Con la calle como gran escenario, frente al edificio municipal y la plaza –de algún modo el centro cívico de la ciudad–, la bailarina y coreógrafa porteña Andrea Servera, a cargo del Combinado Argentino de Danza, dio rienda suelta a la imaginación y al desprejuicio (poco después diría que la intención fue “bastardearlo todo” para lograr un espectáculo inclusivo, atractivo y diferente a lo visto en materia de danza contemporánea) de un equipo de 11 bailarines para dar forma a Tushh Rafaela, un singular compendio de estéticas que van desde el malambo al hip hop, con el que el martes por la tarde abrió la 8ª edición del Festival de Teatro de Rafaela (FTR2012), y con el que seguirán recorriendo en estos días distintos ámbitos rafaelinos al aire libre.
Poco después, y antes de comenzar con una jornada con tres espectáculos destacados y con la apertura de la programación del enorme Salomé de chacra, de Mauricio Kartun, con las actuaciones de Stella Galazzi, Osqui Guzmán, Lorena Vega y Manuel Vicente, al que le siguieron El centésimo mono (Osqui Guzmán) y Alemania (Nacho Ciatti), tuvo lugar en el Teatro Lasserre, el acto inaugural que contó con la presencia de funcionarios locales y provinciales.
El referido acto estuvo encabezado por el gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti; el intendente de Rafaela, Luis Castellano, y el secretario de Cultura de la ciudad, Marcelo Allasino. También estuvieron presentes la ministra de Innovación y Cultura de Santa Fe, María de los Ángeles González, y el diputado nacional Omar Perotti, ex intendente de Rafaela y uno de los mentores del FTR, entre otros funcionarios.
De una noche con discursos breves, en la que hablaron el intendente de Rafaela, el secretario de Cultura local y el gobernador de la provincia, fueron las palabras de Marcelo Allasino, hombre de teatro, director y programador del FTR y creador de los grupos Punto T y La Máscara, las que marcaron la diferencia en el sentido amplio de hacer gestión desde la cultura, generando un espacio transformador que ha posicionado a Rafaela, en los últimos años, en el mapa de los festivales nacionales (a todas luces el mejor programado y organizado), con proyección internacional para el año próximo.
Allasino recordó los comienzos de los grupos filodramáticos de la ciudad, “en una población que construyó sus primeros teatros sobre calles de tierra”, al tiempo que manifestó: “Ahora tengo una responsabilidad mayor, porque como secretario de Cultura, ya no se trata solamente de poner la mirada en la dirección del FTR, sino de vislumbrarlo en un proyecto integral de cultura, y en el marco de un proyecto político”. Y continuó: “La cultura es una forma de hacer política muy vigorosa, muy poderosa y transformadora”.
Allasino destacó además: “Rafaela ya no es solamente una ciudad pujante a nivel deportivo, ni un modelo de desarrollo industrial, ni el ejemplo de un comercio floreciente. Rafaela es hoy una ciudad de cultura. Trabajamos intensamente para eso en todos estos años, y este festival es una de sus pruebas más claras”.
Por esto mismo, continuó reafirmando: “No habrá más respeto por el otro, por más leyes duras que se sancionen, por más regulaciones que se impongan o más policías que se designen, si no se produce un cambio desde lo cultural. El cambio verdadero y efectivo exige de un compromiso político que va más allá de intereses sectoriales ceñidos a un lugar y a un tiempo”.
Para finalizar, el secretario de Cultura, que se llevó un cerrado aplauso de todo el público presente en el teatro, compartió con los presentes su gran deseo: “Sueño con el día en que el teatro y el arte sean una necesidad vital. Será el momento en el que la humanidad haya comprendido de dónde viene y hacia dónde va; habremos comprendido todos que existe un orden universal que nos reúne y nos hace parte de lo mismo. Mientras tanto, el teatro tiene mucho por hacer. Me permito creer que este FTR es una insinuación de todo esto”.