Duró pocas horas. Apareció entre el domingo a la noche y el lunes a la madrugada en la esquina de Francia y Santa Fe, al lado del ingreso principal de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. Pasacalle plastificado y full color. Dos metros de alto por tres de largo. En el medio, una foto del edificio académico. En el cielo y a la derecha, la cara de un hombre parecido a Jesús. Una lágrima roja cae de uno de los ojos y es en realidad Hipócrates, el médico griego que dio origen al juramento médico. Abajo y a la izquierda, un hombre con lentes parecidos a los de Salvador Allende habla frente a un micrófono borroso. Es el decano Ricardo Nidd, máxima autoridad de la institución. En el medio, un feto rojo sobre un círculo blanco. “Aquí se enseña a matar al niño por nacer. Estamos orgullosos de nuestra UNR!!!”, explica con letras blancas y rojas el cartel sin firma. El pasacalle fue colgado seis días después de que en ese mismo edificio comenzara el dictado de la primera cátedra del país que trata el aborto como un problema de salud de las mujeres. Desde la facultad prefirieron no responder a la intimidación y le quitaron entidad al mensaje anónimo.
El pasacalle contra la materia electiva “El aborto como un problema de salud” estuvo colgado pocas horas pero alcanzó a reproducirse en un par de fotos de celular para que se viralice. “No tiene ninguna entidad para la facultad. Es un cartel anónimo de un sujeto cobarde que no se anima a decir públicamente lo que piensa”, dijo el decano Ricardo Nidd a El Ciudadano y agregó que desde la institución que dirige prefirieron no darle importancia y centrarse en el dictado de las clases.
El mensaje apareció como un capítulo más de la campaña anónima iniciada desde que el Consejo Directivo aprobó por unanimidad el dictado de la materia electiva cuatrimestral. En mayo más de 10.000 mails entraron a la casilla de contacto de la Facultad de Ciencias Médicas. Con distintos destinatarios, todos tenían el mismo texto copiado y pegado con un pedido: que la casa de estudios dé marcha atrás con la primera materia sobre aborto de Argentina.
Pero los mensajes anónimos no sirvieron para revertir la decisión institucional y la semana pasada 200 personas llenaron el auditorio donde se dictó la clase inaugural. La propuesta encabezada por Raquel Tizziani y María Paula Botta surgió de la mano de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El objetivo es tratar al aborto como un problema de salud y formar profesionales para atender de manera integral la interrupción legal del embarazo (ILE), permitida en todo el territorio argentino bajo dos causales: cuando hubo una violación y cuando está en riesgo la salud de la mujer. El programa que se desarrollará en 14 clases apunta a que los estudiantes conozcan el marco legal, qué es un aborto seguro, las técnicas y procedimientos que se utilizan y el abordaje integral después de un aborto desde una mirada de derechos sexuales y reproductivos.
Desde la cátedra prefirieron no opinar sobre el pasacalle y se despegaron del mensaje anónimo. Las energías, dijeron, están centradas en el dictado de las clases y el desarrollo de los contenidos. Recordaron que la materia responde a problema de salud pública porque en Argentina las mujeres mueren por no acceder a abortos seguros. “El Estado es responsable de garantizar todos los derechos sexuales de las mujeres y la legislación vigente permite la interrupción legal. La formación médica debe orientar al egresado hacia un nuevo paradigma, con herramientas para trabajar adecuadamente como representante de Estado en la garantía de esos derechos”, dijeron.
Nidd apuntó en la misma dirección. “La ILE es una práctica que los médicos deben garantizar en la salud pública y es una obligación de la facultad formarlos para eso. Si hay grupos en contra de la ley no podemos hacer nada. Podemos tener en cuenta sus opiniones pero después tomamos nuestras decisiones y esta cátedra es una decisión que tomó la universidad desde su autonomía”, sostuvo y recordó que la materia también cuenta con el apoyo del Concejo Municipal de Rosario y la Cámara de Diputados de Santa Fe.