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Un poema habitado en escena

El dramaturgo y director Sebastián Villar Rojas y la actriz Julieta Ledesma hablan de “El Porvenir”, una performance basada en el texto “La flecha de la nostalgia”, que se presenta como cierre de la 10ª edición del ciclo Teatro X la Identidad Rosario.Este miércoles, a las 19.30, en el CEC, gratis.

“Habitar un poema escénicamente”, es decir: completar desde el espacio y con el cuerpo aquello que propone un universo de palabras que de este modo resignifican (amplifican) su sentido. Ese es uno de los objetivos fundantes de El Porvenir, una performance que surge del intento de poner en escena el poema “La flecha de la nostalgia”, escrito por el dramaturgo y director teatral rosarino Sebastián Villar Rojas, que tiene como protagonista a la actriz rosarina Julieta Ledesma, y que se conocerá esta tarde, a partir de las 19.30, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de las Artes y el río), con entrada gratuita, como cierre de las valiosas actividades de la 10ª edición del ciclo Teatro X la Identidad Rosario 2015, organizado por la delegación local de Abuelas de Plaza de Mayo.
“La flecha de la nostalgia” fue escrito por Villar Rojas para una instalación del artista visual Nicolás Bacal (Buenos Aires, 1985), que fue presentada en la 9ª Bienal del Mercosur (Porto Alegre, Brasil, 2013). El Porvenir consiste en un cruce entre este poema sobre una metafísica del tiempo, leído por Eloí Cruz, la locutora que en 1982 grabó la hora oficial de Brasil (el 113 argentino), y las capacidades deportivas y actorales de Julieta Ledesma, actriz y patinadora sobre ruedas que hasta 2007 compitió en la disciplina del patinaje artístico a nivel nacional e internacional bajo otro género, otro nombre, otra identidad. De este modo, durante los 51 minutos y 13 segundos que dura la lectura del texto del poema en la voz grabada de Eloí Cruz, Ledesma desarrolla una coreografía creada por ella misma junto a Villar Rojas.
“Esta es una experiencia abarcativa del espacio porque vamos a trabajar con las tres naves del CEC; como la disciplina que está involucrada en esta performance es el patinaje artístico sobre ruedas, vamos a necesitar casi de manera natural todo ese enorme espacio, integrando también las muestras y las cosas que están en este momento en el galpón; hay un espacio nuestro, que es propio de la performance, pero también vamos, de algún modo, invadiendo los otros espacios”, adelantó Villar Rojas, quien en un principio se negaba a pensar esta obra en los términos de un biodrama o de un documental. “No me convencía la idea de narrar la historia de Julieta, de contar su pasado y su presente, de mostrar con palabras o imágenes los peldaños de una transición entre una y otra identidad”, explicó el creador, cuyo interés para el montaje de este trabajo surgió de un video colgado en Facebook que mostraba a Julieta bailando sobre sus patines, “con precisión y estilo, con contención y dramatismo”, lo que lo llevó a preguntarse: “¿Por qué ahora intentar un relato autobiográfico? ¿Por qué recurrir al documental en primera persona cuando lo que en verdad me interesaba era la capacidad de Julieta de generar belleza y emoción en el espectador simplemente bailando sobre sus patines?”
Fue a partir de este razonamiento que Villar Rojas recordó a Eloí Cruz y el poema que Nicolás Bacal había instalado en esa voz hace dos años. Y fue con ese mismo razonamiento que confirmó que Julieta debía “danzar el poema, surfear con sus patines sobre la voz de Eloí, porque ambas son mujeres: Julieta en su deseo y en su devenir, Eloí en su biología y en su largo recorrido de ocho décadas. Ambas habían sido elegidas por ser mujeres. Y el poema hablaba de las mujeres: hablaba del mundo, del universo y del tiempo, pero entonces era evidente que hablaba, sobre todo, de mujeres”.
La actriz Julieta Ledesma, a cargo de la performance, explicó: “Este es un proyecto que nació hace unos meses; yo hice patín artístico la mayor parte de mi vida; después, cuando dejé de ser varón para empezar a ser mujer, empecé con la actuación y dejé de patinar porque dejó de gustarme. El proyecto surgió porque hace un tiempo yo subí a las redes unos videos de unos campeonatos y entrenamientos, cuando entrenaba en Buenos Aires, en el club El Porvenir, en Lanús. Sebastián vio uno de esos videos, me contactó y me comentó acerca de la idea; después vinieron los ensayos en la explanada del Parque de España, donde muchas veces nos corrió la lluvia; fue como un reencuentro, hacía mucho tiempo que no patinaba y estoy muy feliz de volver a hacerlo”. Y completó, respecto de su recorrido con los patines a nivel profesional: “Tuve medallas en campeonatos mundiales, en sudamericanos, en Odesur, Panamericanos y nacionales; patino desde los ocho años en un nivel de alto rendimiento, y este proyecto une el pasado con el presente pero sólo porque soy siempre yo, porque todo lo que haga va a tener una unión, desde que nací hasta que me muera; es un momento en el que puedo mezclarlo todo: me pongo los patines para actuar y al mismo tiempo que estoy actuando estoy patinando. Vuelvo a estar yo sola como cuando patinaba, que hacía dos disciplinas: Escuela y Libre y las dos disciplinas son individuales”.
En relación con la superposición de capas que integran la propuesta, donde intervienen una serie de procedimientos performáticos y donde hay una fuerte influencia del “aquí y ahora”, Villar Rojas explicó: “Si bien al igual que el teatro la performance funciona en tiempo presente, en el teatro hay un elemento que tiene que ver con la representación, que en la performance está un poco puesto entre paréntesis; performance es la entrega o presentación del cuerpo y del sujeto escénico, en vivo y en directo; es el presente de esa persona y no del personaje. Marina Abramovic (reconocida performer) dice que en el teatro la sangre es ketchup y en la performance, la sangre es sangre; de todos modos hoy, en este presente de El Porvenir, están quedando un poco viejas esas clasificaciones taxonómicas, y no solamente en el campo del arte o del teatro sino también en la vida; queda fuera de contexto seguir poniendo rótulos”.
Respecto de cierto sentido biodramático que pueda comprender el trabajo, partiendo del concepto de la creadora porteña Vivi Tellas que sostiene que Biodrama es un montaje donde se cuenta la historia de una persona real a partir de su propia biografía, el director reflexionó: “En primer lugar, considero que lo biodramático está en todo el teatro porque el teatro es un elemento vivo, esencial, y por otro lado, las capacidades disciplinares de Julieta como artista del teatro y del patinaje, que es un deporte. Eso, si se quiere, es un elemento que tomé al encontrarme con Julieta y conocernos, pero después quedó un poco de lado porque El Porvenir no es un biodrama sino más bien un acto performático representacional; allí adentro hay una ficción que tiene que ver con un personaje que se va construyendo en ese mismo acto, y que no tiene que ver conmigo o con Julieta sino con lo que se va proponiendo como acto escénico, dado que, precisamente, esta performance consiste en coreografiar 60 minutos de un poema leído por la locutora de la hora oficial de Brasil, que grabó esa hora oficial en 1982, y que el artista porteño Nicolás Bacal convocó más de 35 años después para grabar un poema y en el cual yo colaboré. Esa grabación es la que Julieta va a bailar sobre sus patines”.

“La vida es diversidad”

Finalmente, el talentoso creador del grupo Pause (El exterminador de caballos, El imperio de lo frágil), analizó el significado que encierra El Porvenir, como una especie de augurio de un tiempo sin rótulos ni determinaciones: “Este presente ya nos está marcando un tiempo que vendrá o que ya está entre nosotros; en ese punto, El Porvenir adquiere otro sentido: tenemos los indicios de un futuro cercano donde no existirán más las clasificaciones en ningún campo pero sobre todo en el campo de los seres humanos, que desde los orígenes de la humanidad nos estamos cruzando; la diversidad es, también, la diversidad genética, de colores, de alturas, de pesos; en cierta forma, la vida es diversidad. Y los seres humanos, desde la cultura, estamos empezando a entender y aceptar esas diversidades con las que vamos a convivir. Por eso, porvenir es futuro, es lo que somos: todos los seres humanos reencontrándonos ideológica y culturalmente con algo que está y siempre estuvo. Por suerte, es algo que está pasando en todo el mundo y es una preocupación real, grande y urgente, en los artistas de las distintas disciplinas”.

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