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Un suboficial fue herido en la cabeza durante un intenso tiroteo: incautan un FAL

Ocurrió a las 21 en Vieytes y Súarez. El suboficial Víctor Hugo Páez, que se encuentra con pronóstico reservado en el hospital Eva Perón, acudió al alerta de un hecho de robo y al cruzar al vehículo sospechoso se desencadenó un tiroteo, según informaron fuentes oficiales

Un suboficial de la Policía santafesina quedó internado con coma inducido tras recibir en la noche de este martes un balazo en la cabeza durante un enfrentamiento a tiros ocurrido en barrio Municipal de Nuevo Alberdi, donde el uniformado hacía horas extra, informaron voceros oficiales.

Según la versión de fuentes policiales y la Fiscalía Regional, el tiroteo se desencadenó alrededor de las 21 en inmediaciones de ruta 34 y Circunvalación. Dos efectivos que iban en un patrullero acudieron a un alerta de robo y en esa acción cruzaron con los ocupantes que iban en un Chevrolet Aveo y quienes les respondieron a los balazos la orden de detención.

El suboficial herido fue identificado como Víctor Hugo Páez, que se desempeña en la subcomisaría 12ª de la localidad de Uranga y hacía horas extra en Rosario.

Según fuentes policiales, Páez, junto con otro suboficial proveniente de Coronel Bogado, estaba asignado a rondas en un sector de Nuevo Alberdi donde en los últimos días se registraron balaceras con muertos y heridos.

A las 21 de este martes ambos respondieron a un alerta del 911 por un hecho de robo contra un policía de civil. En Vieytes y avenida Suárez cruzaron al Chevrolet Aveo con cuatro o cinco ocupantes y poco después se desató el intercambio de disparos.

La persecución derivó en enfrentamiento y una de las balas dio en la cabeza de Páez, quien conducía el patrullero. No fue el único impacto que recibió: su chaleco antibalas amortiguó otros dos en la zona del tórax. El suboficial fue trasladado al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Minutos después, los barrios Nuevo Alberdi y Cristalería se encontraban repletos de patrulleros en busca de los sospechosos.

A las 21.40, el Chevrolet Aveo, sobre el que fuentes policiales dijeron que pesaba un pedido de captura desde diciembre de 2019 por haber sido robado de una concesionaria de bulevar Oroño al 5500, fue hallado en barrio Cristalería. Más precisamente, en la cuadra de Tres Sargentos al 4300. Tenía tres impactos en la carrocería. Cerca del vehículo, con una chapa patente correspondiente a un Fiat 128, los policías incautaron un subfusil FAL, continuaron los voceros relacionados al caso.

El operativo policial fue intenso, pero los sospechosos escaparon, informaron fuente policiales para agregar que Páez se encuentra en terapia intensiva con pronóstico reservado aunque estable, con una herida de arma de fuego en la cabeza que dejó un orificio de entrada y otro de salida.

Ya en la madrugada de este miércoles, el policía fue sometido a una cirugía, de la que salió con asistencia de respiración mecánica y en coma inducido.

La investigación quedó a cargo del fiscal de Homicidios Miguel Moreno, quien dio intervención al Gabinete Criminalístico y a la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para la toma de testimonios, el relevamiento de la escena y de las posibles cámaras que hayan captado el trayecto de la persecución.

“Los datos sobre la mecánica de lo sucedido fueron aportados por testigos presenciales”, dijeron desde la Fiscalía Regional.

Versiones

“Tenés un enfrentamiento. Un policía herido y varias versiones, la de los policías y las de los vecinos, pero ninguna coincide”, admitió un detective, mientras que desde la Fiscalía admitieron que el caso hay varios trascendidos, pero por ahora la hipótesis oficial es que Páez fue baleado cuando intentó identificar a los ocupantes del Aveo.

Clan Romero vs. Monos

Vecinos de barrio Nuevo Alberdi, sin embargo, descreen de la hipótesis oficial de un enfrentamiento tras un intento de robo. Acaso porque la zona viene siendo escenario de violentos ataques a tiros en el marco de un conflicto narco.

Según voceros policiales y el relato barrial, las bandas en disputa serían Los Monos y el clan Romero, cuyo bastión en Luzarriaga y Vieytes –distante 100 metros del ataque al policía– fue rociado a balazos desde al menos dos autos el pasado el 16 y el 19 de mayo. En esta última ocasión hubo medio centenar de disparos y terminó con consecuencias fatales para un adolescente, de 17 años, llamado Joel Mansilla.

“Esa vez, cinco minutos antes del ataque, los que andaban en el Bora estaban en la rotonda hablando con los de una patrulla policial, cuando esta se fue, entró el Bora al barrio y abrieron fuego”, dijo una vecina que descree de las versiones oficiales y se inclinó por los trascendidos que dan cuenta de una zona liberada.

El secuestro

Los investigadores coinciden en que la violencia entre los clanes se agravó desde el secuestro extorsivo de un hombre de 37 años vinculando con el clan Cantero, José Orlando C., el pasado 4 de abril en su casa de Polledo y Salvat por parte de cuatro personas que aparecieron con pasamontañas en un Peugeot 206, le dispararon y lo subieron a un coche, para luego dejarlo abandonado y malherido en el kilómetro 4 de la ruta 34.

Ese caso, instruido por el fiscal Adrián Spelta, tiene ya dos detenidos e imputados. Un joven de 21 años y un adolescente de 17, ambos vinculados con el clan Romero, dijeron fuentes del caso.

“La cosa está muy jodida y no van a parar hasta que tengan la cabeza de quienes buscan. El barrio está en alerta, por eso ya no se ve nadie en las calles. Sabemos cómo viene de mal la cosa y sabemos que va a empeorar cada día más”, dijo este miércoles un vecino de Nuevo Alberdi que vive la violencia de cerca.

Zona norte caliente

No fue el único lugar de la zona norte donde se registraron disparos. Trascendió de fuentes policiales que pasadas las 21, en Unión al 1600, barrio La Cerámica, vecinos denunciaron detonaciones contra una vivienda, cerca de la cual los investigadores de la fuerza recogieron diez vainas servidas. Los tiradores, según las fuentes, fueron una pareja en moto. Casi al unísono, a una cuadra de allí una casa de Laplace y Vila fue blanco de otro atentado y en su fachada quedaron las marcas de tres impactos de bala.

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