Un misterioso grupo de opositores al régimen de Corea del Norte, sospechoso de estar tras el ataque contra la embajada norcoreana en España, anunció este jueves la suspensión de sus actividades aunque prometió “grandes cosas” en el futuro.
El grupo de Defensa Civil Cheollima (DCC) reivindicó esta semana el ataque a la embajada norcoreana de Madrid, para dar a conocer las supuestas «actividades ilegales” de los representantes diplomáticos de Pyongyang en el extranjero.
Tras semanas de mutismo total, un juez de instrucción español reveló esta semana una serie de informaciones sobre el ataque y sus autores, varios de los cuales son objeto de una orden de captura internacional. Su presunto líder es un tal Adrian Hong Chang, de nacionalidad mexicana pero residente en los Estados Unidos.
“Somos un grupo de refugiados que se reunieron con compatriotras del mundo entero”, explica la DCC en un comunicado publicado en su página web.
El comunicado añade que existen preparativos para derrocar al dirigente norcoreano Kim Jong-un pero que se vieron perturbados por todo el ruido mediático.
“Se suspendieron provisionalmente las actividades de los miembros. Los medios han de dejar de meter las narices en los asuntos de nuestro grupo y nuestros miembros. Nos esperan grandes cosas”, aseguró el comunicado.
Este último no proporciona ninguna indicación de la ubicación geográfica del grupo. Pero no colabora con los norcoreanos que han escapado a Corea del Sur por “razones estrictas de seguridad”, afirmó el comunicado.
Con este texto, la DCC proporciona por primera vez información sobre sus miembros.
Apareció en 2017 cuando publicó en internet un video del hijo de un hermanastro asesinado de Kim Jong-un, explicando que le había brindado protección.
La información sobre la Defensa Civil de Cheollima, que toma su nombre de un mítico caballo alado coreano, es escasa.
Algunos especulan sobre sus posibles vínculos con los servicios de inteligencia de Corea del Sur.
CIA y FBI
Según los analistas, este foco en los activistas de DCC podría ser a la vez una noticia buena y mala para futuras operaciones.
“Pueden recibir apoyo internacional de fuerzas hostiles en Pyongyang, y hay un mejor ambiente para que lideren campañas más abiertas y públicas”, dijo Ahn Chan-il, que escapó de Corea del Norte y se convirtió en investigador en Seúl.
Pero para Shin Beom-cheol, investigador del Instituto de Estudios Políticos de Asan, ahora están expuestos a represalias de Pyongyang. “Si abren una oficina en el sudeste asiático o en Estados Unidos, se arriesgan a un ataque de Corea del Norte”.
Según Park Sang-hak, un norcoreano que huyó al Sur y dice conocer a las DCC, la mayoría de sus miembros son norcoreanos que huyeron y se instalaron en Estados Unidos, con ciudadanía estadounidense.
Según él, Kim Han Sol, el hijo del hermanastro de Kim Jong-un asesinado en febrero de 2017 en el aeropuerto de Kuala Lumpur, es uno de los miembros del grupo. Se cree que vive en Estados Unidos bajo la protección del FBI.
Según el diario español El País, citando fuentes policiales y de los servicios de inteligencia españoles (CNI), al menos dos miembros del comando de Madrid “tienen vínculos con los servicios secretos de Estados Unidos”, es decir, la CIA.
Y en su declaración de reclamo el miércoles, el DCC afirmó que había compartido “información de enorme valor con el FBI” después de su ataque contra la embajada de Corea del Norte en Madrid.
El líder del comando, Adrian Hong Chang, es activista de derechos humanos desde hace mucho tiempo y «un hombre culto», dice Park.
En diciembre de 2006 fue arrestado en China junto a dos activistas que intentaban ayudar a seis norcoreanos que huían. Todos fueron liberados en los diez días siguientes. “Es una persona muy determinada que siempre lleva sus ideas a cabo”, sostuvo Park.
Adrian Hong Chang abrió luego una consultora llamada Pegasus Strategies, sugiriendo una conexión con el nombre del caballo coreano Cheollima (Pegaso es un caballo alado de la mitología griega).
El mes pasado, el grupo se autoproclamó gobierno de Corea del Norte en el exilio, llamado “Joseon Free”, que lleva el nombre de la dinastía que ocupó el trono coreano desde 1392 hasta 1910, el año de la anexión de Japón.
La DCC afirmó haber ofrecido en el pasado “protección” a “compatriotas”, y dio las gracias a países como Holanda, China y Estados Unidos por su ayuda. También dijo que no quería nada a cambio.