Un hombre donó parte de su hígado para salvar a su madre, quien sufría una ascitis refractaria generada por cirrosis hepática, en una intervención conjunta y simultánea que requirió dos quirófanos y que tuvo lugar en un hospital público bonaerense.
Se trató de un novedoso trasplante hepático con donante vivo relacionado de lóbulo izquierdo, ya que fue el primero en su tipo en el país. La intervención se realizó en el Centro Regional de Ablación e Implante (CRAI Norte), en el hospital Eva Perón de San Martín.
Cuando Fernando, de 32 años, supo que la única posibilidad para su madre, Eva de 52 años, era un trasplante de hígado de un donante vivo, no lo dudó.
Hace una semana, el hombre se sometió a una cirugía riesgosa, de más de nueve horas, donde le extirparon exactamente 515 gramos del hígado y se lo trasplantaron a su mamá.
Hoy, los dos aún están internados, «en excelente estado», en el hospital de San Martín, según se informó desde la cartera sanitaria provincial. El hígado está divido en dos lóbulos, el derecho comprende el 60 por ciento de ese órgano y el izquierdo el 40 restante.
«Al sacar el izquierdo le dejamos al donante más tejido hepático para que tenga menos riesgo de complicaciones», comentó Adrián Tarditti, presidente del Cucaiba. El especialista explicó que habitualmente se dona el lóbulo derecho porque resulta más sencillo para los cirujanos.
El costo de la intervención fue asumido completamente por la Provincia de Buenos Aires y se estima que en el ámbito privado supera los 250 mil pesos.
«Cuando un hijo realiza un acto de solidaridad tan grande, cuando pone su cuerpo de esta manera, tomamos mayor conciencia de que la donación es un acto de amor enorme y ejemplar», afirmó el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia.
Además, el funcionario destacó que «en lo que va del año ocho pacientes bonaerenses recibieron un trasplante de hígado de donante vivo» y que en total, se realizaron 65 trasplantes de hígado completo en lo que va de 2012.
En el caso de Eva el trasplante fue necesario porque sufría una enfermedad crónica terminal que iba a acabar con su vida en poco tiempo. «Nosotros somos tres hermanos y los tres estábamos dispuestos a ser donantes, pero los estudios dieron que yo era el más apto para hacerlo», contó Fernando desde su cama de internación.
El joven está casado, es cerrajero de bancos y cajas fuertes, y para colmo, hace un mes tuvo un accidente en moto: se rompió cuatro huesos del pie derecho y está enyesado. Ese accidente lo llevó a someterse a la intervención para ser el donante de su madre, aún con la pierna enyesada.
A Fernando no le importó y opinó: «Mucha decisión no había que tomar, no teníamos tiempo y esto es darle vida a tu mamá, doy gracias por poder hacerlo». La familia, que prefirió no dar a conocer su apellido, vive en Lanús y no cuenta con obra social.
Por su parte, el jefe del CRAI Norte, Lorenzo Toselli, explicó que «el estado de gravedad de su enfermedad no permitía esperar un donante cadavérico».
Fue la primera vez que el equipo del CRAI Norte llevó a cabo esta intervención extirpando el lóbulo izquierdo, que en países como Japón o Corea se comenzaron a realizar hace cinco años.
«Lo novedoso es que con esta técnica el donante corre mucho menos riesgo y la recuperación es más rápida», afirmó Toselli. No obstante, estos beneficios vuelven a la intervención bastante más compleja para los profesionales.