malestar eterno que tiene, está enojado con Disney, con Mel Gibson, y hasta con el mismísimo Shakespeare; también por este motivo es que se apropia del cuerpo de Lucía para poder vengarse de todos estos que a lo largo de la historia le hicieron tanto daño. Es por este motivo que Lucía, en un intento por zafar de su presencia abrumadora, hace macumbas, toma ayahuasca, y una serie de cosas para quitarse de su cuerpo a este personaje que la ha poseído”.

Humor y Shakespeare

Lucía y yo se revela como una forma original de homenajear al gran personaje de Shakespeare, a través de una búsqueda dentro de las propias crisis y contradicciones humanas, conflictos morales y dudas que, muchas veces, deben ser dichas por otro para que puedan ser escucharlas, en este caso, apelando al humor. “El humor es el camino que nos disparó este trabajo, y con el humor sentimos que podemos entrarle a cualquier cosa, incluso a Shakespeare; yo estoy convencido de que el humor pude entenderse como una filosofía. Y sobre todo, teniendo en cuenta que el humor apareció en el comienzo de este proyecto y que ahora, con esta nueva versión, se potenció”.

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