Volvió a empatar. Más allá de merecimientos, aciertos y errores, Central acumuló el séptimo empate consecutivo en esta Superliga. Y si bien se mantiene invicto en esta primeras nueve fechas del torneo, la serie de partidos sin triunfos preocupa.
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Y, a la vez, repercute en la tabla de los promedios, donde los auriazules volvieron a caer en la zona roja. Es cierto que todavía falta mucho camino por recorrer para definir los nombres de los tres equipos que dejarán la Primera División. Quedan 75 puntos en juego, muchísimo. Pero también es cierto que se trabaja con más tranquilidad estando fuera de peligro.
El equipo de Diego Cocca igualó este domingo como visitante de Lanús. El encuentro, de bajo vuelo futbolístico, finalizó 1-1. El mismo resultado que se había dado hace una semana jugando frente a Racing en Arroyito. Pero en esta oportunidad fue muy diferente la forma. Ante los de Avellaneda, Central se mostró superior, generó una buena cantidad de situaciones de gol, convirtió en figura al arquero rival y claramente mereció ganar.
La producción del Canalla este domingo en suelo granate se asemejó a otras de este torneo, en las que al equipo le costó generar en ofensiva. Y eso genera preocupación. En nueve fechas jugadas, los de Arroyito aún no definen un estilo de juego. No confirman una identidad, una forma. Algo que a esta altura parece indispensable para ganar confianza y crecer decididamente en lo colectivo.
Ante Lanús, Central hizo un primer tiempo aceptable, en el que manejó el balón con cierto criterio. Pero generalmente lo hizo hasta tres cuartos de cancha. No consiguió profundidad. Sin capacidad de generación de juego ofensivo, carente de líder en el armado, falto de ideas y de cambio de ritmo para desequilibrar, el Canalla consiguió un solo remate al arco en la etapa.
Y en el complemento, la situación se agravó. Lanús fue algo más. Y, desde el manejo de Vera en el mediocampo, y la presencia de Sand en ofensiva, consiguió lo que no había podido antes, hilvanar en ataque e inquietar a Ledesma. Y, para colmo, apareció un error grosero de Pereyra que le entregó al local en bandeja la chance de ponerse arriba en el marcador. Y Sand mostró todas sus credenciales para aprovecharla.
Lo mejor del Canalla en el partido fue la rápida reacción. Consiguió el empate a los pocos minutos, algo que ya había logrado en partidos anteriores, como frente a Colón y a Newell’s. Un tiro libre bien ejecutado por Gil fue capitalizado por Caruzzo para estampar la igualdad vía aérea.
Después del empate, Lanús se lanzó a recuperar la ventaja. Pero lo hizo más desde la autoridad que obligaba la localía, que desde los argumentos futbolísticos. El Granate lo empujó a Central contra Ledesma. Pero el equipo de Cocca aguantó bien la embestida y el partido terminó en un justo empate.
Un reparto de puntos con sabor a castigo para dos equipos que nunca terminaron de imponer condiciones y que apostaron más a los errores ajenos que a las virtudes propias para tratar de quedarse con los tres puntos.