Ángel Eduardo Páez encara desde hace 20 años un juicio de filiación para ser reconocido como hijo de un poderoso comerciante tucumano que era el padre de la ministra de Salud de esa provincia, Rossana Chahla, pero denunció que la influencia política y judicial que tendría su media hermana impide poder llevar el mismo apellido.
Páez buscó ser reconocido como hijo de Elías Chahla, un próspero comerciante de la pequeña localidad de Leales, que con el tiempo se convertiría en uno de los más destacados inversores inmobiliarios en tierra tucumana, ya que se contabilizan decenas de propiedades adquiridas por don Elías durante su derrotero empresarial.
Si bien la justicia ordenó no ejecutar la sucesión, la fortuna evolutivamente está siendo enajeda por sus hijas con la anuencia de su viuda, Eugenia Testa, según señalaron desde el entorno del demandante. Semanas atrás pudo saberse que se vendió una casa familiar en Leales, una propiedad de alrededor de 800 m2. En 1999 Páez, interpuso un juicio de filiación, atesoraba la confesión de su madre, que su verdadero padre, era Elías Chahla, con quien mantuvo un romance con apenas 18 años.
La demanda de Páez quedaría registrada como el expediente 3420/19 en el Juzgado en Familia y Sucesiones de la 5° nominación. Extrañamente su reclamo judicial caducaría por inacción de la Justicia. En 2008, Páez volvería a la carga otra vez: reclamaría ser reconocido como hijo extramatrimonial de Elías Chahla y se integraría el expediente 2732/08 en el Juzgado en Familia y Sucesiones de la 9° nominación. Sin embargo, insólitamente el juicio prescribiría nuevamente por igual circunstancia: abandono procesal de sus representantes legales.
La tercera sería la vencida, ya que en 2015, el hijo no reconocido de Chahla caminaría una vez más a tribunales, promovería un juicio de filiación extramatrimonial, expediente 1032/15, en el Juzgado Familia y Sucesiones de la 3° nominación, con Carlos Torino como juez. Las cosas parecen haber mutado un poco, desde que dos miembros de la familia Chahla, presuntamente sus primos, decidieron ayudarlo.
Fernando y Roberto Chahla accedieron a realizarse en 2014 un examen de ADN en el Instituto Manlab de Buenos Aires, prueba fundamental para determinar el parentesco. El resultado fue determinante: los tres comparten la misma línea paterna en un 98%. Tras ese análisis, la historia comenzó a escribirse con letras diferentes.
Las dos décadas de espera de Páez tienen una clara respuesta: el control y la incidencia del poder político en la corporación judicial de Tucumán. Según denunciaron desde su entorno, Rossana Chahla, gracias a sus relaciones muy cercanas con el entonces gobernador José Alperovich, logró adormecer cada intentona de su medio hermano en los estrados tribunalicios. Asimismo, los vínculos de la jefa de la cartera sanitaria no concluyen en Alperovich. A la ministra la une parentesco con uno de los ministros de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, precisaron desde el entorno del demandante.
En el Ministerio que conduce Chahla, trabaja el primo de este miembro de la Corte, y que además, es uno de sus testigos en el juicio, indicaron. El 1º de noviembre de 2017, la Justicia citó a Páez y a las hermanas Chahla (Rossana y María Emilia) para que aporten material genético con la idea de efectuar el examen de ADN, pero ellas decidieron no comparecer y con un escrito pidieron postergar la muestra. El 17 de noviembre el Tribunal que entiende en el proceso citó de nuevo a las partes y esta vez la ministra de Salud se presentaría, aunque se negaría a realizarse el análisis.
María Emilia, por su parte, declinaría asistir aduciendo un tratamiento psiquiátrico, una dolencia que se pondría en duda cuando posteriormente se la observó participar de grandes eventos de la alta sociedad tucumana con total normalidad.
Actualmente, se encuentra la prueba pericial genética en trámite, pero las Chahla, con distintos artilugios legales, siguen dilatando el examen de ADN. Por pedido de los abogados de Páez, se dictó además una medida cautelar ordenando que no se modifique la situación de hecho sobre el cadáver de Elías Chahla, que se encuentra en el mausoleo de la familia. Es que la intención de la medida es que no pueda ser removido.