En poco más de un mes otro jardín de infantes de la ciudad sufrió destrozos en el marco de un intento de robo. Esta vez el turno fue de Las Hormiguitas –institución que pertenece a la biblioteca Pocho Lepratti–, ubicado en Chacabuco 3085, en el barrio La Tablada. En la madrugada del martes, dos chicos de 14 y 15 años que terminaron siendo atrapados por la Policía durante el hecho, desconectaron la alarma, rompieron una de las aberturas, los mosquiteros y demás cosas del lugar. “Estamos todos tratando de colaborar para que las cosas vuelvan a su normalidad. Hemos llevado adelante este lugar con mucho esfuerzo y es por eso que los padres están colaborando y organizando un bono contribución para poder reponer los daños. Realmente nos aflige mucho cuando se da esta cuestión de pobres contra pobres”, contó Alejandra Berbel, coordinadora del lugar. Cabe recordar que a fines de marzo el jardín Nº 296 de Empalme Graneros fue brutalmente atacado durante un fin de semana.
“Tal como le viene pasando a mucha gente, el jardín fue violentado. Entraron por una ventana, arrancaron los mosquiteros para ingresar y ver qué se podían llevar. También arrancaron la alarma. Habían juntado varias cosas cuando una vecina se dio cuenta de lo que estaba pasando y llamó a la policía que los terminó deteniendo. Eran dos menores de 14 y 15 años de edad. Es mayor el costo que tenemos que afrontar por lo que se rompió que por lo que se iban a llevar”, agregó la docente.
Pese a la situación, las autoridades de la institución educativa decidieron no suspender las clases. “Mantuvimos las puertas abiertas porque consideramos que era importante que los chicos notaran lo menos posible lo ocurrido, que pudieran estar lo más normalmente posible”, añadió.
“Ahora nos queda por delante reponer lo que fue dañado. Hoy (ayer) ya tuvimos que pagar 600 pesos para reconectar la alarma. Todavía no tenemos cuantificados los daños, falta poner los mosquiteros y arreglar las aberturas, algo que no sabemos cuánto nos va a salir. Estamos pidiendo presupuestos a herreros, vidrieros y demás personas”, continuó.
Al jardín concurren unos 45 chicos y es el segundo año que está en el barrio. “Nos mudamos a esta casa nueva y es la primera vez que nos pasa algo de estas características. La verdad es que es algo fuerte y más cuando los recursos no son muchos y todo lo que se hace se lo hace a pulmón”, explicó Berbel.
“Esto que nos pasó a nosotros le viene pasando a mucha gente. Lo que hay que remarcar es la manera de actuar de la vecina que cuando vio lo que estaba pasando, en lugar de encerrarse, se decidió a llamar a la policía. Tenemos que entender que la única salvación es la solidaridad. Que hayan sido dos chicos los que estaban robando es doblemente triste. Hay que estar atentos y poner todos lo mejor de nosotros para que las cosas mejoren, aunque sea un poco”, concluyó.
“Lo que pasó es muy triste”
“La verdad es que lo que pasó es muy triste”, sintetizó el presidente de la biblioteca Pocho Lepratti, Carlos Nuñez, sobre el robo al jardín de infantes Las Hormiguitas. La escasez de recursos para reponer lo que fue dañado hizo que se estén armando varias actividades para juntar fondos. “Estamos muy agradecidos con los vecinos, quienes vieron lo que estaba pasando y no dudaron en llamar a la policía. Hay todo un grupo de madres que ya se reunió anoche (anteanoche) y está organizando distintas cosas como la venta de bonos contribución o convocar a un bingo a beneficio. Todo suma y en eso estamos”, destacó.
Según destacan desde su página web, la Biblioteca Popular Pocho Lepratti es una institución conformada como asociación civil sin fines de lucro, inaugurada el 18 de octubre de 2002 en el barrio La Tablada.
