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Un tiempo para rescatar el encuentro que propone el oficio

El jueves último, referentes de la escena nacional fueron reconocidos por sus trayectorias tanto individuales como colectivas, en uno de los momentos más destacados de la presente edición del evento que realiza el INT y que finaliza esta noche en Mendoza.

El teatro argentino de arte desplegó por estos días en Mendoza todas sus potencialidades poéticas y políticas de cara a la 32ª edición de la Fiesta Nacional del Teatro que comenzó el viernes último y que, tras el acto de cierre y la presentación de Perros de la belleza, espectáculo teatral-musical de La Joven Guarrior, con dirección del talentoso Juan Parodi, culminará esta noche.

La Fiesta Nacional es uno de los máximos proyectos anuales del Instituto Nacional del Teatro (INT), que en su edición 2017 se organizó en forma conjunta con el gobierno de Mendoza, la municipalidad de la capital provincial y el municipio del departamento de Godoy Cruz.

En medio de los vaivenes políticos tanto a nivel nacional como provincial y municipal, y con una apertura donde los habituales discursos de rigor estuvieron ausentes frente a posibles reclamos del colectivo de teatristas (tampoco estuvo el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, como se esperaba), la fiesta siguió su marcha con la presentación de, al menos, un espectáculo de cada provincia y una serie de atractivas actividades especiales entre las cuales se destacan las tradicionales mesas de devoluciones, donde cada mañana jurados de selección, periodistas y críticos de teatro de todo el país, además de los equipos creativos de cada uno de los montajes presentados, confrontan junto al público la multiplicidad de miradas frente a las obras vistas en la jornada anterior. De todos modos, entre lo más destacado de la presente edición de la Fiesta Nacional aparece la habitual jornada de reconocimientos a la Trayectoria Teatral, acaso el espacio más político del encuentro por fuera de las obras, por la concordancia de los discursos.

Trayectoria y política

La jornada del jueves 25 de Mayo, por fuera de la programación de obras, tuvo su gran momento con la entrega, a primeras horas de la tarde, de Premio a la Trayectoria Nacional, que busca poner en valor el recorrido de prestigiosos creadores de la escena argentina, como así también la labor de grupos emblemáticos de distintas regiones del país, que con su producción han marcado, particularmente, la escena criolla de la post dictadura.

De este modo, el director y maestro Rubens Correa, ex director del Teatro Nacional Cervantes y con más de cincuenta años de recorrido, recibió el Premio Trayectoria Teatral Nacional. En el orden regional, los premiados fueron Alberto Félix Alberto (Buenos Aires), Rafael Reyeros (Córdoba), María Esther Aguirre (Corrientes), Claudio Tomás García Bes (Salta), Lita Haydée Tancredi (Mendoza), Hugo Mario Aristimuño (Río Negro) y Colectivo Teatral Nacional Kossa Nostra (Misiones). Además, desde este año, se sumó un nuevo y merecido Premio a la Trayectoria de Colectivos Teatrales Regionales, cuyo reconocimiento recayó en los emblemáticos grupos Catalinas Sur (Caba), La Gorda Azul (Santa Fe), Raíces (Corrientes), Manojo de Calles (Tucumán), El Taller (Mendoza) y Cooperativa de Trabajo Artístico La Hormiga Circular (Río Negro).

Teñidos todos los discursos por la impronta política y dejando en claro que la actividad teatral sólo se puede desarrollar de manera colectiva, sobre todo en los tiempos que corren, el último en subir al escenario fue Rubens Correa, a recibir su reconocimiento a la Trayectoria Nacional de manos del director Ejecutivo del INT, Marcelo Allasino. “Creo que es un premio a la constancia, porque yo empecé en 1954, y más allá de que tengo 82 años me siento activo y con ganas de seguir trabajando”, dijo Correa, quien emocionado agregó: “Quiero destacar lo que dijeron los colegas y que comparto; es el carácter colectivo del teatro, porque es algo que se hace con los otros. Suelo decir que un grupo de teatro es como una sociedad en miniatura, y es importante entender que es algo que se hace con las diferencias y no a pesar de las diferencias; se construye entre personas distintas que tienen en claro un propósito común. Eso hace que el teatro sea un arte más revolucionario, más social que otras artes, porque habla de la sociedad desde adentro. Somos grupos de personas cohesionadas alrededor de una idea; cuando esto que ocurre en el teatro ocurra en la sociedad va a empezar a aparecer un tipo de sociedad diferente”.

Por su parte, dentro del contexto de los premios a la Trayectoria Grupal se destacó, como lo hace habitualmente, el discurso del teatrista mendocino Ernesto Suárez, ineludible referente del teatro cuyano y Ciudadano Ilustre de su ciudad, que estuvo acompañado en el escenario por los integrantes del colectivo teatral El Taller, espacio que lleva adelante. “La actividad teatral o es grupal, o es un verso”, dijo El Flaco, como lo conocen sus colegas de todo el país, al tiempo que repasó sus años de exilio, refiriéndose con humor e ironía a aquellos tiempos. “Cuando yo volví de «la beca Videla» con toda la experiencia latinoamericana, porque este muchacho era muy boludo y no sabía que nos mandaba a los artistas a conocer el corazón de nuestra América, volví con un aprendizaje y creamos El Taller en 1984; después gracias a Menem que nos traicionó, en los 90, perdimos todo, incluso la sala, que en los últimos años recuperamos. Trabajamos con un concepto bien abierto, con más de 200 personas estudiando en los talleres, y entendemos la tarea como algo grupal, no se puede hacer de otra manera; trabajamos y vivimos del teatro que es la génesis del teatro independiente”, analizó.

También fue de la partida el teatrista santafesino Ulises Bechis, creador de La Gorda Azul, colectivo teatral que tuvo su reconocimiento por su vasto recorrido de más de dos décadas. “Compartimos con los colectivos de teatristas que se nos viene una Argentina difícil, pero ahí vamos a estar nosotros, peleándola como siempre, porque la gente nos necesita más que nunca. Yo aprendí hace mucho tiempo que un teatrero es un trabajador y no una estrella; éste es un oficio, y acá estamos los artistas para pelearla por volver a tener un país nacional y popular”, concluyó Bechis.

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