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Un relevamiento confirma que ya hay más de 200 médicos contagiados de coronavirus en el país

La Federación Sindical de Profesionales de la Salud armó el informe en base a datos de las mesas regionales que tiene en el país y de los casos que fueron públicos a través de la prensa. Están incluidos los profesionales de la salud pública y privada. Reclaman por la falta de insumos de protección

Jonathan Heguier/El Destape

La Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) confirmó que ya hay más de 200 médicos contagiados de coronavirus en todo el país. Los líderes del gremio se reunieron este miércoles con autoridades del Ministerio de Salud Nacional para intentar evitar al máximo la transmisión del virus de «los héroes que son aplaudidos a las 21 horas todos los días».

El relevamiento que dio a conocer Fesprosa se armó en base a datos de las mesas regionales que tiene en el país y de los casos que fueron públicos a través de la prensa. Están incluidos los profesionales de la salud pública y privada. El gremio aún no tuvo acceso a la base de datos que arma el gobierno con las ocupaciones de cada uno de los contagiados. Si bien el sindicato responde a los trabajadores de la salud estatal, para este «censo de contagiados» se incluyó a quienes trabajan en clínicas privadas.

De estos más de 200 casos son todos leves. «No tenemos registro de ninguno internado en terapia intensiva», confirmó a El Destape el Secretario General de Fesprosa, el médico Jorge Yabkowski. Entre los médicos en nuestro país ya hubo tres muertos. «Uno de Neuquén, una compañera de La Rioja y un tercer fallecimiento en Chaco», repasa.

Yabkowski aclara: «No todo el personal estuvo contagiado por contacto con pacientes. Los primeros casos, los primeros 80, fueron viajeros o viajeros que no tomaron recaudos. En Chaco pasó con aquella doctora en una fiesta y se contagiaron varios colegas. Pero la segunda parte, del número 100 o 120 para arriba, está relacionado con contacto con pacientes». Y suma: «Fue igual que como la curva general. Nos pasa lo mismo con los profesionales infectados, ya hay contagios autóctonos».

El sindicato quiere poner en marcha junto al gobierno un plan para minimizar los contagios entre quienes están en la línea de fuego. Este miércoles hubo una reunión entre la delegación de Fesprosa, ATE y CTA Autónoma con el Ministerio de Salud de la Nación. Participaron la presidenta de este sindicato, María Fernanda Boriotti, y Yabkowski. De la cartera estuvieron el viceministro de Salud, Arnaldo Medina, y el Subsecretario, Alejandro Collia.

¿Cuáles son los principales pedidos de los profesionales de la salud para que no siga subiendo esta cifra? Los materiales de protección. «Son cuatro», analiza el Secretario general del gremio en diálogo con El Destape. Sobre esto, enumera: «Nos falta látex para guantes; los barbijos quirúrgicos, los barbijos N95 que solo los produce la empresa 3M; las máscaras, que con la producción vía 3D podría llegar a resolverse y es lo menos crítico; y el déficit más grande son los camisolines».

En referencia al último punto, el líder de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud cuenta: «Hay que trabajar con la industria textil. La única tela que es impermeable a las gotas del COVID-19 es la tela 6M. Necesitamos producción nacional». ¿Cuál podría ser la solución inmediata? «Es importante este vuelo a China para traer insumos. En esa parte de Oriente está localizada la producción textil. Pero hay que esperar a ver si sale bien ese vuelo. Hoy el mercado mundial está seco y hay mucha piratería. Países que se quedan con mercadería que iba dirigida a otra nación», explica Yabkowski a El Destape. Y desea: «Ojalá funcione la logística del Pacífico». Se refiere a la ruta que inició el reciente vuelo de Aerolíneas Argentinas que fue dirigido a China desde ese Océano.

Para cuidar lo más posible al personal médico en medio de la pandemia del coronavirus se está realizando un plan de trabajo de «equipo muletto». «Se trabaja con la mitad del personal y la otra parte del equipo queda como suplente», detalla. Esto es: si hay un infectado, se en cuarentena al equipo A, «sale de la cancha» e ingresa a trabajar el plantel B. «Tiene la contra de que se sobrecarga a un equipo en el día a día», se lamenta Yabkowski.

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