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Una válvula de escape

Un joven con parálisis cerebral acaba de escribir su primera novela

Cristian Umpierre, de 28 años y de la ciudad bonaerense de Lobos, lector de Sábato, Saer y Borges, desafió la parálisis cerebral con la que convive desde poco después de nacer a través de la escritura diaria de 200 palabras que se transformaron en su primera novela


Florencia Vaveluk / Télam

Un joven de 28 años de la ciudad bonaerense de Lobos, lector de Sábato, Saer y Borges, desafió la parálisis cerebral con la que convive desde poco después de nacer a través de la escritura diaria de 200 palabras que transformaron su primera novela en una “válvula de escape a un mundo en el cual puedo vivir otras vidas”, manifestó.

Familiares y amigos de Cristian Umpierre recibieron a esta agencia en su casa de la localidad de Lobos, donde el joven aguardaba junto al sencillo teclado de cartón que utiliza como herramienta para comunicarse y contar cómo empezó a reflejar “sentimientos, reflexiones, ideas, miedo y alegría”, a través de la literatura.

“El proceso es muy relajado, escribo por diversión, trato de disfrutar mis historias, desafiándome a mí mismo a que el trabajo me guste y me atrape”, contó el joven que padece parálisis cerebral con compromiso motor, lo que no le permite y no lo deja expresarse verbalmente.

“Yo tenía 17 años cuando lo tuve, fue mi primer hijo”, relató su mamá, Roxana, quien aseguró que debido a las diferencias en un tratamiento que recibió Cristian a los 45 días de vida, tuvo que ser trasladado a un hospital de La Plata, donde llegó “con falta de oxígeno”. Este hecho le provocó daños neurológicos que desencadenaron la parálisis cerebral.

“Cuando llegué a La Plata, los médicos me dijeron que no tenía probabilidad de vivir. Y después me dijeron que no llegaría a los 12 años”, añadió la madre.

Un mundo en el cual vivir otras vidas

Sin embargo, las limitaciones físicas de Cristian no le impidieron cultivar la curiosidad desde temprano, inclinada a la literatura y el estudio.

“Siempre me interesó entender las cosas”, expresó el joven que aprendió a leer con revistas, y agregó que durante la primaria en la Escuela Especial Número 502 de Lobos “hablaba con mis maestras sobre las noticias y vivía haciendo preguntas, por esa propensión a querer entender las cosas”.

Debido a su condición, Cristian pasó su vida en la casa de Lobos, un lugar que destaca por la tranquilidad y en el que pudo desarrollar “de a poco, para entretenerme” su amor por la literatura, la que describe como “mi válvula de escape a un mundo en el cual puedo vivir otras vidas”.

El protagonista de Recuerdos y tormentos de una mente cautiva es un hombre de 47 años llamado Darío que sufre cuadriplejía debido a un accidente cerebrovascular, y que teje un paralelismo con Cristian ya que “en cada personaje hay algo de uno”, explicó.

”7 de noviembre de 2014. Hoy cumplo cuarenta y cuatro años y, al despertar, veo entrar a la enfermera que cada mañana viene a ocuparse de mí. O de lo que queda de mí, que no es más que una masa amorfa absolutamente inmóvil. Lo que antes era mi cuerpo ahora es una prisión de la que jamás podré salir”, narra Cristian.

La escritura de su primera novela –que ya está disponible en preventa por la editorial lobense Luna de Marzo– comenzó “una noche de abril de 2021, simplemente por diversión”, explicó el joven, que utiliza sus dos dedos índices para tipear en la computadora. Al principio “escribía 200 palabras por día durante las noches”, lo que le permitió participar en un concurso “sin muchas expectativas” donde conoció a su editor, Alfredo Barsotti.

“Se lo pasé a Alfredo y su esposa Milagro, quienes con una generosidad inmensa leyeron mi trabajo”, agradeció el escritor en referencia a sus editores de Luna de Marzo, quienes costearon la primera edición de su novela, algo imposible de realizar para la familia de Cristian.

Una mente brillante

En el lapso de un año, las primeras 200 palabras se transformaron en un relato de 506 páginas, una cantidad que si bien “podría parecer un montón”, reconoció Alfredo, cuando empezó a leer “no podía dejarlo”.

“El caso de Cristian es único en el mundo”, expresó su editor, que se encuentra acompañando el proceso de producción de la segunda novela de Cristian, Génesis, que transcurre en Bahía Blanca.

“Yo le pregunto «¿cómo pudiste ubicar Bahía Blanca o Carmen de Patagones, si nunca estuviste ahí?» La forma en que describe los tiempos y los caminos se lo debe a la escuela pública por sobre todas las cosas”, sostuvo mientras Cristian asentía sobre sus palabras.

Mientras, el joven señalaba con paciencia las letras del teclado para armar una oración mientras era ayudado por Roxana, o Cleofé Farías, su exmaestra de la primaria, quienes repetían al final la oración completa.

Consultado por sus gustos literarios, esbozó en el teclado: “Soy bastante omnívoro”, y rápidamente agregó: “Tampoco me sirve encasillarme”, pero entre sus autores favoritos se encuentran Ernesto Sábato, Juan José Saer y Jorge Luis Borges.

En cuanto a si hay un mensaje que quiera dar al lector con su texto, el joven señaló: “Que cada cual lo interprete como quiera, es muy personal”. En tanto, Alfredo sostuvo que “Cristian tiene un objetivo muy claro: quiere vivir de esto”, y agregó que “tiene una mente brillante, estalla con lo que tiene”.

El universo amplio de Cristian

De este modo, Barsotti dispuso la preventa con la que serán publicados los primeros 200 ejemplares de la novela –de 306 páginas– y añadió que “él (Cristian) dice que a partir de lo que gane con este libro quiere seguir adelante con los otros dos”.

Actualmente, Cristian también escribe columnas sobre actualidad para el periódico local, LobosNews, y quiere seguir las carreras de abogacía e historia, pero su problema de movilidad “dificulta la concreción de este objetivo, ya que hasta el momento no encontré ninguna alternativa que se adecúe a mis necesidades”.

En la sala principal de su casa, el joven está rodeado por sus seres queridos, entre ellos Cleofé, que describió la “inmensa transformación” del joven escritor, junto con “el crecimiento en su discurso, en sus ideas, en sus deseos”

“Tiene 28 años y un montón por delante. Siempre se vio su capacidad, y llegó a un punto en que me supera con sus ideas, conocimientos, lecturas. Es un universo muy amplio”, agregó.

Roxana, la mamá, espera que su hijo logre el objetivo de vivir de la escritura. “Si hay colaboración y ayuda, yo pienso que lo vamos a lograr”, dijo, con la esperanza de que hayan personas “que puedan aportar para este proyecto, porque no solamente es un libro sino son los libros”.

Los interesados en colaborar o adquirir la novela en preventa, que tiene un costo de $3.000, deberán enviar un correo a editoriallunademarzo@yahoo.com.

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