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Un pase que no fue

Genoa había acordado la compra de Formica, pero cambió las condiciones y se cayó.

Un pase que no fue, una novela que ya amenaza con ser el culebrón del verano. Finalmente Mauro Formica no irá al Genoa de Italia, tal como parecía estar definido en la noche del lunes luego de que el club italiano enviara una propuesta que cerraba con los números que pretendía Newell’s.

Mientras la dirigencia rojinegra esperaba ansiosa que Galatasaray respondiera a la contrapropuesta leprosa que sugería acortar el plazo de pago a no más de dos años, en un abrir y cerrar de ojos apareció Genoa y sin tantos rodeos puso en la mesa una cifra que sedujo a todos: cuatro millones de euros por el Gato.

Ante esta situación, ayer a las 6 Formica dejó el hotel Spa República para emprender viaje de retorno hacia la ciudad, donde se juntó con su representante Fabián Basualdo y con el tesorero leproso Jorge Ricobelli para conocer los pormenores del contrato.

“Estamos esperando que nos manden los pasajes para viajar a hacer la revisión médica y si todo esta bien, Mauro ya se queda allá porque el torneo está en marcha”, aseguró ayer Basualdo por la mañana, cuando todo parecía llegar a buen puerto. La operación rondaba los cuatro millones de euros, a lo que había que deducirles los impuestos de lo que se iba a hacer cargo la Lepra por lo que la cifra final era de 3,5 millones de la moneda europea, un monto cercano a los 5 millones de dólares que Newell’s había establecido como piso para vender al Gato.

“Es una muy buena oferta si se tiene en cuenta que el mercado está complicado. En otro contexto seguramente Newell’s podría haber defendido un poco más el valor del jugador, pero es una buena operación”, explicaba ilusionado Basualdo.

La propuesta incluía el pago de una cifra cercana al millón de euros en forma inmediata y el resto en pagos semestrales dentro de los dos años y con los avales correspondientes.

Y cuando todo parecía definido, algo cambió. Newell’s le remitió vía fax a Genoa los contratos firmados y sólo faltaba que el club italiano enviara los pasajes para que el jugador viajara a la revisión médica y además hiciera efectivo el primer pago comprometido.

Pero Genoa, inexplicablemente, cambió las condiciones y le comunicó a la dirigencia leprosa y a Fabián Basualdo que Formica debía viajar con el tránsfer correspondiente y después se vería cómo pagar la cifra acordada.

Ante este cambio inadmisible, tanto la dirigencia leprosa como el representante del mediocampista dieron por terminada la negociación y el Gato, una vez más, se quedó en la puerta de una transferencia que parece un cuento de nunca acabar.

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