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Una banda de ciegos dará a conocer este domingo la pieza final de un oratorio para salvar al planeta

Se trata de "Hacia el mañana", por la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos Pascual Grisolía junto a coros juveniles de distintas partes del mundo, que se conocerá de forma virtual por las redes del Ministerio de Cultura de la Nación, y cuyo autor es el argentino radicado en Francia Gerardo Di Giusto
Hacia el mañana, pieza final del Oratorio Ecológico El Colibrí, que este domingo tendrá su estreno mundial virtual a cargo de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos Pascual Grisolía junto a coros juveniles de España, Francia, Rusia, Singapur y Filipinas, es para su autor, el músico argentino radicado en Francia Gerardo Di Giusto, “la manera de contribuir a despertar la conciencia colectiva frente al grave problema ambiental”.

“El planeta no da más y si no hacemos algo todos juntos, nuestros hijos heredarán una tierra inhabitable. Siento el deber como artista y compositor de alertar sobre la necesidad de parar la máquina. Y la máquina somos nosotros mismos y nuestra sed de consumismo”, señala Di Giusto a la agencia de noticias Télam.

Nacido hace 60 años en Córdoba y radicado en Francia desde 1984, el pianista es el autor del Oratorio Ecológico El Colibrí, que este domingo, Día Internacional de los Ríos, a través de las redes sociales del Ministerio de Cultura de la Nación y la Dirección Nacional de Organismos Estables, tendrá el estreno mundial de su pieza final, titulada Hasta el mañana.

La obra, con letra y supervisión coral del argentino Luciano Bibiloni (platense también afincado en Francia) y de Hélène Hucher y Egor Lisitsyn, suma la presencia de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos con la coordinación general de Marcos González, programador artístico de la agrupación.

El lanzamiento integra además a cinco coros: Petits Chanteurs de Strasbourg – Maîtrise de l’Opéra national du Rhin (Francia), The Boy Choir of the Glinka Choir College St. Petersburg (Rusia), Coro del Teatre Principal de Palma (España), Novo Concertante Manila (Filipinas) y The School of the Arts (SOTA) (Singapur).

A tono con el coronavirus sobre el que alerta y denuncia como exponente de la crisis ecológica en curso, El Colibrí iba a estrenarse presencialmente en la gran sala de Zenith de Estrasburgo con una orquesta sinfónica, el coro les Petits Chanteurs de Strasbourg y un gran coro amateur de 1000 personas, voces solistas y una compañía de bailarines.

En cambio, ahora está programado en versión reducida para estrenarse en la Ópera de Estrasburgo el 21 de abril pero su puesta depende del contexto sanitario en Francia.

Di Giusto sostuvo que la ecología pasa a imponerse como temática debido al desastre ambiental que vive el planeta. «Yo hace años que escribo con ese mensaje y me extraña muchísimo que los artistas aún no manifiesten masivamente con obras que lleven ese mensaje», sostuvo.

Y respecto de una apuesta a que la música ayude a cambiar esa realidad, aseguró: «Es justamente porque creo en la fuerza de la música y las artes que mis composiciones musicales han ido tomando el color político social que tienen hoy. La música une movimientos, inspira pensamientos comunes, baila continuamente con las modas y las tendencias de la actualidad. Las políticas y las religiones saben esto desde siempre y es por eso que siempre le temieron, la censuraron, la dirigieron y la controlaron. En manos de los potentes, la música es el mejor útil para fabricar ignorancia, pero también sabemos que cuando un movimiento social hace propio un canto, puede mover los corazones hacia una revolución».

El creador también repasó los géneros y estilos musicales que son parte del referido oratorio: «La obra integral de 45 minutos está compuesta con los elementos musicales que siempre uso, ritmos argentinos con una escritura clásica. En la última pieza, Hacia el mañana, la melodía principal fue deliberadamente elegida entre las tantas melodías tradicionales que se tocan aún hoy en el rito de adoración al sol, que los pueblos autóctonos de la cordillera celebran cada año. Encontré en esa especie de huayno lento que es el esqueleto de esta pieza musical, la marcha ancestral con peso profundo que apoya a la letra en el mensaje. Imaginando que la conciencia colectiva milenaria es el motor que lleva al humano por el camino de la sabiduría. Los pasajes de los solistas contrastan armónica y rítmicamente con esa gran marcha y están construidos jugando con temas que pertenecen a las piezas anteriores de El Colibrí, a modo de conclusión de la obra integral».

Quienes escuchen este domingo Hacia el mañana, «apreciarán la voluntad común e internacional que manifestaron todos los que participaron a este proyecto para hacer algo juntos por esta causa», expresó el creador.

Y sobre qué implica este estreno mundial promovido desde el Ministerio de Cultura de la Nación, destacó: «Significa la primera aparición pública de una partecita de El Colibrí y soñamos con que atraviese fronteras y se convierta en la especie de himno de esperanza que apoye al movimiento ecológico».

Para cerrar, Di Giusto definió musicalmente a la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos y a los coros participantes: «La Banda Sinfónica Nacional de Ciegos Pascual Grisolía es un organismo musical y social excepcional y único en el mundo. De muy buen nivel, la banda no sólo simboliza la integración sino el hecho de que, aun minusválida la persona, siempre se puede crecer, dar y llevar a cabo grandes proyectos. Los coros participantes son de primera categoría. Hasta me da pena haberles hecho cantar Hacia el mañana casi todo en unísono, salvo el segmento final; pero ellos entendieron el porqué de ese unísono que simboliza la marcha del hombre. A estos cinco coros profesionales se agregaron muchos amateurs franceses, también entusiasmados por el proyecto».

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