El papa Benedicto XVI condenó ayer la “mentalidad individualista” de la sociedad y llamó a los jóvenes católicos a propagar el evangelio por el mundo, durante una misa multitudinaria que clausuró la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en su último día de visita a España.
Asimismo, el Sumo Pontífice defendió a la Iglesia como institución, en medio de fuertes críticas por parte de movimientos laicos que se manifestaron en Madrid contra el uso de millonarios fondos públicos en la visita papal, como también condenaron la injerencia del Papa en asuntos de política interna. “No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de él”, dijo Joseph Ratzinger ante cientos de miles de jóvenes que lo escuchaban bajo un sol abrasador en el aeródromo de Cuatro Vientos, en las afueras de Madrid.
Además, sostuvo que “la Iglesia no es una simple institución humana, como cualquier otra, sino que está estrechamente unida a Dios. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo”.
En la misma línea, Benedicto XVI pidió a los jóvenes que cumplan con sus obligaciones con esta institución, que está perdiendo terreno ante el laicismo, especialmente en un país como España, donde igualmente goza de importantes privilegios adquiridos durante la época franquista.
“Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón y el cultivo de la oración y meditación de la palabra de Dios”, sostuvo.
Finalmente, ante el “rechazo al cristianismo” que advierte en España y en otras partes del mundo, el Papa llamó a la juventud católica a llevar su “testimonio de la fe”, y a no dejarse “seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios”.
La próxima en Río
Por otro lado, anunció que la próxima JMJ será en Río de Janeiro en 2013.
Éste fue el último baño de masas del pontífice antes de regresar a Roma tras cuatro días de intensa actividad en Madrid, en el marco de la JMJ católica, que contó con la participación de unos dos millones de jóvenes, según la organización.
Benedicto XVI llegó en su papamóvil al aeródromo de Cuatro Vientos, donde una multitud de jóvenes lo esperaban desde ayer luego de una breve aparición en la vigilia que se realizó en el lugar y que tuvo que ser interrumpida por una fuerte tormenta que dejó siete heridos leves.
Los reyes Juan Carlos y Sofía, las autoridades locales y regionales de Madrid y representantes del gobierno le dieron la bienvenida al Papa, mientras los jóvenes lo vitoreaban bajo un intenso calor que obligó a los servicios sanitarios a atender a numerosas personas.
Por la tarde, el pontífice mantuvo un encuentro con voluntarios de la JMJ y luego puso fin a su visita, que si bien fue pastoral, adquirió un fuerte perfil político debido a las protestas laicas que tuvieron lugar estos días y que fueron reprimidas por la policía en un contexto de convulsión social como consecuencia de la crisis económica.
La detención de un estudiante mejicano ultracatólico que tenía planes de atentar contra la primera marcha laica, y que posteriormente fue liberado con cargos, había tensionado el clima entre laicos y católicos, éstos últimos acusados de “fascistas” y “terroristas” por parte de los primeros.
Los movimientos laicos subrayaron que no estaban en contra de los peregrinos sino de los poderes políticos y sus abusos, así como los privilegios que goza la Iglesia católica desde la época franquista, y las injerencias del Papa y el clero en la política interna de España.
Perfiles políticos
A pesar de estos reclamos, durante la visita papal el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ratificó ante Benedicto XVI la vigencia de los acuerdos con la Santa Sede, cuya abolición exigen los movimientos laicos debido a que son predemocráticos.
Zapatero, quien logró aprobar la ley del matrimonio homosexual y una norma que legaliza el aborto, quiere evitar ahora todo conflicto con la Iglesia y busca gestos que puedan ser reconciliadores, como el apoyo del Vaticano para convertir el Valle de los Caídos, mausoleo del dictador Francisco Franco, en un espacio de memoria, una propuesta que fue bien recibida por la Santa Sede, según fuentes oficiales.
También se invitó al Vaticano a enviar un mensaje de reconciliación para contribuir a superar el conflicto político en el País Vasco, y a la desaparición de la organización separatista vasca ETA, a casi un año de la declaración de su vigente tregua y dos años sin atentados.