Científicos de Estados Unidos anunciaron el desarrollo de un robot de silicona, inspirado en los calamares y los pulpos, capaz de arrastrarse, camuflarse y esconderse de las cámaras de infrarrojos.
El dispositivo, desarrollado con el respaldo del Pentágono, es el último invento entre los “robots blandos” a base de siliconas, es decir, hechos de polímeros gelatinosos y translúcidos.
El prototipo incorpora una lámina delgada de una silicona especial con canales microscópicos a través de los cuales se bombean fluidos coloreados de manera que la “piel” del robot imite los colores del entorno.
Al bombear líquidos calientes o fríos en los microcanales, los investigadores también pueden enmascarar el robot térmicamente, por lo que su señal infrarroja no se destaca en un fondo frío o caliente.
El prototipo es una entidad de cuatro patas y trece centímetros de largo. Sus extremidades se extienden en forma de X y, usando aire comprimido, se flexionan como un juguete para niños, permitiendo que la pequeña máquina se arrastre hacia delante con un tambaleante movimiento de izquierda a derecha.
“Cuando empezamos a trabajar en robots blandos nos inspiramos en organismos blandos, como los pulpos y los calamares”, dijo Stephen Morin, un experto en biología química dela Universidadde Harvard.
“Una de las características más fascinantes de estos animales es su capacidad para controlar su apariencia, y eso nos inspiró para avanzar en este concepto y explorar la coloración dinámica”, señaló.
Morin agregó: “Aún cuando usemos sistemas sencillos –en este caso tenemos microcanales simples y abiertos–, se puede lograr mucho en términos de su capacidad para camuflar un objeto, o para mostrar dónde está un objeto”.
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