Diego siente que la vida se derrumbó desde el 5 de diciembre pasado cuando dejó de ver al menor de sus tres hijos. Tiene 47 años y trabaja como taxista y profesor de educación física. Con la madre de los hijos de 17, 13 y 7 años convivió durante 10 años. En 2014 se separaron. Según Diego, la ex mujer es una persona violenta que agredió a la familia. Fue a la Justicia y después de varios vaivenes judiciales logró la tenencia definitiva de los nenes en octubre del año pasado. El 5 de diciembre el más chico fue a visitar a la madre y nunca volvió. La mujer le prohibió verlo, lo denunció por violencia de género y pidió una restricción de acercamiento. Diego desmintió las denuncias. Quiere que el nene regrese a la casa que comparte con los dos hermanos y pide a la Justicia que acelere los tiempos para resolver la situación.
“Mi hijo me dijo que no quería vivir más con la madre. Que me quería y quería volver conmigo. Me siento sin brazos ni piernas esperando a la Justicia. Siendo una situación tan clara, no entiendo por qué nadie toma una decisión”, contó Diego a El Ciudadano.
Violencia familiar
Diego y L. convivieron durante 10 años y tuvieron tres hijos. Todo iba bien hasta que Diego empezó a notar que su pareja tenía episodios violentos. “La amaba y teníamos una familia. Pensé era algo pasajero”, recordó. Las situaciones continuaron y la mujer empezó un tratamiento psiquiátrico que después de dos años dejó. “La psicopedagoga de mi hijo mayor me dijo que me fuera de la casa porque mi mujer me inducía a ser violento”, contó.
A Diego le costó tomar la decisión hasta que a principios de 2014 se fue de la casa. Seis meses después el hijo mayor lo siguió y se mudó con el padre. Según denunciaron, la madre lo insultaba y lo golpeaba.
“La psiquiatra del equipo de violencia familiar de Tribunales corroboró que los nenes fueron violentados. Dijo que el único con posibilidades de buen desarrollo era el mayor porque vivía con el padre”, explicó Diego.
Al año siguiente el hombre pidió la tenencia de los tres hijos. El juzgado de familia la otorgó provisoriamente por tres meses y luego la extendió por otros dos. Los chicos se mudaron con el padre. Cambiaron de escuela y el rendimiento mejoró. “El menor era agresivo con los compañeros y el colegio le acortó la jornada horaria. Empezaron un tratamiento psicológico y los informes eran alentadores”, agregó el padre.
En octubre del año pasado los jueces de familia Alicia Galetto, María Paula Mangani y Manuel Rosas le dieron a Diego la tenencia definitiva contemplando visitas a la madre. En la última, el hijo menor no volvió.
La mujer lo llevó a Justicia y el nene declaró ante el defensor de menores que el padre lo golpeaba. También denunció a su ex pareja por violencia de género y la jueza Mangani dictó la prohibición de acercamiento hacia la mujer y el nene. Para Diego, el chico fue manipulado y obligado a declarar.
Estando vigente la prohibición de acercamiento, Diego denunció que la mujer fue hasta su casa a increparlo. Pidió una orden de restricción que aún no le dieron.
La última vez que vio a su hijo fue a fines de diciembre. Lo encontró en los pasillos de Tribunales cuando fueron a hacer una nueva presentación. Diego contó que el nene le soltó la mano a la madre y corrió a abrazarlo. “Me dijo que me quería mucho y quería vivir conmigo”, recordó y agregó que los dos hijos mayores declararon que extrañan a su hermanito.
Hace una semana la mujer hizo una nueva denuncia y consiguió otra prohibición de acercamiento sin término. Diego volverá a la Justicia a cuestionarla y a exigir que el hijo vuelva con él.
“Toda la planificación que tenía se derrumbó. Estoy muy apesadumbrado esperando que actúe la Justicia”, agregó.
Diego contó que quiere que los hijos vivan una infancia linda como la que él tuvo. El mayor juega al básquet en Granadero Baigorria, hace un curso de árbitro y participa de un movimiento político. La hija del medio toca el bajo en la orquesta sinfónica infantojuvenil de Villa Hortensia, estudia guitarra y forma parte de una agrupación de Scouts. “Mi ex mujer es adicta a la violencia. En terapia lo pude entender. Lamento que estemos en mano de gente inoperante con falta de sensibilidad ante una cuestión tan palpable”, concluyó.
Padres que luchan por ver a los hijos
Desde 2011 la agrupación Padres y Abuelos por los niños separados de su familia (Payab) trabaja en fortalecer el vínculo entre los hijos y la familia. Fernando Taborda, uno de los integrantes del grupo dijo que existe un prejuicio hacia los padres que piden la tenencia y que tienen que pasar por muchos cuestionamientos y exámenes. “La tenencia por defecto la tienen las madres y los padres tienen dificultades para vincularse. Para tapar las denuncias contra las madres, denuncian a los padres de cosas peores. Hay un prejuicio relacionado con un mandato de constitución de familia que quedó obsoleto”, explicó Taborda y dijo que si bien muchos hombres no se animan a pedir la tenencia cada vez denuncian más temprano cuando hay un impedimento para ver a los hijos.
