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Un testigo asegura que Pimpi había sido amenezado

Es Adrián, a quien ayer le allanaron la casa. Dijo temer por su vida y que hoy se entregará a la Justicia.

Adrián tiene 37 años y es una de las personas mencionadas en la causa en la que investiga la muerte de Roberto Camino. Ayer su casa fue allanada, y hoy tiene previsto presentarse ante el juez Javier Beltramone. Según contó a El Ciudadano estaba en el bar Ezeiza la noche en que Pimpi fue asesinado, quien era su amigo personal desde hace 5 años. Manifestó su interés en que el crimen se esclarezca por su estrecha amistad con el ex jefe de la barrabrava leprosa, a quien cuidó durante 56 días, cuando estaba internado en el sanatorio Plaza. Según contó, esa noche Pimpi le confesó que había tenido una pelea con un hombre apodado Japo, aunque no sabe por qué. Y aseguró que después de que Pimpi fuera baleado –cuando él concurrió al hospital a verlo– el Japo lo amenazó. “Quiero que se resguarde mi integridad física y la de mi familia”, pidió Adrián, quien aseguró que también fue amenazado por la familia de Camino, quienes lo acusan de “no cuidarlo”.

Adrián asegura que decidió hablar con la prensa antes de entregarse en el juzgado porque teme por su vida, ya que escuchó las amenazas que integrantes de la familia Camino le profirieron a través de los medios.

Según relató, era habitué del bar Ezeiza ubicado en Servando Bayo al 1400, ya que el propietario, “el Toro Gutiérrez”, es su amigo.

La madrugada del viernes, Adrián llegó cerca de las dos. Venía de comer un asado. Según su relato, Pimpi estaba sentado con tres personas, de las cuales él sólo conoce a una, pero de vista ya que no era ninguno de los viejos amigos de Roberto Camino.

“Yo hablé con él y me contó que su salud estaba complicada, que tenía problemas después de la operación y que estaba fajado”, relató Adrián.

“También me dijo que se había peleado con el Japo. Que había ido con su mujer a la casa del Japo y que discutieron por plata. Dijo que el Japo lo amenazó y que él se fue”, recuerda Adrián.

Si bien asegura que no sabe cómo venía el problema, cree –por lo que Camino le dijo– que el Japo le debía plata. “Pimpi me dijo que si a él le pasaba algo, yo tenía que hablar”, agregó.

Los protagonistas del bar

Adrián aclaró que el Japo no estaba en el bar la noche del asesinato de su amigo. Y sobre el policía apodado Angelito Negro, sostuvo que si bien estaba en Ezeiza cuando él llegó, se fue cerca de las cuatro.

Sobre su relación con Pimpi, afirmó que eran muy amigos y que se conocieron en la cancha del parque Independencia. “Como soy amigo quiero que esto se esclarezca. Yo no tengo antecedentes, trabajo haciendo changas y no tengo una sola entrada en la Policía”, aseveró.

Y a modo de ejemplo, recuerda que cuando Pimpi estaba internado en grave estado en el sanatorio Plaza, él pasó 56 días a su lado, velando por su recuperación.

El momento en el que el Pimpi fue baleado, él se encontraba en el bar. “Pimpi salió del bar. No sé si el amigo que yo no conocía entró o salió en ese momento. Cuando escuché los tiros salí y lo vi tirado en el piso. Yo estoy enfermo, tengo diabetes. Así que me descompuse, me empezó a salir sangre de la nariz y entré al bar”, asegura.

“Me senté un ratito, pero enseguida fuimos con el Toro al hospital”, dijo Adrián, quien afirmó que a Pimpi lo llevaron los amigos que estaban con él, a quienes aseguró no conocer.

“Cuando llegué al hospital la familia me empezó a gritar, a tratarme de traidor. Y el Japo –que no sabe cómo llegó al hospital ya que en el bar no estaba– me dijo que me comprara un cajón”, agregó.

“Quiero que se haga Justicia por todas las personas que no tienen nada que ver. Muchos son amigos y los están involucrando con algo que no tiene nada ver”, terminó diciendo Adrián.

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