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Un mundo bajo un flujo inasible de tiempo y espacio

Grabada con la técnica donde se combinan acciones con actores con dibujo y pintura, “Undone”, una maravilla visual y argumentalmente muestra a una joven desencantada cuya percepción de la realidad se transforma tras un accidente de tránsito

Undone es una pequeña maravilla que va directo y sin demoras a ocupar alguno de los primeros puestos en una posible lista de las más destacables series del año. Producida por la cadena Amazon (que cuenta con no pocas producciones de calidad), creada por Raphael Bob-Waksberg y coescrita junto a Kate Purdy (responsables de la animación de Netflix Bojack Horseman), coprotagonizada por el enorme Bob Odenkirk (Breaking Bad, Better Call Saul), Undone se presenta, casi de inmediato, como una delicadísima rareza dentro del panorama televisivo. Una pequeña maravilla desplegada en ocho breves episodios de 24 minutos cada uno. Imposible, claro, no verla de un sólo tirón.

Flujo inasible de tiempo y espacio

Lo primero que llama poderosamente la atención de Undone es la decisión de realizarla mediante la técnica de rotoscopía. Esta es una técnica de animación mediante la cual se combina el registro de acciones con actores con técnicas de dibujo y pintura. A grandes rasgos, se registran las acciones y, sobre esas imágenes, cuadro por cuadro, se dibuja y se pinta pudiendo así alcanzar grados de extrema naturalidad en las animaciones resultantes del proceso. Una técnica antigua utilizada en el cine de diversos modos y con distintos fines, pero que, en este caso, remite claramente a las películas de Richard Linklater Waking Life y A Scanner Darkly, con las cuales además Undone se emparienta por varios motivos temáticos, aunque las supera notablemente por la simpleza no exenta de espesor con la que aborda temas que en aquellas se desmoronaban en una sosa pretenciosidad. Lo que sucede aquí al primer impacto, sobre todo en el desarrollo del primer episodio, es que la utilización de esta técnica llama la atención por lo en apariencia inadecuado y se pone en tela de juicio la validez de su aplicación. Esto parece suceder por el carácter naturalista del conflicto presentado. Ya que estamos ante una situación de corte realista, ¿qué aporta esta decisión de convertir a los actores en dibujos también realistas? ¿Por qué no dejar a los actores? ¿No sería mejor prescindir de ese velo estilizado que nos distancia de los personajes? ¿Cuál es el sentido de forzar técnicas de animación para acercarse a una impronta realista que esa misma animación está cubriendo? Undone puede suscitar, de seguro y en el primer encuentro, una duda fundamental en relación a la línea estética elegida, que distancia del conflicto. Pero este escollo, afortunadamente, es breve y pasajero, apenas comenzado el segundo episodio dicha elección se revela en sus fundamentos. Estamos ya tratando de hacer pie en un mundo en el que tiempo y espacio fluyen de modos inasibles.

Entre la realidad y la ensoñación

Alma, la protagonista de Undone, es una mujer joven desencantada que parece incapaz de encontrar una base firme para su vida en un mundo en el cual se siente extranjera. En cierto modo, bajo el tapiz de su irreverencia y de su incorrección, Alma es una mujer rota, una sombra frágil hecha de heridas ordinarias, insatisfacciones existenciales, patologías hereditarias, y de conflictos irresueltos, entre estos, la temprana muerte de su padre, cuando era ella una niña, en un accidente automovilístico. Presentada la situación del personaje, entre el tono de comedia y el drama familiar, Undone juega su carta para abrir un abanico de temas imbricados en una historia fascinante. Y es allí, en ese punto, donde la elaborada técnica de animación cobra todo su sentido para abrirnos a la percepción de un mundo no regido por la lógica de la unidad de espacio, ni la linealidad temporal, ni la lógica estricta de causa y efecto. Alma tiene un accidente de tránsito que la deja en coma durante algunos días. Al despertar, sus percepciones de la realidad se han transformado drásticamente. El tiempo y el espacio fluyen de modos no lineales. Lo que vendría después puede suceder antes. Pasado, presente y futuro se entremezclan en una convivencia incomprensible. No hay lejos ni cerca, el espacio se torna maleable. La animación de la imagen rotoscópica produce transformaciones constantes que discurren sobre un delicado límite entre la realidad y la ensoñación. Ese nuevo mundo, percibido por la nueva Alma, se ha salido de sus goznes y no ofrece explicación ni asidero. Pero quien circula entre todas estas esquirlas de una realidad hecha pedazos, y quien tiene la clave, es su padre “muerto” (condición ya inadecuada para señalarlo, si pasado y futuro se indistinguen, ¿en qué punto estaría muerto?, ¿cuándo?). Es él quien provocó su accidente para despertar en ella estos sentidos que la ligan a otra concepción del espacio-tiempo (concepción que tendrá su fundamento no en elucubraciones científicas, sino en fundamentos propios de culturas no occidentales, particularmente la mexicana), y con el objetivo de que sea capaz de desarrollarlos y dominarlos para conocer la verdad sobre el momento de su propia muerte, que supone fue un asesinato. En ese punto todo está jugado: la comedia mordaz, el drama familiar, la intriga criminal, y lo fantástico. Y desde allí Undone fluye con una gracia poco frecuente, con una liviandad hipnótica que no deja de hacer relucir todo lo que desde ella se abre revelando capas y más capas de sentido, sin obstruirse jamás ni estancarse en la pretensión existencialista. Undone es bella en su concepción estética, sensible en el tratamiento de sus personajes, y profunda en su virtuosa liviandad.

Un límite tan frágil que aterra

A través de los ocho episodios, Alma y su padre, en pos de  la resolución del supuesto crimen,  recorren el mapa espacio-temporal de sus vidas trazando distintos recorridos, yendo y volviendo, encerrándose en loops, saltando, retomando, cambiando. Y todo esto, mientras Alma intenta también seguir con su vida en “este” mundo que conserva las antiguas características. Una lucha insostenible que pone a Alma en un permanente estado de catástrofe a punto de ocurrir. ¿Hacia dónde dar el próximo paso cuando no hay ya suelo estable sobre cual proyectarlo? Allí, donde la realidad y la ensoñación, y donde la locura y la cordura, han revelado la indefinición de sus límites, ya no hay sosiego y hay que reinventarse el mundo entero e incluso a sí mismo. Entonces, ¿Alma está loca o realmente ha tenido acceso a una antigua pero silenciada verdad del cosmos? La primera duda que se presenta es un interrogante primordial y temido, imposible de resolver desde la perspectiva de esta monocultura de occidente que descalifica y excluye todo aquello que no entra en sus cánones cientificistas. El límite entre lo considerado locura y lo considerado cordura es tan frágil que aterra, tan fácil sería cruzarlo y ser designado en el interior de esa taxonomía de la exclusión. De ahí se desprende también aquello que ya está esbozado, ¿es la realidad planteada por el occidente colonialista el único modo de relacionarse con ella, o, como en este caso, otras concepciones del espacio-tiempo y de la realidad toda, como en este caso la de la cultura mexica y el chamanismo, son igualmente válidas? Hermosas cuestiones que sorprendentemente son planteadas por una serie norteamericana. Pero incluso allí, Undone, sobre el pesado fondo de todo esto, se hace liviana y emotiva por el modo en que aborda tales ejes. A fin de cuentas es un asunto ordinario. Se trata de una persona hecha añicos, rota por todas partes, que lucha afanosamente por encontrar un sentido a la miseria ordinaria, una cura para tanta herida, una razón para el desgarro; que desespera por encontrar amor y bondad allí donde las condiciones del mundo parecen imposibles para que tales cosas proliferen. ¿Dónde buscar? Puede que no se pueda encontrar respuestas, y es claro que Undone no las dará, pero sí deja, con su poética tristeza, la confirmación de que todo lo inconmensurable está a la vista, en un cielo o en un rayo de luz, abriéndose a los infinitos universos y a todos los mundos posibles. No está de más remarcarlo, Undone es una pequeña maravilla.

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