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Un movimiento irreversible hacia la destrucción del mundo

Planteada como un drama familiar sobre los devenires afectivos familiares del clan Lyon, “Years and years” se mueve entre la comedia negra y la crítica política, en un contexto de especulación futurística y atmósfera apocalíptica

Years and years está producida por la BBC y distribuida por HBO (otra vez reunidos este año, como ya lo habían hecho en Gentleman Jack). El creador de la serie es Russel T. Davies, alguien a tener más en cuenta desde ahora, quien fuera el responsable de otras series como Queer as folk y del renacimiento de la mítica Dr. Who.

No sería exagerado afirmar a esta altura que, en lo que respecta a series, Years and years difícilmente pueda ser superada en lo que resta del año.  Basta con ver el primer episodio de los seis que componen la temporada para sentir en la sangre el pulso arrasador del relato y saber que ya, ahí mismo, en esa hora que nos arrastra sin respiro ni condescendencias, se ha fraguado un acontecimiento narrativo que ya se hacía esperar demasiado en el estancado universo creativo de las series actuales. Un episodio vertiginoso, que avanza a zancadas sin perder jamás la firmeza política del paso, extrañamente intenso y graciosamente perturbador, y que en pocos minutos sumerge al espectador en una sensación de caída libre sin solución de continuidad. Más allá de todos los hallazgos (y son muchos, en distintos aspectos y perspectivas), hay algo que se siente a flor de piel desde el comienzo: pocas veces se ha plasmado de modo tan efectivo la sensación desesperada de que el mundo se precipita irremediablemente a su pérdida. Es cierto, sin embargo, que la contundencia del primer episodio no se refleja completamente en el resto de la serie, pero no por eso se ve resentido el resultado, simplemente se trata de un cambio de ritmo que posibilita una mayor focalización en los conflictos afectivos de los personajes, pero sin abandonar jamás el juego de cruces de temas y géneros que abren permanentemente otras aristas y otras lecturas.

Pesada atmósfera apocalíptica

Varios ejes, e incluso varios géneros, confluyen en la historia articulándose con naturalidad. ¿Qué es Years and years? En principio es un drama familiar, pero aquí los devenires afectivos de las relaciones familiares del clan Lyon se despliegan en un entorno temporal de especulación futurista, un futuro cercano distópico que avanza meses o años en cada capítulo. Asímismo, el tema del núcleo familiar y el del planteo distópico se mueven entre apuntes de comedia negra y de crítica política, sin dejar de lado la pesada atmósfera apocalíptica que campea sobre todo el relato con una contundencia palpable y, por eso mismo, algo incómoda en su cercanía. Resulta notable el modo en que todos esos rasgos diversos, en apariencia a veces difíciles de conciliar, se hacen presentes en cada situación anudándose con naturalidad en torno al centro afectivo de los vínculos familiares. Y hay que remarcar que no es menor la elección de tal estrategia narrativa, ya que supone, en gran medida, el recurso fundamental para la construcción de una estructura explosiva y expansiva que nos desborda sin dejar de emocionar. Así, en cada situación ordinaria que pone en juego las relaciones de los Lyon, el cuadro se deja atravesar por múltiples comentarios que lo hacen jugar en terrenos diversos (políticos, tecnológicos, sociales) pero que giran siempre a distintas velocidades en torno a la misma idea central: cada paso dado o por dar, desde lo íntimo hasta lo público, es un movimiento irreversible hacia la destrucción del mundo. Ahora bien, con el transcurso del tiempo y la acumulación de catástrofes, el final se convierte en un horizonte frente al cual todo prosigue de modo similar (no idéntico, claro) en la familia Lyon. En Years and years, la inminencia de la destrucción planetaria se ha convertido en una condición irrecusable de la civilización occidental. La caída libre no tiene final, si la debacle se acelera, el fondo permanece siempre lejano, o simplemente no existe. Lo terrible es que no hay fondo para la caída. Y mucho menos, parecería ser, pueden existir alternativas. Muchos años antes, en la Inglaterra de los Lyon, ya Margareth Thatcher había establecido a sangre y fuego el “no hay alternativa” frente la brutalidad del capitalismo global. ¿Hablamos entonces de un pesimismo británico filoso y sofisticado? No, en Years and years hay algo que subsiste en medio de la caída, y son los lazos afectivos el último refugio en mundo los convierte en la moneda de cambio de una violenta transacción planetaria.

Virulentas provocaciones

En líneas generales, la historia narrada gira en torno a la ya mencionada familia Lyon, compuesta por dos hermanas, dos hermanos, sus respectivas parejas y sus hijas e hijos, y la abuela. Entre ellas y ellos, como es de esperar, ocurren pequeños conflictos, dificultades, encuentros, enojos, pérdidas. No es que estos acontecimientos afectivos cotidianos no tengan relevancia, sino que lo fundamental es como se redimensionan en sus relaciones con el contexto sociopolitico del tiempo (futuro) que les toca en gracia (muy parecido a este presente, claro). La historia comienza en 2019 pero inmediatamente nos eyecta al futuro saltando meses o años. En la situación inicial ya en EE.UU Donald Trump asume su segundo mandato, en Rusia Puttin es primer ministro vitalicio, Inglaterra no sabe qué hacer con los refugiados ucranianos, el mercado financiero colapsa, varias especies de insectos tienden a desaparecer, la tecnología avanza hacia el transhumanismo (dicho simplemente, la superación de los límites biológicos humanos mediante la tecnología), en Rusia la homosexualidad es declarada delito, Europa deporta refugiados indiscriminadamente, Trump envía misiles atómicos a una isla artificial de China, y, en medio de todo eso, en Inglaterra comienza a emerger una figura mediática determinante: Vivienne Rook (brillante Emma Thompson), que desde la incorrección y la provocación sabrá calar hondo en el sentido común inglés hasta encumbrarse como una figura política relevante. Con sus virulentas provocaciones, Rook irá cubriendo un rango de adeptos que irán desde los ultraconservadores hasta los anarquistas, brillante observación paródica de la confusión política instaurada en el magma inmanejable de los medios. ¿Ecos del presente? Como toda distopía, Years and years no es sino un oscuro comentario que ubica en el futuro a los escándalos del presente.

Siempre puede empeorar

Cada episodio de Years and years angustia con humor, toda tragedia termina en un gag, y todo gag encubre un ácido comentario sobre el presente. Allí, mientras los Lyon sobreviven año tras año, el mundo sigue cayéndose a pedazos en medio de una aceleración constante. Ese mundo anuncia la inminencia de su final pero lo cierto es que siempre puede empeorar. Ese mundo es un mundo ridículo y escandaloso en el que figuras aberrantes como Vivienne Rook, Donald Trump o incluso Maurico Macri pueden llegar a la presidencia de una nación. Así de terrible y de absurdo es el mundo distópico de Years and years.

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