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Un singular congreso sobre ovnis copó Victoria este fin de semana

Andrea Pérez Simondini es hija de Silvia, directora y fundadora del Museo del Ovni de esa ciudad, donde vive desde 1991. Juntas comenzaron un derrotero que posibilitó, entre otras cosas, la realización de varios encuentros. Dijo que el fenómeno extraterrestre tiene mucho para aportarle a la ciencia

El IV Congreso Internacional de Ovnilogía “Contacto”, que se lleva a cabo desde el viernes en Victoria, Entre Ríos, y que finalizará este domingo, reunió a panelistas de la Argentina y de otros países. La convocatoria, según dijeron las organizadoras a El Ciudadano (este medio se encuentra presente en el evento), superó ampliamente las expectativas.

El cine-teatro Victoria estaba colmado este sábado a la mañana. La asistencia fue casi perfecta de adeptos a la ufología y los ovnis, quienes en su mayoría pregonan con convicción su fe en la existencia de este tipo de fenómenos. Pero también hubo muchas personas que se consideran escépticas y que se sentaron a escuchar con respeto (y no por ello con cierta distancia) las experiencias y filmaciones que se proyectaron en la sala.

Andrea Pérez Simondini es hija de Silvia, directora y fundadora del Museo del Ovni en Victoria, ciudad donde vive desde 1991. Allí se instaló junto a su hija y juntas comenzaron un derrotero que posibilitó, entre otras cosas, la realización del primer Congreso Internacional. Luego vino otro, y otro más. Todo con presencia de funcionarios de fuerzas aéreas.

Sobre el esfuerzo que ponen cada día en difundir y profundizar sobre los fenómenos Ovni, Andrea dialogó con El Ciudadano este sábado. Sucedió tras finalizar la primera parte del encuentro que retomará con la disertación del psiquiatra rosarino Néstor Berlanda.

—¿Cómo son hasta ahora los resultados del Congreso en cuanto a las expectativas previstas?

—La verdad que nos superó, nos sorprendió porque nosotros solemos tener un número fijo de gente que nos sigue pero este año estábamos bastante preocupados por la situación económica. Armar un congreso de esta naturaleza, donde uno trae a expositores de distintas partes del país pero también del exterior, más la logística y todo lo que eso conlleva, realmente fue muy difícil. Sobre todo en términos económicos. Dado lo que estamos viviendo no podíamos poner una entrada más cara, que ya de por sí es onerosa. Fue emocionante ver el teatro lleno.

—¿Esto que ocurrió los motiva a seguir?

—Sí, Nos da un espíritu de seguir con mucha fuerza porque básicamente nos sentimos muy respaldadas por la gente.

—Hablabas en el escenario de la necesidad de que se realicen investigaciones sobre el tema, y que la palabra investigador reviste mucha seriedad.

—A uno le gustan estos temas. Desde chicos pone expectativas en cosas que son sobrenaturales o extraordinarias, por decirlo de algún modo. Cómo que vas buscando por la vida explicaciones como cualquier persona que tiene inquietudes y todo es válido. Pero cuando te involucrás en la investigación y te definís como tal, te tenés que calzar un saco de responsabilidad que básicamente tiene que ver en fundamentar lo que decís. Simplemente todos los días somos testigos en todos los ámbitos de cómo se dicen cosas al boleo y después esas cosas están muy alejadas de la realidad.

—El tema Ovni no escapa a eso.

—Para nada. Se sobre expone todo porque la creencia suele superar y mata muchas veces la experiencia. Nosotros profesamos la hipótesis extraterrestre y sabemos que hay algo que merece ser estudiado por la ciencia. Tenemos muy claro que el fenómeno ovni tiene mucho para aportarle a la ciencia en muchos campos y la única manera de hacerlo es afrontarlo responsablemente. Eso conlleva a que los ciudadanos comunes que nos interesamos por estos temas, más allá de nuestras profesiones, en realidad somos aficionados porque la ovnilogía no es una ciencia. Nuestro desafío es construir institucionalidad.

—¿Los seguidores suelen ser muy vehementes en sus creencias?

—La convocatoria creo que tiene que ver mucho con ese mensaje que nosotros damos. También es la alegría que yo hoy tengo. En medio de la charla salió una persona con connotaciones muy espirituales y muy místicas, pero que también entiende desde donde planteamos  nosotros el tema.

—También hubo alguien que mientras se proyectaba el avistamiento de un ovni preguntó si había una cámara de seguridad que corroborara esa cinta…

—Nosotros le decimos a la gente que nunca debe abandonar el espíritu crítico, ya sea porque tenga esa creencia muy arraigada o porque vivió una experiencia o simplemente por creer. El espíritu crítico comienza a ser formidable cuando se vencen todos los filtros y cada vez se aleja más la posibilidad de explicación.

—¿Tuviste alguna experiencia en tu vida?

—En Buenos Aires, cuando estaba en cuarto grado. En Villa del Parque, venía de un centro comercial de la calle Cuenca. No me voy a olvidar nunca. Estaba en Nazca e Tinogasta. Esperando que se ponga el semáforo para cruzar vi, básicamente, un trencito volador, color gris, que hacía como un vivoreo. Lo corrí, lo seguí y se perdió detrás del club Comunicaciones. Y no lo vi más. Fue tan impactante que corrí a la biblioteca de mi mamá. Tenía un libro que se llamaba Cíclope, enciclopedia española. Me tiré de cabeza a buscarlo. Era un libro que tenía muchas fotos y encontré algo muy parecido que había sucedido en 1969 en España. Ahí me metí de lleno y empecé como todo niño a recortar artículos periodísticos y a acompañar a mi mamá.

Hasta el domingo se desarrollará el IV Congreso Internacional del Ovni Contacto

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