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Un invento argentino para que el mundo escuche

El ingeniero electrónico Luis Campos creó un dispositivo para oír con los dedos. Es para sorderas graves.

Un ingeniero electrónico argentino Luis Campos, de 52 años y nacido en la localidad bonaerense de Banfield, creó un dispositivo por el cual las personas con sordera grave y profunda pueden percibir los sonidos a través de un sistema táctil.

Luego de 8 años de investigación, Campos logró crear un dispositivo que, explicó, “toma el sonido ambiente y lo traduce en vibraciones de modo que la persona con discapacidad auditiva bilateral severa pueda decodificarlo”.

El dispositivo, que se lleva en el dedo y tiene forma de dedal, surgió como una forma de “cubrir una gama de problemas de las personas con discapacidad, que hoy en día la tecnología no está cubriendo”, señaló Campos.

“Se trata de un descubrimiento a nivel científico bastante importante ya que cambió el paradigma del oír”, apuntó el inventor, quien a partir de su logro fue entrevistado por el canal Discovery.

El Instituto de Neurociencias de Guadalajara nombró a Campos “profesor huésped” para trabajar en esa ciudad mexicana y así investigar sobre el funcionamiento del dispositivo a nivel cerebral.

Campos señaló que el dispositivo, que tiene más utilidad en los casos de sordera profunda, “es mucho más barato que la colocación de un implante, que en promedio ronda los 70.000 pesos”.

Además, informó que el implante sólo puede ser utilizado en determinados casos de sordera, a diferencia de su invento, que es aplicable a todos los casos.

Egresado de la Universidad Tecnológica Nacional, Campos hace 25 años que se dedica a crear mecanismos para adaptar los espacios domésticos y escolares para mejorar la calidad de vida de las personas con distintos tipos de discapacidad.

Esa actividad la realiza desde el Centro Argentino de Medios Alternativos de Comunicación (Camac), cuyo lema es: “Dame un movimiento voluntario y te comunicarás con el mundo”.

Desde esa asociación, evalúa la situación de chicos con parálisis para que se puedan adaptar al ámbito educativo o puedan adquirir más independencia en su desplazamiento en sus actividades cotidianas.

Asimismo, brinda capacitación a docentes y profesores en el uso de herramientas tecnológicas en el campo educativo y de rehabilitación para trabajar con alumnos que sufren sordera y estén en una situación de menor discapacidad.

“Es como volver a vivir y sentirme parte del mundo”, manifestó María Carolina Dosso, una de las beneficiarias del invento, que es profesora de lenguas de señas.

“El primer sentimiento fue de gran asombro porque me encontré con todos los sonidos con gran claridad, a diferencia de los audífonos, que me ocasionaban aturdimiento”, agregó.

“Sentí de manera distinta las voces y la música, diferencié la voz femenina de la masculina y al recorrer los pasillos supe que los alumnos estaban conversando y comencé a identificar diversidad de sonidos poco a poco”, explicó.

El ingeniero fundó el Camac en 1991 y en 1996 se convirtió en Asociación Civil dedicada a la investigación, diseño y desarrollo de nuevas tecnologías de bajo costo y programas especiales, que permiten aprovechar las capacidades residuales y potenciales de las personas con discapacidad física, sensorial y mental.

Campos, que está actualmente en Argentina, estuvo en junio y julio del año pasado en México, donde regresará este año para trabajar con científicos del Instituto de Neurociencias de Guadalajara de septiembre a noviembre, para profundizar acerca de los alcances de su invento.

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