Pibitos que son captados por referentes criminales a cambio de zapatillas y botines; emprendimientos en jaque por pedidos extorsivos de dinero y balaceras; usurpaciones de viviendas; un recluso que amenaza de muerte desde líneas de teléfono a su nombre. Esas son algunas de las tramas criminales expuestas este jueves en una audiencia en una audiencia imputativa a una asociación ilícita que, según indicios de la Fiscalía, sería una franquicia de la banda de los Monos en los barrios Empalme Graneros y Ludueña.
De las nueve personas imputadas por el fiscal Pablo Socca, siete fueron acusadas de pertenecer a esta presunta organización que se dedicó a cometer delitos “contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la administración pública, contra la seguridad pública, contra la salud pública” y cuyo miembro más renombrado sería Mauro Javier Gerez, el joven de 28 años y detenido en 9 de Julio y Matienzo una semana atrás. Lo describieron como “jefe de sicarios” y “referente criminal” de Ludueña. Un joven especializado en “reclutar” pibes en contexto de vulnerabilidad para que oficien de “soldaditos”.
Sin embargo, en la estructura presentada por la Fiscalía, Gerez respondería –al menos hasta su detención– a dos reclusos que se encuentran detenidos en la cárcel de Piñero por hechos poco resonantes. Estos fueron identificados como Andy Benítez y Julián Aguirre, con condenas abreviadas por robo y portación, pero devenidos caudillos mafiosos una vez en prisión. “No se descarta la «cojefatura» con otros todavía no identificados ni tampoco que la organización sea una célula o una subestructura de una asociación ilícita de mayor envergadura”, aclaró el fiscal.
La audiencia empezó a las 9 de la mañana y seguirá el viernes a las 14 con la exposición de la defensa. Y luego se conocerá la resolución de la jueza Silvia Castelli, según lo previsto.
La Fiscalía detalló que Benítez, Aguirre y Gerez integran una banda que “procuró ocupar y dominar sectores y barrios de Rosario –principalmente Ludueña y Empalme Graneros– y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas”. En ese sentido, se mencionó a la banda de Francisco “Fran” Riquelme como uno de los antagonistas, un grupo referenciado en la zona de Felipe Moré y French y vinculado con Esteban Alvarado, según investigaciones.
“Para llevar a cabo ese objetivo –continúa la acusación–, los integrantes de la asociación cometieron sistemáticamente diversos delitos como homicidios, amenazas, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, venta ilegal de estupefacientes y casi cuarenta extorsiones (algunas seguidas de balaceras) a comerciantes y otros habitantes de esos barrios”.
La acusación de Socca abundó en casos de extorsiones a comerciantes que sufrieron amenazas y, en algunos casos, balaceras. Son nueve casos de enero, febrero y marzo de 2022: aprietes contra locales como una joyería, una distribuidora, una heladería, una carnicería, un supermercado, una tienda de electrodomésticos y hasta a una rotisería. Siete de estos expedientes por extorsión son imputaciones al recluso Julián Aguirre, que utilizó un teléfono a su nombre para efectuar las amenazas. Pero no fue el único. “Por las manos de Julián Aguirre pasaron 97 teléfonos entre líneas y aparatos desde fin de año hasta ahora”, aseguró Socca.
Un caso llamó la atención porque fue más violento: lo sufrido por un carnicero cuyo local está ubicado en Navarro al 5800. El 16 de febrero, tras advertirle que iban a hacerlo, le tirotearon el negocio y dos clientes fueron heridos. Luego, siguieron las amenezas. “Hace aproximadamente 29 años que soy comerciante y nunca había tenido problemas con nadie”, dice un extracto de la declaración.
Gerez, el detenido más reciente en la banda, fue acusado como “jefe de sicarios”. Un testigo de identidad reservado que sufrió una usurpación dijo que “la forma que él (por Gerez) tiene de convencer a los pibitos es regalándole zapatillas, les regala cosas. Los convence para que después terminen soldadeando para él. Tiene más de 15 pibitos, la mayoría menores de edad, que tira tiros para él. También venden para él”.
“Mauro toda la vida fue delincuente, primero arrancó robando. Pero hace unos cuatro años que es traficante. Siempre vendió para Los Monos, él tiene conocidos de Los Monos por la cancha, es fanático de Newell’s. Los Monos lo eligen a él para tomar barrio Ludueña por toda la gente que él manejaba”, lo perfiló el testigo, alegando un lazo de Gerez con el clan Cantero.
En uno de los aprietes, según la imputación, un hombre no identificado invocó al jefe de los Monos Ariel “Guille” Cantero, “el que maneja todo”, para generar temor. Pero también como garantía de protección en caso de que la víctima, un joyero, abonara lo solicitado.
“Amigo, yo soy amigo del Loco, el de lentes, el que maneja todo. Si querés hasta te hago hablar con él para que te quedés tranquilo que nadie más te va a cobrar, de última arreglás para pagar una cuota por mes así el que te molesta después sabe cómo es”. La exigencia, que incluyó disparos al frente del comercio, era de 30 mil dólares.
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