Un empleado policial de 42 años sindicado como el jefe de la banda y otras dos personas señaladas como miembros de una asociación ilícita fueron imputados y, este viernes, los tres quedaron detenidos preventivamente por orden del juez de la ciudad de Santa Fe Jorge Patrizi.
Para la Fiscalía, el uniformado era la cabeza de una banda dedicada a cometer entraderas en propiedades de los departamentos La Capital y Las Colonias junto con otro hombre. Hay otras dos personas sospechadas que fueron imputadas a mediados de esta semana y están presas. Además fueron acusadas formalmente por el delito de robo calificado por cometerse en despoblado, en banda y con armas de fuego.
El uniformado, identificado como Diego Sebastián Gil, fue sindicado por la Fiscalía como el jefe u organizador del grupo; los otros dos integrantes de la banda que quedaron detenidos preventivamente son: AJG, de 19 años y la joven CMB de 22. Ambos fueron imputados como miembros del grupo delictivo.
Además desde el pasado miércoles están presos JRH, de 38, también imputado como jefe u organizador, y ADF, de 20, señalado como otro de los integrantes de la gavilla.
Para el fiscal Alejandro Benítez, que en la audiencia de prisión preventiva estuvo acompañado por su par María Laura Urquiza, la banda operó durante el mes de abril hasta el pasado 7 de mayo en las localidades de Sauce Viejo, Santo Tomé, San Agustín, Colonia San José y otros pueblos aledaños.
“Los imputados integraban una asociación ilícita de carácter estable y permanente que cometía delitos contra la propiedad y que estaba conformada por al menos 10 personas”, indicó el fiscal.
En tal sentido, el funcionario judicial agregó que “ingresaban a diferentes viviendas con armas de fuego y privaban de su libertad a las víctimas, para luego apoderarse ilegítimamente de dinero, armas de fuego y diversos elementos, tales como herramientas y electrodomésticos”.
La banda, que realizaba violentos robos en zonas rurales, obtenía previamente información valiosa para cometer el atraco y conocía si había presencia policial en la zona, datos que utilizaba para determinar cuándo cometer el hecho; también los asaltants hacían inteligencia y marcaban los domicilios a los que entrarían, incluso algunos de ellos en zonas urbanas. La hipótesis estima que el uniformado era quien brindaba información para procurar la impunidad del grupo.
Con respecto a uno de los hechos delictivos, el fiscal explicó que se cometió el 4 de mayo en una vivienda ubicada en el barrio El Palomar, localizado en el kilómetro 4,5 de la ruta nacional número 19.
El funcionario dijo que JRH y ADF ingresaron junto con otras personas a la casa tras romper una ventana y amedrentaron a las víctimas. Se llevaron dinero en efectivo, una colección de monedas metálicas, dos celulares, una garrafa de diez kilos, un anafe, una pava eléctrica y medicamentos. Luego escaparon en una camioneta que era propiedad de JRH, describió.