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Dimare: un mes de prisión por fraude

Es para el hombre detenido hace 10 días en la ciudad fronteriza de Foz do Iguazú. Lo acusan de 38 operaciones con cheques sin fondos, en seis de las cuales habría sido identificado por las víctimas la megaestafa por unos 80 millones de pesos.

En el marco de la investigación por el megafraude de la empresa fantasma Dimare SRL, que acumula unas 80 denuncias por un monto de 80 millones de pesos, la Fiscalía imputó a Carlos Leonardo G., de 31 años, como co autor de estafa en 38 hechos consumados. El juez Gonzalo López Quintana aceptó la imputación y le dictó prisión preventiva hasta el 24 de abril.

El fiscal Sebastián Narvaja, a cargo de la investigación, acusó a Carlos Leonardo G., de participar en la coautoría funcional en 38 hechos consumados de estafa y en particular de seis hechos en los que se lo nombra con un seudónimo.

Según señaló el fiscal, Carlos Leonardo G. –que fue detenido el 12 de marzo en Foz do Iguiazú– es uno de los miembros de la empresa fantasma Dimare SRL, que operó entre finales de 2016 y principios de este año. El referente principal es Sebastián Alonso, quien usurpó la identidad de Jonatan Fabián Mena y sobre quien pesa un pedido de captura internacional.

La mecánica de la estafa era contactar víctimas al azar, personas o comercios, que aceptaran vender mercadería con cheques a término. Los vendedores de Dimare SRL simulaban operaciones de compras y entregaban cheques en diferido cuya fecha de cobro, entre el 20 y 22 de enero de este año, coincidió con la desaparición de la empresa fantasma que funcionaba en Presidente Quintana 2450.

En la acusación, Narvaja sostuvo que Carlos Leonardo G., operaba como uno de los compradores de mercaderías bajo el seudónimo de Leonardo Jiménez. El acusado se contactaba con las víctimas por correo electrónico o personalmente y compraba y recibía mercadería a nombre de la empresa. “Contactaba a proveedores para hacerlos caer en la trampa y revender a terceros con pagos de montos inferiores en efectivo”, señaló Narvaja.

La mecánica descripta era similar en los 38 hechos denunciados. Integrantes de Demare SRL compraban mercadería con cheques emitidos desde una cuenta corriente especialmente creada por la empresa que pertenecía al banco Santander Río. Las fechas de los cheques era diferida y en todos los casos los vendedores se encontraban con que no tenían fondo. La mercadería solicitada era numerosa y diversa: desde electrodomésticos, ladrillos, colchones, muebles, ropa de trabajo, aires acondicionados, hasta cajas de regalos de Navidad, viandas y catering para eventos, perfumes, importados, kayaks, paneles solares, y lentes de realidad virtual. A excepción de los perfumes que fueron enviados a un domicilio de Buenos Aires, el resto de los productos se entregaron en la dirección de Presidente Quintana 2450.

Carlos Leonardo G. está acusado de participar puntualmente en 6 de los 38 hechos. El vínculo con el megafeaude se dio a partir de la documentación (cheques, remitos y transferencias) que lo relaciona a Mena, mercadería denunciada que fue hallada en el domicilio de Sabrina G., hermana del imputado, y la descripción física que hacen las víctimas. Narvaja agregó que una de las víctimas asoció al falso Leonardo con el verdadero perfil de Facebook, cuya captura de pantalla está en manos de la Fiscalía. Narvaja no descarta además que el imputado podría haber operado también bajo el nombre de Javier, otro de los integrantes de Dimare.

Tras la acusación, Narvaja solicitó la prisión preventiva del acusado con una pena en expectativa no condicional, que va de un mes hasta el máximo de 50 años. “No se trata de hechos aislados sino de una organización criminal”, advirtió el fiscal, que tuvo en cuenta el peligro de fuga del imputado, lo significativo del daño causado que implicó cheques rebotados por montos de más de 10 millones de pesos, y la actitud del imputado quien salió del país el 25 de enero y permaneció prófugo por 10 días.

Por su parte, la defensa, a cargo de los abogados Rubén Navas y Pablo Casella, achacó que la acusación carece de fundamentos y probanza. Navas reconoció la participación de su defendido como parte de la empresa, pero no como responsable de la estafa.  Aseguró que Carlos Leonardo G. comenzó como empleado en Dimare en octubre del año pasado, luego de la quiebra de un emprendimiento gastronómico que tenía con un socio. Luego de refutar la participación en cada uno de los hechos imputados, la defensa destacó que Carlos Leonardo G. no tiene vinculación con la “maniobra” Demare.

El juez Lopéz Quintana aceptó la imputación por el delito de coautor de estafa y dictó presión preventiva hasta el 24 de abril.

San La Muerte como adorno

El abogado de uno de los imputados, quien fue acusado de encubrimiento, solicitó la nulidad del allanamiento que se realizó en la localidad de San Gerónimo Sur, en el domicilio donde funciona su estudio jurídico. Según el abogado, en el allanamiento se secuestró material confidencial de su cliente, como una computadora y una caja con documentación, lo cual atenta contra el secreto profesional. El abogado cuestionó además que no se haya advertido al Colegio de Abogados previo al allanamiento y solicitó que se excluyan esos elementos como parte de la prueba.

Desde la Fiscalía cuestionaron que el pedido de nulidad podría relacionarse con una defensa del propio abogado, quien está vinculado al caso como encubridor, y señalaron que no corresponde con el procedimiento. Narvaja describió que en el domicilio donde funciona el estudio jurídico no encontraron ningún título habilitante y que en su lugar había una estatua de San La Muerte, caniles con perros abajo del escritorio, mercadería denunciada y una caja de cartón roja con documentación de Demare SRL.

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