“Yo fui el que llevó al chico herido hasta el hospital. Estaba todo ensangrentado y lo único que decía era que lo ayudemos, que era diabético”, dijo una vecina de barrio Plata que, sin quererlo, se convirtió en testigo de un homicidio. Cuando la joven y su pareja llevaron al muchacho herido desde Aurora y Francia hasta el centro de salud, se enteraron que otro chico había quedado en el automóvil baleado. Se trata de un joven de 19 años que falleció en el lugar sin recibir atención médica. La Policía investigaba si el feroz ataque contra el auto en el que viajaban las víctimas fue un ajuste de cuentas o una violenta tentativa de robo.
En medio del cansancio y la conmoción por la escena que le tocó presenciar, la vecina de barrio Plata pudo reconstruir el momento en que balearon el Fiat Uno color gris en la zona sudoeste.
“Estábamos con mi novio en el auto afuera de mi casa, en Aurora casi avenida Francia, y a las 4.38 escuchamos muchos disparos. Justo miré la hora. Me quise bajar para entrar a mi casa pero mi pareja me dijo: «quedate acá, mirá si te pasa algo». Casi en simultáneo vimos que un auto que venía por Francia dobló y estacionó cerca de donde estábamos nosotros. Se abrió la puerta del conductor y se bajó un chico todo lleno de sangre en el pecho y las piernas”, indicó todavía impresionada la chica.
“En ese momento no ví nada, porque no podía correr la vista de la sangre, pero mi novio me contó después que el conductor del Uno sacudía a su compañero, que estaba sentado en el asiento del acompañante. Como que lo quería hacer reaccionar”, agregó.
La joven, que diez horas después del episodio no conseguía salir del estado de shock, contó a El Ciudadano que ella y su novio resolvieron, casi instintivamente, cargar al muchacho herido en el auto. “El pibe no dejaba de repetir que era diabético y que lo ayudáramos”, contó la chica. “Recién cuando llegó al hospital (Roque Sáenz Peña), nos dijo que su compañero todavía seguía en el auto”, relató la joven mientras pagaba un improvisado almuerzo de pan y fiambre en una granja.
Se trataba de Leonel Ramírez, de 19 años, quien falleció dentro del auto durante la balacera de la que él y el otro joven fueron víctimas. De acuerdo con voceros de la investigación, ninguno de los dos contaba con antecedentes penales.
La Policía encontró el cuerpo antes de que la vecina se acercara a la comisaría a denunciar el hecho del que se había convertido casi en protagonista. En ese momento, los investigadores concatenaron los dos episodios y encaminaron la investigación.
El relato de los hechos
Fabricio M., el muchacho herido, tiene 23 años y está internado desde la madrugada de ayer en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), adonde fue derivado. Allí trata de reponerse de dos tiros: uno en el pecho y el otro en el muslo derecho. En la sala de espera del centro de salud, un familiar del joven detalló que se encuentra conciente. “Nos contó que fue a comer de la novia y después fue a bailar, y cuando se estaba yendo se encontró con un chico del barrio y se ofreció a llevarlo”, agregó el pariente del muchacho herido. “Yo me pregunto qué hacía a esa hora por esa zona, si sabe que es peligrosa”, remarcó.
De acuerdo con esta persona, Fabricio y su acompañante circulaban a bordo del Fiat Uno por calle Francia y al llegar al cruce con Boman se le pusieron a la par dos motos, una de cada lado. En cada rodado iban dos personas. “Él dice que le quisieron robar el auto y que el otro pibe le dijo que acelere. Fabricio le hizo caso, pero se ve que eso los volvió locos y le dispararon”, aseguró el familiar.
Según contó el joven herido a sus allegados, las motos los volvieron a alcanzar y en ese momento sintió cómo vaciaban los cargadores de sus armas contra el auto. “Dijo que siguió un pedazo, hasta que no dio más del dolor en el pecho”, reprodujo el familiar, mientras esperaba algún parte médico que diera noticias sobre el estado de salud de Fabricio.
Sin embargo, a pesar de los dichos del joven, los pesquisas no descartaban que pudiera haberse tratado de un ajuste de cuentas contra alguno de los dos jóvenes. “No descartamos que se haya tratado de un intento de robo pero ninguna hipótesis está descartada”, señaló uno de los voceros del caso.
De acuerdo con las fuentes, el Fiat Uno en el que se desplazaban las víctimas presentaba nueve orificios de bala en la puerta del acompañante, uno en la puerta trasera del mismo lado y uno en la luneta trasera.
Además, en el lugar los pesquisas secuestraron cerca de 11 vainas servidas que pertenecen a proyectiles calibre 9 milímetros, casi en la esquina de avenida Francia y Boman, donde suponen que ocurrió el ataque.
“Esperamos la necropsia de Ramírez para saber cuántos impactos tiene. Por el momento puedo decir que son más de dos”, prosiguieron los voceros.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación junto con la colaboración del personal de la Brigada de Homicidios y de la comisaría 18ª, por razones de jurisdicción.