Marcos Correa tenía 27 años y desapareció de la localidad de Amenábar donde vivía a fines de septiembre, más de dos semanas después su cuerpo apareció mutilado y con signos de extrema crueldad cerca de un basural donde se levanta un santuario a San La Muerte. Una información que llegó en forma anónima a los investigadores alertó sobre el posible autor del macabro hecho que fue detenido e imputado por el fiscal de Rufino, Eduardo Lagos, dos días después de hallado el cuerpo de Correa. Para el funcionario es el autor del delito de homicidio calificado y quedó detenido preventivamente.
«Todo homicidio cuestiona la naturaleza humana, pero tras quince años de ejercer como fiscal y otros tantos vinculados a la problemática penal, no había visto un crimen de los llamados de odio tan aberrante, con tanto despliegue de crueldad hacia un víctima indefensa», le dijo el fiscal Lago al portal diarioelinforme.com.ar.
El 27 de septiembre la madre de Correa tuvo el último contacto con su hijo y dos días después denunció su desaparición. El 14 de octubre su cuerpo fue hallado en un basural de Amenábar envuelto en un pedazo de silobolsa, en lo que aparentaba una tumba cavada en la tierra de aproximadamente un metro de profundidad. El cuerpo estaba decapitado y le faltaba el corazón, contaron desde fiscalía.
La víctima fue encontrada cerca de un santuario de San La Muerte, un santo pagano de origen guaraní que sus devotos veneran cada 15 de agosto. Para los investigadores se trata de un crimen de odio, un ritual de sacrificio humano. Un llamado anónimo dio detalles del lugar dónde estaba el cuerpo y del posible autor del crimen de odio y dos días después detuvieron a Carlos L., de 34 años.
Lo buscaban desde hace 16 días: lo encontraron muerto, enterrado y envuelto en plástico de silobolsa
El sospechoso fue imputado por el fiscal Lago por el delito de homicidio calificado por ensañamiento, alevosía, proceder insidioso y odio religioso. El 20 de octubre fue sometido a audiencia de medida cautelar dónde la jueza Lorena Garini dictó prisión preventiva en su contra por el plazo de ley.
En cuanto a la mecánica del hecho el funcionario dijo “el imputado planificó detalladamente cómo provocaría la muerte de Correa” y agregó que “lo invitó a consumir estupefacientes y, de esa manera, lo engañó para llevarlo a un monte ubicado en las afueras de la localidad de Amenábar, en inmediaciones del denominado ‘nuevo basural’”.
“Luego de que los estupefacientes comenzaron a hacer efecto en el organismo de la víctima, el imputado le propinó golpes de puño y logro tirarlo al piso, le cortó la garganta con un cuchillo para que no pudiera gritar, le hizo un gran corte en el pecho y le extrajo el corazón”, relató Lago. “Finalmente, lo decapitó y lo enterró a metros del lugar”, aseguró. «Se trató de una muerte cruel” dijo e hizo hincapié en que “también fueron crueles las acciones realizadas por el imputado con el cuerpo ya sin vida de la víctima”.
“Nunca, en mis 15 años de ejercicio como fiscal, me había tocado investigar un crimen tan aberrante, cometido con tanto odio y tanta saña. Esto es el mal en estado puro, no es locura, es una opción consciente por el mal”, dijo el fiscal en declaraciones públicas que reprodujo el portal El Faro.
