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Un instrumento de lucha

En los espacios Incaa se verá el documental “Quién dijo miedo: Honduras de un golpe”, que relata la asonada militar que en junio de 2009 puso fin al gobierno democrático del país centroamericano.

La película documental Quién dijo miedo: Honduras de un golpe, que relata la asonada militar del 28 de junio de 2009 que puso fin al gobierno democrático de Manuel Zelaya en Honduras y habla también de la lucha popular contra el régimen militar que desarrolla el Frente Nacional de Resistencia, se exhibirá en una única función con entrada libre y gratuita hoy en el Espacio Incaa Km 0 Cine Gaumont (Rivadavia 1635), Capital Federal. Luego, el film irá a los espacios Incaa del interior del país

La película de la realizadora Katia Lara, cineasta e integrante del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe, inicia así una serie de exhibiciones en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, que culminará el próximo 28 de junio, primer aniversario del golpe militar, con la presentación del documental en Tegucigalpa, Honduras.

El film de Lara relata el golpe militar desde el primer momento y sigue también toda la lucha encarada por las organizaciones populares que conforman el colectivo Frente Nacional de Resistencia hasta diciembre del año pasado, cuando la cineasta y el productor dejan su país bajo amenazas e intimidaciones y vienen a la Argentina para desarrollar el proceso de postproducción.

“Teníamos un equipo con el que estábamos trabajando en una serie de ficción que promovía la cuarta urna para llamar a una asamblea constituyente y el 28 de junio teníamos que salir a filmar una escena con motivo de la consulta popular que se realizaba ese día junto con las elecciones, de modo que ante la noticia del golpe salimos a la calle con los equipos y empezamos a registrar”, cuenta Katia Lara sobre el origen del documental.

“Durante las primeras semanas del golpe registrábamos la situación y hacíamos reportajes y los subíamos a Youtube como una forma de denunciar la situación que se vivía en Honduras por el golpe y también para romper el cerco mediático del régimen militar”, cuenta la realizadora.

Lara agrega: “Cerca de un mes después del golpe advertimos que no se iba a revertir la situación rápidamente, que el conflicto se iba a extender en el tiempo y entonces ahí decidimos encarar un proyecto de mayor alcance y hacer un documental que fuera también un instrumento de lucha del pueblo hondureño”.

Quién dijo miedo… tiene la particularidad de estar muy cerca de los acontecimientos y de todas las manifestaciones populares de rechazo al golpe, mostrando también las formas represivas y los asesinatos del régimen, además de dar espacio a la conformación del Frente Nacional de Resistencia y de consultar a distintas personas que analizan la situación del país centroamericano.

“Trabajamos todos esos meses con tres cámaras repartiéndonos en distintos lugares. Yo estaba en el Comité de Comunicaciones del Frente y desde allí tenía una clara situación de qué iba a pasar y dónde, de manera que nos trasladábamos y seguíamos todo desde muy cerca”, relata Lara.

Luego agrega: “Las movilizaciones masivas se desarrollan desde el golpe hasta el 21 de septiembre en que Zelaya vuelve al país y se asila en la Embajada de Brasil. En ese momento la represión se agudizó y el hecho de que Zelaya estuviera en el país cambió la manera en que la gente se convocaba. En ese momento cambiamos la estrategia y se pasó de las grandes marchas, que eran casi diarias y que ya habían generado mucho desgaste, para pasar a una organización barrial con marchas chiquitas que el ejército ya no podía controlar y que ponían de manifiesto que la resistencia no se había replegado sino que había cambiado la forma de manifestarse”.

La realizadora indicó también que la resistencia al golpe aún se mantiene activa. “A pesar de las elecciones y de que asumió Pepe Lobo, que tomó la fachada de un gobierno democrático, el Frente Nacional de Resistencia sigue activo. Una vez por semana hacemos una marcha, sostenemos el trabajo a nivel barrial y nuestra prioridad actual es la movilización para juntar dos millones de firmas de una Declaración Soberana que pida el llamado a una Asamblea Constituyente”, motivo del derrocamiento de Zelaya.

Acerca de si la situación de intimidación continúa, Lara señaló: “Sí, cambió de ser una represión en marchas que dejaba un muerto, gente herida y detenciones masivas a realizar asesinatos selectivos. Bajo el gobierno de Lobo asesinaron a 4 periodistas y mataron a muchos líderes de la resistencia, además de que hay gente en el exilio, como el protagonista de la película y yo que dejé Honduras en diciembre pasado ante una serie de amenazas e intimidaciones”. Y seguidamente se refirió a la aparición del Frente Nacional de Resistencia: “La experiencia del Frente es espontánea e inédita, nunca en el país se habían reunido tantos sectores diferentes por una causa común. Históricamente el movimiento popular en Honduras es muy precario y el nivel de organización muy básico con sindicatos controlados por el gobierno. El golpe vino a revelar que faltaba un trabajo de organización y al mismo tiempo propone hacerlo. En el Frente se suman el movimiento popular tradicional a un sector del Partido Liberal que sigue a Zelaya, creándose una alianza inédita que se corporiza en esta organización”, relata Lara.

“El Frente surge como una reacción al golpe pero en la actualidad va más allá de eso y es muy bueno. Zelaya es como el padrino y el líder de todo este movimiento y siempre lo vamos a recordar y vamos a sostener la alianza con él pero el Frente tiene objetivos propios como, ahora, la Declaración Soberana”, explica la cineasta.

En la película algunos personajes plantean que Honduras fue a lo largo del siglo pasado como un lugar de ensayo de las políticas represivas de Estados Unidos para América latina. Sobre esto, Lara explica: “A partir de la década del 30 los norteamericanos advierten que es un país con una oligarquía muy atrasada donde es muy fácil poner dictadores y comprar al ejército. Desde ese momento Honduras es el patio trasero de Estados Unidos y se convirtió en una base de operaciones económicas y militares de Washington. Honduras es de interés geopolítico para Estados Unidos, ellos tienen acá la base militar de Palmerola que está en el centro del país y en los 80 montaron la base de Aguacate, que ahora no funciona, pero que fue centro de entrenamiento y operaciones de la contra nicaragüense. Ahora van a abrir una nueva base en el departamento de Gracias a Dios”.

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