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“Un mundo sin periodistas es un mundo sin libertad”

El reconocido comunicador social español Ignacio Ramonet visitó la ciudad y ofreció conferencias sobre democracia y medios.

Por Laura Hintze

El general Carlos Eduardo Martínez Mendoza está sentado en la punta de una mesa larga, donde unas veinte personas están cenando, asomando la cabeza y estirando el cuello cual tortuga, tratando de captar algo, al menos una frase, una idea. Carlos, el embajador de Venezuela en Argentina, no para de hablar y contar anécdotas de su vida con Hugo Chávez. Cómo fue dormir en la misma «litera» que él, trabajar en su gobierno, formar parte de la primera generación de la Academia Militar de Venezuela. Frente al general está sentado Ignacio Ramonet. Apoya su mentón sobre sus manos entrecruzadas y escucha. Ramonet porta en su currículum una enorme cantidad de títulos y premios. En ese momento, oficia de flamante Doctor Honoris Causa de la UNR. No logra, sin embargo, escapar de su esencia. El brillo en sus ojos, fijos en el General Martínez Mendoza, lo delatan. Acaba de encontrar una historia. Ramonet carga decenas de reconocimientos y diplomas, pero no deja de ser un periodista.

Ignacio Ramonet está cansado. Se le nota en esa misma mirada que todavía tiene lugar para mostrar la fascinación. En dos días que pasó a full, es la primera vez que no es el centro de atención. Es martes a la noche, la segunda jornada de las tres que pasó en Rosario encontrándose con periodistas, alumnos y docentes de las carreras de periodismo y comunicación. Llegó para celebrar los 40 años de la carrera de Comunicación Social y el Día del Periodista, que el país celebró ayer. El eje de cada actividad que tuvo fueron los medios y la democracia. Cada una de ellas, salvo el acto oficial en el teatro La Comedia, rozó la informalidad y el intercambio. Ramonet habló desde la experiencia y generó una identificación tal que lo puso en un pie de igualdad con los profesionales que lo escucharon. Estén de acuerdo o no con sus premisas, eran todos periodistas (incluso los que aspiran a serlo).

El lunes fue su primera aparición. Rodeado de micrófonos, botellas de agua y tazas de café, dio una conferencia de prensa en el hotel Riviera. El encuentro fue un paseo por la política internacional, desde Ucrania hasta Colombia, desde la abdicación del rey Juan Carlos hasta la Venezuela de Nicolás Maduro. Fue también la oportunidad para comenzar a hablar de la profesión, de Internet y los grandes grupos mediáticos.

“Hasta ahora no tenía consecuencias que el público estuviese o no satisfecho con la información, porque la gente no tenia más remedio que una u otra cosa. Eso ha cambiado totalmente y no hay una empresa mediática en el mundo que no esté viendo cómo disminuye su difusión, audiencia o publicidad. Pienso que los dueños de medios deben preocuparse por el sentimiento del consumidor de su producto, porque evidentemente eso va a condicionar el hecho de que se mantenga fiel o no. Eso no tiene que ver con la línea sino con el servicio de información que puede dar un medio.
Muchos propietarios de medios no tienen solución ni la ven porque todo lo que se ha hecho hasta ahora no funcionó”.

La conferencia, incluso, sufrió un revés inevitable y terminó siendo una charla sobre periodistas y política, periodistas y militancia, periodistas e ideologías que sólo el tiempo y los compromisos de Ramonet frenaron. “Yo nunca he alentado la cuestión del militantismo, pienso que hay una contradicción entre periodista y militante. Si se es militante no se puede ser un buen periodista porque por definición la persona va a estar al servicio de su idea y eso le va a falsear la manera de percibir el problema y la información. Eso no quiere decir que no se esté comprometido. El periodismo tiene que beneficiar de la confianza de la colectividad y de su credibilidad”, explicó el español.

Ese mismo día se realizó el acto formal. El Sindicato de Prensa Rosario organiza todos los años una charla por el Día del Periodista. Se sumó esta vez el aniversario de la carrera de Comunicación Social. El fruto de los dos aniversarios fue la posibilidad de tener a Ignacio Ramonet hablando sobre periodismo para periodistas, docentes y futuros profesionales. Ramonet es español y tiene 70 años. Es Doctor en Semiología y en Historia de la Cultura. Colabora en medios de todo el mundo, como editorialista de política internacional y columnista de opinión. Escribió una veintena de libros, recibió otras tantas distinciones internacionales, da clases y seminarios en universidades latinoamericanas y europeas. En Rosario, colmó el teatro La Comedia de manera tal que el acto incluyó una pantalla en la calle y unos cuantos espectadores escuchando y sufriendo los primeros fríos rosarinos. Ramonet recibió el título de Doctor Honoris Causa por parte de la UNR. Brindó, además, una conferencia que leyó de pie sin tomar un solo vaso de agua. “El gran desafío para los canales públicos es garantizar el derecho del acceso de diferentes grupos sociales y políticos a dichos medios como elemento fundamental de la participación ciudadana. Otro desafío es el de producir programas que respeten su condición de servicio público y sean a la vez populares y de alta calidad con el fin de atraer a una gran audiencia. Esto es una cuestión de creatividad y de libertad de expresión cultural y también una cuestión de financiación para deshacerse de la dictadura de la publicidad. Hay que resistir a la tentación de limitar las acciones del sector público a unas audiencias minoritarias. Si lo hiciéramos sería abandonar el campo fundamental de la batalla cultural”, concluyó.

Dos días con Ramonet nunca vienen nada mal. Son dos días para discutir la profesión que dejarán algo a la ciudad, aunque sea un periodista que piensa distinto y unos cuantos artículos que se viralizarán por un tiempo y alguna vez serán material de consulta. O ni siquiera. Pero para los que lo escucharon son dos días que, al menos, valieron la pena y sirvieron para, por un par de horas, pensarse como profesional y trabajador de prensa.

El miércoles al mediodía Ramonet se reunió con más de cincuenta periodistas locales en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Internet fue la sombra de cada pregunta: qué va a pasar con los medios impresos, cómo afrontar la precarización laboral, la tercerización, la producción de notas, el rol del lector. “Un mundo sin periodistas es un mundo sin libertad y sin democracia”, sentenció el periodista español y parece que esa fue una de las pocas certezas que se manejaron en el salón. Ubicados en ronda, sin micrófono ni más presentación que la necesaria, la charla fue un bombardeo de inquietudes para las que no hubo solución ni respuesta concreta, sólo reflexiones y experiencias. “El diagnóstico para la prensa escrita no es de pesimismo, sino de oportunidad. Los periódicos surgen en momentos de ruptura y están obligados a generar una nueva forma de hacer periodismo. Nace una nueva generación. No hay que acobardarse. Hay que ser periodistas de hoy”, fue la conclusión propuesta luego de dos horas de conversación.

La noche de ese día fue el broche de oro de las dos jornadas dedicadas al periodismo. En la sede la Universidad se presentó el libro “Hugo Chávez. Mi primera vida”, una entrevista de Ramonet al fallecido presidente de Venezuela. Durante una hora, el español contó características de Chávez. Sus aprendizajes, faceta artística, la infancia, su humor, exigencias y evolución política. “Chávez es un milagro social”, resumió. Al lado suyo estuvo el general Carlos Eduardo Martínez Mendoza, quien le dio el toque venezolano a la charla, contando anécdotas y otras vainas sin detenerse a respirar.

Sentados en primera fila, Jorge Lamadrid y Sixto Valdez Cueto, embajador de Cuba y cónsul de Bolivia respectivamente, escuchaban, asentían, aplaudían. Con la conferencia terminada, las historias no dejaron de sucederse. La agenda apretada continuó en esa cena, de veinte personas y cuellos estirados, donde Ramonet tuvo su respiro, su momento para apoyarse entre sus manos cruzadas y deleitarse siendo periodista, encontrando, todavía y a pesar de tanto camino recorrido, nuevas historias para contar.

Revueltas opositoras sin razón en Venezuela

Al preguntársele sobre si es una manía la denuncia permanente del gobierno de Nicolás Maduro, y su antecesor Hugo Chávez, de que hay intentos desestabilizadores o de magnicidio, Ramonet afirmó: “No sé si es una manía pero es una realidad. El gobierno bolivariano, los gobiernos bolivarianos desde febrero del 99, están padeciendo ataques ininterrumpidos por parte de la oposición y de las oposiciones, más o menos apoyadas por oficinas extranjeras, o por grupos de apoyo del exterior de todo tipo. No podemos olvidar que hubo un golpe de Estado en abril de 2002. No podemos olvidar que hubo un golpe petrolero. Que hubo ya varias revueltas de las del tipo que empezaron en febrero pasado en Venezuela. Y ha habido también el descubrimiento de varias conspiraciones con voluntad importante de los comandos detenidos, de tener por misión asesinar al jefe de Estado. El caso de Chávez fue bien documentado. Indiscutiblemente en Venezuela no había ninguna razón para que en febrero pasado empezara una revuelta de ese tipo. Por qué, porque en Venezuela acababa de haber elecciones”.

Además, el periodista español indagó en la cuestión de que “las oficinas que tratan de desestabilizar a los países progresistas, dicen que las elecciones no son suficientes para legitimar a un gobierno. Entonces, si las elecciones no son suficientes, qué es lo que tiene que hacer un gobierno para legitimarse”.

Tras la abdicación, España enfrenta el fin de un ciclo

Nacido en España, a la vez que lúcido analista político, Ramonet opinó que en su país se llegó a un fin de ciclo, tras la abdicación de rey Juan Carlos I. “Es el reflejo de que en España se ha llegado a un fin de ciclo”, aclaró el periodista en clara referencia a la transición que se abrió con la muerte de Francisco Franco, el fin de la dictadura en 1975 y la Constitución del 78 que intentó conciliar dos posturas. “Todo ese período político se estrella contra la crisis del 2008. Una crisis de una enorme brutalidad. Un proceso en el que el 26 por ciento de la población activa está en el paro. Más de la mitad de los jóvenes están desocupados en España. Tensiones importantes de todo tipo, en particular en torno a la estructuración del estado de las autonomías. Algo que ya no da más de sí. En particular en Cataluña, el proceso de consulta sobre la independencia. Todas esas son circunstancias que hacen que la situación española es una situación que necesita un cambio político”, afirmó a la vez que expresó que en España hay una fragmentación tan grande que los políticos deben repensar este nuevo ciclo.

La provocación de Occidente

El periodista afirmó que Occidente cae en una provocación irresponsable frente a Rusia. “Ucrania es la crisis más grave que ha conocido Europa, por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial. Probablemente el mundo, aunque no nos hayamos dado cuenta. ¿Por qué? Porque es la primera vez que en una línea de fractura del Este con el Oeste hay un enfrentamiento importante. ¿Y a qué se debe ese enfrentamiento? No cabe duda de que eso, en mi opinión, resulta de una actitud irresponsable de algunas potencias occidentales. ¿Por qué irresponsables? Porque cuando cayó el Muro de Berlín se firmó un acuerdo entre lo que aún era la Unión Soviética de Gorbachov y el campo occidental, según el cual el Pacto de Varsovia iba a ser disuelto. El Pacto de Varsovia, lo digo para los más jóvenes, era la alianza militar entre los países del Este y era el equivalente simétrico y opuesto a la Otán. Entonces, iba a ser disuelto. En compensación, el campo occidental le daba garantías a Rusia que a los países del Este, que la Otán no los enrolaría en su alianza militar”.

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