Un hombre de 32 años fue asesinado anteayer de un tiro en el pecho en las inmediaciones de Avellaneda al 5000. Habitantes de la zona atribuyeron el desenlace fatal a una pelea entre conocidos, aunque hasta anoche no había sospechosos por el hecho, indicaron voceros del caso.
Según fuentes policiales, el sábado último a las 22 uniformados de la comisaría 18ª se hicieron presentes en la zona de Avellaneda al 5000 alertados por un llamado al 911 de los vecinos, quienes advirtieron sobre la presencia de un hombre tirado boca arriba en una esquina y con una herida en el pecho. Minutos después, médicos del Sies constataron que la víctima, identificada como Cristian Darío González de 32 años, ya no tenía signos vitales.
El hombre, que vivía en una casilla a pocos metros de donde fue hallado, presentaba una herida de arma de fuego en la zona del tórax, en el costado izquierdo del pecho, pero no se encontraron casquillos en el lugar, precisó un pesquisa. La misma fuente indicó que durante la noche del sábado se tomó declaración a varios vecinos del barrio que sin embargo no precisaron datos acerca de posibles sospechosos del hecho.
Ayer por la tarde, familiares y amigos de la víctima velaron sus restos en una vivienda del barrio. Habitantes de la zona contaron a El Ciudadano que González vivía solo en una casilla del asentamiento precario ubicado al oeste de Avellaneda y que “era un buen chico que todos conocían”, aunque a veces se involucraba en peleas. En este sentido, relataron que el desenlace fatal de anteanoche fue producto de una pelea callejera e, incluso, sugirieron que víctima y victimario se conocían desde hace años. En tanto, fuentes policiales precisaron que el hombre no tenía antecedentes penales recientes, aunque años atrás había tenido uno por “problemas de peleas”, causa que prescribió. A su vez, afirmaron que hasta el momento no hay imputados por el hecho.
En tanto, allegados a la víctima agregaron que era padre de dos chicos, una nena de siete años y un nene de tres. Durante mucho tiempo estuvo en pareja con la madre de sus hijos, de quien se separó cuando nació el segundo. El hombre trabajaba haciendo changas y solía visitar todas las semanas a sus hijos, que viven a pocas cuadras del lugar del hecho, al este de Avellaneda.
El caso es investigado por el fiscal de la Unidad de Homicidios con la colaboración del personal de la Policía de Investigaciones.