Gabriel Osvaldo Gómez, de 33 años, es suboficial y presta servicios en la seccional 6ª de la ciudad de Santa Fe. En la madrugada de este miércoles recibió un disparo en la cabeza y quedó internado en gravísimo estado, con muerte cerebral en el Hospital Iturraspe. Si bien a media mañana versiones indicaron que el uniformado había fallecido, fuentes oficiales y desde ese mismo centro de salud indicaron que la lesión es muy severa, crítica y que su estado de salud era crítico. Los detalles del hecho son confusos. Versiones indicaron un intento de robo de la moto del policía, pero en las cercanías de donde cayó herido había alrededor de 20 vainas servidas y testigos refirieron intercambio de balazos y corridas.
El policía fue herido pasadas las 3 en la zona noroeste de la capital provincial, en la intersección de las calles Hugo Wast y Grierson, del barrio Loyola Norte y cerca de su domicilio. La víctima, que estaba en franco de servicio y de civil, fue trasladada al hospital Iturraspe en una ambulancia que, según testigos, tardó media hora en llegar. En el centro de salud, los médicos le diagnosticaron muerte cerebral, y quedó conectado a un respirador mecánico.
Según fuentes oficiales, vecinos del lugar escucharon varias detonaciones y dieron aviso al 911 donde advirtieron que habían hallado a Gómez desvanecido en medio de un charco de sangre casi a las puertas de un kiosco que atiende durante las 24 horas. El policía presentaba una herida de arma de fuego en la parte frontal del cráneo, con orificio de salida.
Los investigadores señalaron que se investiga si el agente se defendió con su arma reglamentaria, que fue hallada junto a él. En ese sentido, voceros de la investigación dijeron que la investigadores recolectaron no menos de 20 vainas servidas de pistolas calibre 22 y 9 milímetros en los alrededores de la escena del ataque.
Además, los pesquisas informaron que se investiga si un joven que fue ingresado herido de un tiro al mismo hospital poco antes de las 8 de este miércoles guarda relación con el ataque a Gómez.
La investigación recayó en el fiscal Andrés Marchi, del Ministerio Público de la Acusación (MPA), quien ordenó una serie de pericias en el lugar de la balacera y se disponía a entrevistar a los familiares de la víctima y a otros testigos.
Vecinos de la zona donde se produjo el hecho de violencia indicaron a un periodista de Aire de Santa Fe que escucharon varios disparos. Otros testimonios, recogidos por el medio Radio Eme, dibujaron una probable secuencia previa. Según esos relatos, un compañero de la víctima lo buscó para dirigirse a un bar de la zona. La mujer del suboficial lo llamó para que comprara alimentos para sus hijas. El hombre arribó a su casa, llevó la compra y buscó su arma reglamentaria. Cuando salió, fue atacado por dos hombres en moto y, siguiendo con las mismas versiones, hubo disparos cruzados y corridas.
Tras conocerse la noticia de que el suboficial estaba con muerte cerebral y había fallecido, el director del hospital Iturraspe Francisco Villano aclaró en entrevista a los medios de la capital provincial que la trayectoria del proyectil provocó lesiones muy serias, el estado es sumamente crítico, le dieron intervención a los especialistas del El Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) para que definan la reversibilidad o irreversibilidad de la lesión que tenga.