Jenes R., un hombre de 48 años con problemas mentales, hizo revivir durante unas horas en Europa el fantasma del terrorismo con un atropello múltiple en Kiepenkerl, en la parte histórica de la ciudad de Münster, en el noroeste de Alemania.
Al mando de una furgoneta, se dirigió contra la multitud que disfrutaba de una terraza muy popular en el centro de la ciudad, causando la muerte de tres personas e hiriendo al menos a 20, seis de ellas en estado crítico.
El agresor, de nacionalidad alemana, se suicidó posteriormente, según fuentes de la Policía. Las autoridades alemanas no encontraron por el momento “ningún indicio” de un atentado terrorista.
El conductor subió a la vereda y arremetió contra los clientes del restaurante Kiepenkerl, uno de los más populares de esa ciudad de unos 300.000 habitantes y conocida por su espectacular catedral gótica del siglo XII.
La asociación con actos de terrorismo cometidos con vehículos fue inmediata y, aunque las autoridades alemanas piden no entrar en el terreno de la especulación, sencillamente hizo saltar las alarmas.
El restaurante Kiepenkerl es punto de encuentro entre los turistas que visitan la ciudad por sus especialidades típicas regionales y su ubicación, en el centro del casco histórico. Münster es, además, una de las ciudades universitarias más importantes de Alemania.
Las autoridades policiales y de protección civil montaron un operativo de control y de seguridad en las inmediaciones del restaurante con un llamamiento explícito a la población para que evitaran esa zona.
“Haremos cuanto sea posible para esclarecer lo ocurrido y para atender a las víctimas y a sus familiares”, declaró la canciller alemana, Angela Merkel.