La bicicleta como medio de transporte es un modo de lucha contra el cambio climático, la congestión del tráfico y la contaminación. Y claro, pedalear es más económico. En el contexto de la pandemia del coronavirus y el miedo al contagio, su uso se convirtió en una de las opciones para protegerse del virus, ya que los ciudadanos la consideran más segura y una alternativa al transporte público. Según contaron comerciantes del rubro a El Ciudadano, aumentaron las reparaciones un 60 por ciento y las ventas hasta un 30.
Pablo tiene a cargo la Bicicletería del Abasto, de Entre Ríos al 1800, y recordó que por el confinamiento los negocios del rubro estuvieron cerrados durante un mes y reabrieron recién a mediados de abril con protocolo sanitario.
El comerciante remarcó que el sector se mueve más en primavera y en verano. «Hay dos picos, a fines de noviembre y diciembre (para las fiestas) y en marzo y abril, que este año se complicó por la cuarentena», explicó.
En referencia al aumento de consultas y ventas, dijo: «No sólo se notó por teléfono, también hay muchas consultas por redes sociales como Facebook e Instagram. Por la pandemia, mucha gente no quiere subirse a un colectivo, que además es caro».
Y agregó: «Antes vendíamos por día una bicicleta; hoy llegamos hasta tres. El que antes iba a trabajar pedaleando lo sigue haciendo. Y ahora se están sumando adeptos», explicó el comerciante.
Pablo explicó que hay una vasta variedad de bicicletas, pero todo depende del uso que le va a dar cada cliente. Por ese motivo, hay preguntas que no se pueden dejar pasar por alto a la hora de elegir una. Por ejemplo, para qué se la va a usar y cuál es la distancia que se recorrerá a diario.
El vendedor explica que para ir a trabajar lo ideal sería un rodado 28, de paseo. «Una versión de fabricación nacional con todos los chiches cuesta unos 23 mil pesos. Pero de ese mismo modelo, también hacemos una estándar. Se abarata el costo porque se hace con una soldadura más genérica, baja el nivel de los componentes y la terminación es diferente, y sale cerca de 17 mil pesos», cuenta.
El vendedor contó que el modelo de mountain bike es uno de los que más sale, pero no es recomendable para la ciudad.
«En nuestro local tenemos un taller de reparaciones y recibimos trabajo todos los días. Los precios varían porque todo aumenta. Lo nacional no aumentó tanto», agregó el comerciante.
Por su parte, Rodolfo tiene la bicicletería Kaiser, en avenida Alberdi al 200, y dijo que durante la cuarentena trataron de compensar las ventas por internet, y que al reabrir el negocio, empezaron de parabienes.
En Kaiser venden bicis de todo tipo: nuevas, usadas, indumentaria para la ocasión y también hacen reparaciones.
«Por la pandemia aumentaron las ventas de rodados un 20 por ciento aproximadamente. También las reparaciones. Antes, las consultas eran por motivos de salud, de ecología, otros no tenían donde dejar el auto. Ahora, con la vuelta a la nueva normalidad, los clientes argumentan que quieren evitar el transporte público por el coronavirus», explicó el vendedor.
El comerciante contó que los precios de los rodados oscilan desde los 11.900 pesos (playera) hasta los 500 mil, y más también.
Rodolfo explica que el 90 por ciento de lo que se vende en su bicicletería proviene de países asiáticos como China, Japón, Sri Lanka y Malasia, entre otros.
El comerciante advierte que Rosario se está «europeizando» con respecto al uso de la bicicleta. «Afortunadamente el trabajo en el rubro nos aumentó a todos. Tenemos todo tipo de clientes, el que va a trabajar a la obra y hasta los que compiten», contó.
En tanto, Camel tiene una tienda de biciletas en Alsina al 1200 y contó que en el marco de la pandemia se incrementaron las reparaciones en un 60 por ciento. Allí también crecieron las ventas.
«En el marco de la pandemia, nuestro taller de reparaciones no da abasto. Muchos clientes tenían la bici en desuso y optaron por ponerla a punto para usarla como medio de transporte. Todo el país está en plan de reciclaje. Es histórico», aseguró el comerciante.
El vendedor, explicó que si bien el rubro padeció un mes de parate por el confinamiento, en líneas generales, no se vio resentida la actividad.
«Somos distribuidores para todo el país y nuestro mercado apunta a las bicicletas de competición, que rondan los 43 mil pesos», dijo Camel.
El vendedor explicó que Taiwán y Japón, son dos de los países que mejor calidad de mano de obra calificada importa. «Andar en bicicleta es una forma de vida, una de las más lindas», relata.
Más pedales, mejores defensas
La realidad, es que lo que dure la crisis del coronavirus, moverse en bicicleta tiene beneficios para el sistema inmunológico. Además, es ecológica y eficiente: es un medio de transporte sustentable que evita el tráfico y disminuye el estrés.
En Rosario, un pasaje de colectivo cuesta 32, 50 pesos: uno de los más caros del país. A modo de ejemplo, si un trabajador tiene que tomarse dos colectivos todos los días para ir a trabajar, tiene que desembolsar casi 2 mil pesos mensuales.
No se sabe si esta ola de movilidad sustentable vino para quedarse o si es una estrategia para mitigar la pandemia. A veces, las crisis es una oportunidad y la industria del ciclismo lo vive en carne propia.