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Un policía fue condenado a 16 años de cárcel por violar a dos ex parejas en San Jorge

Además de abusarlas sexualmente, las golpeaba y amenazaba para que no lo denunciaran. El juicio oral y público se llevó adelante en el oeste provincial y a su fin fue penado el uniformado por unanimidad

Un uniformado fue condenado por atacar sexualmente a sus parejas. Las víctimas fueron dos y se encontraban inmersas en un contexto de violencia de género. Según la información fiscal el acusado las atacó desde marzo a agosto de 2018. Fue sentenciado, por decisión unánime, a 16 años de prisión por los jueces Sergio Carraro, Octavio Silva y Lisandro Aguirre en los tribunales de San Jorge.

Se trata de Marcelo Alejandro Gómez, de 50 años, que fue acusado por los fiscales Rosana Marcolín y Omar De Pedro por los delitos de abuso sexual en perjuicio de dos mujeres que fueron sus parejas en un contexto de violencia de género. Durante el juicio oral y público que tuvo lugar recientemente contaron que “ambas fueron sometidas entre los meses de marzo y agosto de 2018”.

«Además de llevar a cabo conductas ajustadas a patrones patriarcales y subordinar a las víctimas por el solo hecho de ser mujeres, el condenado se aprovechó de su condición de policía jerarquizado y autoridad con carácter intimidatorio”, indicaron los fiscales.

Agregaron que  “para evitar que lo denunciaran, les aseguraba a sus ex parejas que su empleo le otorgaba impunidad”. A lo que agregaron que  «Gómez utilizó su arma de fuego reglamentaria para evitar que una de las víctimas opusiera resistencia a agresiones sexuales, así como para amedrentar a la otra”.

El MPA sostuvo además que Gómez «atacó en reiteradas oportunidades a las mujeres mediante golpizas y empujones”, y que “a una le hizo un corte con un cuchillo y la quemó con un cigarrillo”, en tanto eran habituales las amenazas de muerte.

Télam explicó que Gómez fue condenado como autor de «abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma; abuso sexual con acceso carnal simple; y lesiones leves dolosas agravadas», porque había mantenido relaciones de pareja con las víctimas.

En ambos casos se tomó como agravante que los delitos fueron cometidos por un hombre en contra de una mujer mediando «violencia de género», y la condena incluyó los cargos de amenazas calificadas por el uso de arma.

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