Juan Pablo Sarkissian
Construir el Reino. Política, historia y teología en el papado de Francisco (Prohistoria Ediciones) es un texto que ofrece distintas miradas y está coordinado por Diego Mauro y Aníbal Torres, quienes también exponen su mirada sobre la llegada al Vaticano de Francisco, el primer Papa argentino y, por ende, el primero latinoamericano.
En efecto, tras una década de papado, Francisco animó (y anima) el debate teológico y político tanto dentro como fuera del catolicismo, con su impacto lógico en la construcción de discurso, ergo de sentido, pero también en las prácticas, entendiendo la relación dialéctica entre forma y contenido.
Es que sus apreciaciones sobre la sociedad actual suelen ser recuperadas por numerosos dirigentes de movimientos sociales, populares y políticos que denuncian las consecuencias del auge neoliberal iniciado en la década de 1980 en Europa y América, en mayor medida que cuando era Arzobispo de Buenos Aires. Tal vez porque Jorge Mario Bergoglio dejó de serlo para mutar en Francisco, constituyendo así otra relación dialéctica.
En un contexto mundial donde los discursos y las prácticas políticas están, de alguna manera, cooptadas por miradas retrógradas y reaccionarias, el “hacer” de Francisco aparece como una de las apuestas más interesantes para plasmar una política alternativa dentro de las lógicas del capitalismo actual e incluso superadora de éste.
En Construir el Reino, en un lenguaje ameno, claro y no exento de profundidad y polémica, autores de diferentes disciplinas proponen una suerte de balance de su papado e interpretan sus posicionamientos en la compleja trama política, social económica que atraviesa el globo terráqueo.
Un compendio coral, interdisciplinar y heterogéneo
Una de las características del texto es que su construcción es coral. Pero esta arquitectura tiene dos componentes, que potencian lo coral y le incorporan profundidad al relato.
Por un lado la mirada es interdisciplinar, que alude a no sólo de qué se habla, sino también desde dónde se habla; por el otro, algunas de las ponencias se sitúan en entredicho, lo cual no sólo da cuenta de una fehaciente heterogeneidad, sino que el texto revela que no está escrito en exclusividad para católicos apostólicos romanos; es más, varios capítulos están abordados, explícitamente, desde la no pertinencia a ese credo.
Ejemplo de esta lógica es el prólogo de la teóloga y funcionaria vaticana para América Latina Emilce Cuda, quien es señalada como “la que mejor interpreta a Francisco”.
“Yo estoy acá porque hubo un montón de mujeres, que hace 200 años vienen abriendo camino”, dijo Cuda en una entrevista reciente.
Tanto Mauro como Torres afirman que sus miradas sobre el papado no serían convalidadas de manera mecánica por Cuda. Acordarían, tal vez (y no siempre) en el producto de la reflexión, pero como fruto de recorridos distintos.
“Unidos a Francisco en el servicio, la construcción de puentes y la opción con los pobres”, es el título del capítulo que escribe Cuda y es, también, el disparador que de algún modo va a tejer toda la mirada, en clave interdisciplinar, de la reflexión planteada. De balance provisorio, si se prefiere, a propósito de la década cumplida por Francisco.
Y ese recorrido se transita desde la perspectiva histórica en clave política. No hay en el texto un clima “celebratorio”. Lo que existe es un camino que aborda distintas problemáticas.
En efecto, cada capítulo plantea distintos aspectos de la agenda papal. Expone sus argumentos y polemiza sobre el pasado reciente, sobre un “cambio” de mirada, sobre aquello que habría que profundizar y, también, sobre lo que falta.
Lo interesante del texto es que, además de la lectura habitual, al tener cada capítulo cierta independencia, su recorrido podrá hacerse como el lector prefiera.
Esta invitación nos trae a escena a la novela Rayuela, de julio Cortázar, libro hipertextual por excelencia. El lector decide por dónde comenzar y dónde terminar.
El prólogo (Cuda) nos plantea de qué vamos a “hablar” en términos generales, en tanto, la introducción y los tres primeros capítulos se van a sumergir en la mirada política de Francisco, en su discurso y su “hacer”, y cómo entiende éste a la teología como expresión política.
Es muy revelador porque los autores afirman que Francisco retoma prácticas de León XIII (su papado se desarrolló de 1878 a 1903) y no de Juan XXIII (1958 y 1963) contrariando, y lo bien que hace, el sentido común.
Un texto que abre un debate (o varios) con un actor que se sitúa en el centro de escena política
Desde allí, cada capítulo portará la independencia mencionada. Así, la relación con los movimientos sociales a partir de la recuperación de algunas banderas básicas para la construcción de una sociedad más justa, como lo son «tierra, techo y trabajo» explicarían en parte la articulación, por ejemplo, con el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que tiene como referente a Juan Grabois.
Le siguen, “El hermano de Roma”, la mirada de la iglesia protestante; “Ecología y Sociedad”; el fenómeno de la globalización; la mirada feminista sobre las prácticas de Francisco, la proyección política del Papa y el impacto de la formación jesuita en gestión y administración del mundo católico y más allá también.
En síntesis, un texto que abre un debate (o varios) con un protagonista que se sitúa en el centro de escena como actor político, para, de algún modo, “renovar las esperanzas” para la iglesia y para buena parte del mundo. A tal punto que en Europa se lo llamó “el Papa de la primavera” y haciendo honor al apelativo, Francisco sacudió cierta modorra intelectual, abrió fronteras, habló (y habla) de todo y sobre todo; llegó para “apagar incendios” de la estructura eclesiástica (situación financiera del Vaticano y los casos de pedofilia, entre otras).
El discurso y las prácticas de Francisco no son lineales y el texto esclarece en ese sentido y es certero en plantear que el Papa no acierta en todo, que hay debates aun postergados o con desarrollo incipiente. Pero se valora una actitud proactiva a pesar de los costos. Como su postura sobre el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, donde tras afirmar que estamos ante la presencia de la “tercera guerra mundial en cuotas” recibió duras críticas de ambos contendientes.
Construir el Reino es un texto de mucha vitalidad, una construcción que goza de armonía y nos lleva a un lugar que es parte de este complejo mundo actual.
Al decir del escritor Antonio Dal Masetto, este libro “lo leés como si estuvieras tomando agua”.