El hermano de un sindicado narco y barrabrava de Newell’s de la zona norte fue detenido este miércoles por uniformados de la Delegación Rosario de la Policía Federal Argentina (PFA) en medio de una docena de allanamientos donde se secuestraron casi un kilo de cocaína, miles de pesos en efectivo, cuatro armas de fuego y nada menos que 38 autos, cuya procedencia se averiguaba al cierre de esta edición. Los operativos se hicieron, tres, en el norte de Rosario, tres en Capitán Bermúdez, uno en Puerto General San Martín, tres San Lorenzo y dos en Granadero Baigorria y fueron ordenados por la jueza Irma Bilotta a instancias del Ministerio Público de la Acusación en el marco de pesquisas relacionadas con delitos contra la propiedad, robos y abuso de armas. Por el hallazgo de droga se le dio intervención a la Justicia federal, mientras que Coto se mantiene prófugo.
De acuerdo con voceros judiciales, de los doce procedimientos que comenzaron este miércoles por la madrugada una decena arrojó resultados para la investigación, ya que se secuestraron cuatro armas entre revólveres y pistolas, tres réplicas, más de un centenar de balas de distintos calibres, elementos de electrónica de que se presume pertenecen a víctimas de robo, casi un kilo de cocaína y material para el fraccionamiento de estupefacientes.
Los investigadores detallaron que la detención del principal sospechoso, identificado como Matías Ezequiel M., de 25 años, se produjo en una vivienda de España al 100 en uno de los tres allanamientos que se hicieron en Capitán Bermúdez. Sin embargo, al muchacho se lo vinculaba con la venta de estupefacientes en el barrio de Empalme Graneros de Rosario. A su vez, otros tres hombres fueron demorados pero recuperaron la libertad.
En otro de los allanamientos, los pesquisas de las fuerzas federales de Delitos Federales y Complejos de la PFA irrumpieron en un galpón de Malvinas al 300 de Puerto General San Martín. En ese lugar, los uniformados incautaron 38 vehículos, los cuales eran peritados para determinar si eran robados o no, o bien si sus propietarios pueden justificar ingresos acordes con su posesión, explicaron fuentes del caso.
Por su parte, voceros de la Fiscalía Regional Rosario explicaron que el muchacho de 25 años tendrá la audiencia imputativa hoy por la mañana en los Tribunales de San Lorenzo, donde el fiscal Aquiles Balbis lo acusará por delitos contra la propiedad, abuso de armas y por una balacera ocurrida el pasado 30 de enero que se suma a otra del 6 de este mes. Las fuentes señalaron que, luego de esa instancia en San Lorenzo, los fiscales de Rosario darán mayores precisiones de las acusaciones que pesan sobre el muchacho por hechos cometidos en esta última ciudad. En tanto, Coto se mantiene como fugitivo.
Su hermano Coto
A pesar de que el apodo del Coto se hizo más conocido en las crónicas policiales por pertenecer a una de las facciones disidentes de la barra brava de Newell’s, el apodo empezó a sonar por el 2006. En agosto de ese año, Marcelo M., de 43 años y apodado Coto, vio a un vecino de 18 años caminando por Suárez y Paunero –en zona norte– y frenó de golpe el Fiat Palio. Siempre según la acusación, el hombre bajó con una escopeta calibre 32 y le disparó. Producto de la perdigonada, el joven fue trasladado al hospital Alberdi con heridas en la cabeza y la espalda. Coto fue detenido ese mismo día.
En 2008 una investigación lo relacionó en forma directa con la proveeduría de estupefacientes para su venta en la misma zona. El 28 de noviembre de ese año, Coto cayó en la localidad de Oliveros tras una investigación de un semestre de la Dirección de Prevención y Control de Adicciones. Los uniformados de la ex Digedrop secuestraron más de 30 kilos de marihuana y detuvieron a Daniel G., de 33 años, en una casa de Génova al 700, frente al estadio de Rosario Central. En base a la documentación y a la información recabada, la pesquisa siguió para atrapar al proveedor y tras seis meses los investigadores detuvieron al Coto cuando intentó escapar en su Renault Megane y le secuestraron tres kilos de marihuana. También hallaron 10 kilos más en una especie de granja de su propiedad, ubicada en esa localidad del departamento Iriondo. Coto quedó a disposición del juez federal Marcelo Bailaque y también de la Justicia penal provincial, ya que tenía un pedido de captura por abuso de armas.
En tanto, su hijo de 19 años fue apresado en septiembre del año pasado por la Policía santafesina cuando intentó escapar de un control vehicular en Granadero Baigorria. Ese día se produjo una persecución que terminó cuando el hijo de Coto perdió el control del vehículo y chocó contra un paredón del cementerio de dicha localidad. El Peugeot 407 en el que iban dos muchachos tenía pedido de secuestro por haber sido robado en una entradera ocurrida a principios de ese mes en una vivienda de Gallo al 600 de Rosario.
Con la barra
Tras la retirada formal del Diego “Panadero” Ochoa del liderazgo de la barra leprosa y con muchos de sus hombres presos se inició una nueva etapa, con otros protagonistas. Nelson “Chivo” Saravia se presentó el año pasado como nuevo jefe, aunque sin el padrinazgo de Ochoa. Como laderos: Matías “Cuatrerito” Franchetti, a cargo de “la gente” y del nexo con la banda de los Monos, y Maximiliano “Cabezón” La Rocca, referente de los bombos. Las banderas siguieron en manos del Chivo. Cuatrerito y Cabezón fueron asesinados en junio pasado, ambos al salir del club. Se interpretó este segundo crimen como vuelto del primero. Luego de que se restableciera el derecho de admisión –ahora hay 82 barras en esa condición–, fue atacado en dos oportunidades el domicilio del secretario del club, Claudio “Tiki” Martínez. Y también, en noviembre pasado, Cristian D’Amico, vicepresidente leproso, sufrió un ataque a balazos en Pellegrini y Felipe Moré mientras iba en camioneta con su pequeño hijo.
En estos primeros meses se produjo un pacto entre casi todas las históricas facciones, incluso la que era disidente de la administración del Chivo, integrada por Coto y Leonel “Leo” Fernández –del barrio de la Carne–, siempre secundado por Norberto “Alpa” Tillar, un veterano que fue ladero del asesinado Roberto “Pimpi” Caminos; y de Cristian “Paraguayo” Castells (villagalvense), en quien solía apoyarse Alexis, hijo de Pimpi, ante la imposibilidad de acercarse al club. La nueva conformación permitió el regreso de la gente de Alexis (preso desde octubre pasado) y el resto de los bandos, entre ellos los de Andrés “Junior” Vivas (sudoeste) y un referente de Tablada, Rubén “Tubi” Segovia, a quien le atribuyen haber heredado el contacto con los Monos, aunque también está preso desde octubre pasado. Sin embargo, las versiones indican que con el correr los primeros meses de este año en el pacto que reunía a La Gloriosa, nombre actual que cobija a la barra, Coto se alejó.