“Estas piezas fueron hechas en Europa y son una síntesis entre las dos culturas ya que cruzan algo tan autóctono como el mate para los criollos con mano de obra europea. Representan de manera concreta al inmigrante que se mezcló con la cultura de nuestro país”, cuenta Larisa Aguirre, integrante del Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez, donde se está exhibiendo, desde ayer, una inusual muestra llamada “Mates Centenarios”. La exposición, que exhibe precisamente mates –aunque no se trata de las precolombinas calabacitas sino de piezas de porcelana que pertenecen a coleccionistas argentinos y rosarinos– se está llevando a cabo con motivo de las celebraciones del Bicentenario de la Revolución de Mayo, y tiene como eje la infusión más representativa de Uruguay, Paraguay y la Argentina.
En el hall central de la histórica casona se exhiben los mates que se fabricaron especialmente para la celebración del centenario de la mencionada revolución, por lo que datan de 1910. “Todos fueron hechos en Europa, especialmente en Alemania y Checoslovaquia. Estamos hablando de una época de plena inmigración”, según explica Aguirre.
En otra de las salas, la francesa para mayor precisión, se exhibe la colección Suescun-Bernard, donada por Oscar Suescun a la Fundación Eduardo Durini. El inicio de esta colección se remonta a más de sesenta años, cuando su padre, Idelfonso Suescun, que vivía en el pueblo de Villa Ascasubi, en Córdoba, obtuvo la primera pieza en el almacén de ramos generales fundado por su padre. La misma se fue incrementando gradualmente y con el tiempo la familia llegó a reunir más de seiscientos mates de porcelana.
En la sala española –por su parte– están exhibidos los mates de los coleccionistas rosarinos. Allí, piezas prestadas por Hugo Bonnet, Gilberto Krasniasky, Guido Martínez Carbonell, Jorge Martínez Ramseyer y su esposa Maggy Lezana son exhibidos prolijamente detrás de las vitrinas.
“Las familias ricas hacían construir estos mates en Europa porque a comienzos del siglo XX y a finales del siglo XIX todo lo que venía del viejo continente era un símbolo de status, así como también lo era la porcelana. En realidad no se usaban con el fin que tiene un mate sino que eran exhibidos en las casas para ser admirados por ellos mismos y sus visitantes”, destacó la historiadora.
Los mates de la muestra son piezas con pie, de forma esférica u ovoide, con decoraciones en colores pasteles y oro. En general muestran dibujos de flores, peces, aves y representaciones alegóricas a la Patria y la República Argentina.
Como dato interesante, hay que recordar que Odilo Estévez, el propietario original de la casa donde se está llevando a cabo la muestra, era también el dueño de la Yerbatera Paraguaya, por lo que además de dedicarse a la industria también participaba del negocio de la comercialización de la yerba mate.