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Un mundial para tomar conciencia, combatir el odio y decirle no a la discriminación

Los dogos serán locales cuando del 3 al 9 de noviembre se dispute el World Championship Buenos Aires 2024 de fútbol

Por Alejandro Duchini / Especial para El Ciudadano

“Queremos transmitir valores, sobre todo el de la no discriminación hacia el colectivo y el odio que se genera no solamente hacia los gays sino también a la comunidad trans”. Lo dice Claudio Blanco, coordinador de Los dogos, primer equipo argentino de la comunidad gay. Campeones del Mundial en 2007, Los dogos serán locales cuando del 3 al 9 de noviembre se dispute el World Championship Buenos Aires 2024 de fútbol.

Disputado desde 1992, hace dos años 22 equipos compitieron en Australia. Pero el gran número fue alcanzado en Francia 2018, cuando participaron 56 selecciones.

El torneo, además de para competir servirá para visibilizar -y sobre todo tomar conciencia- una actualidad dramática. El odio social ha crecido en Argentina. Hace un mes, cuatro mujeres fueron atacadas por lesbianas en un hotel de Barracas. Tres de ellas murieron. Pamela Cobbas, Roxana Figueroa y Andrea Amarante. El asesino les había tirado una bomba en su habitación y no las dejó salir. Los grandes medios de comunicación ignoraron el tema. Uno de ellos, Clarín, resumió en “pelea entre vecinos”. Pero fue un ataque premeditado. Sofía Castro Riglos, aunque con quemaduras, sobrevivió. Esta semana, durante la entrega de los Premios Carlos Gardel, fue Lali Espósto quien invitó desde el escenario a pensar lo que nos sucede. “Que no lo normalicemos”, pidió. No todo está perdido. En los últimos días, y frente al hotel, se movilizaron vecinos y allegados a las víctimas que reclamaron por justicia.

Por eso, el Mundial LGTB es más que un torneo de fútbol organizado por la Internacional Gays and Lesbian Football Asociation (IGLFA). “El fútbol rompe fronteras y une”, agrega Blanco. La AFA prestó su apoyo. Si las fechas FIFA lo permiten, algunos partidos se jugarán en el Predio Lionel Messi. Las instancias definitorias -semifinales y finales-, en estadios de clubes de Primera División. El fixture no está determinado. Falta ver qué selecciones se inscriben. Hasta ahora confirmaron Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.

La homosexualidad en el fútbol es un tema tabú. Pocos jugadores se animan a reconocerse homosexuales por miedo a las burlas y otras formas de discriminación. El primero en hacerlo fue el inglés Justin Fashanu, en 1990. También inglés, el futbolista del Birmingham Troy Deeney calculó , en junio de 2020, “al menos un gay o bisexual en cada equipo”. Sebastián Vega y Facundo Imhoff, del básquet y del vóley, respectivamente, expresaron sus elecciones sexuales, pero en el fútbol eso es apenas un murmullo.

En cada partido de Primera en Argentina se escucha a los hinchas cantar que el rival es puto. Lo hacen los barras y los plateistas. Y no hay edad: los más chicos imitan a los adultos. El mensaje, que es viejo, también viene desde arriba: derechos humanos, “¡afuera!”.

A Blanco, abogado chaqueño de 46 años y ex jugador de las inferiores de Chaco For Ever, le costó salir del closet. Fanático de los deportes, jugaba al tenis cuando un amigo le habló de la posibilidad de jugar al fútbol en Los dogos. Sus integrantes no se definen como selección sino como “equipo inclusivo”.

Ex árbitro de fútbol Gonzalo Beladrich escribió un libro, Fuera de juego, para contar la discriminación que se vive desde adentro del fútbol grande. Abandonó el arbitraje para vivir en libertad. En sus páginas recuerda el suicidio de Fabián Madorrán, en 2004, quien reconoció su condición de gay. Hay que leer ese trabajo y ponerse en los zapatos del autor para entender de qué se trata.

Los dogos crecieron un montón. La AFA, cuentan en su página web, “les suministró ropa de entrenamiento, tiempo recreativo y de juego, hidratación y balones de fútbol”. Los organizadores esperan que “participen aproximadamente 50 equipos de fútbol femenino y masculino 11 y de fútbol 7”.

Cada vez, a veces tibiamente, hay más voces que cuentan y apoyan la libre elección sexual. Pero también, y a los gritos, hay otras voces que odian y discriminan. Y asesinan. Ojalá el World Championship Buenos Aires 2024 sirva para tomar conciencia de dónde y cómo queremos ser en cuanto a sociedad.

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