“Juan Manuel cumple hoy 27 años. Estamos desesperados, lleva 19 días desaparecido. Ya hicimos la denuncia pero nadie investiga. Por eso hacemos esto, para que alguien nos escuche”. Así pedía ayuda Sandra, la mamá del muchacho, en medio de gomas quemadas y carteles con la foto del mayor de sus cinco hijos, durante un corte realizado en la tarde de este martes en Circunvalación entre Uriburu y Ovidio Lagos. Mientras dialogaba con la prensa, un llamado le quebró la voz. Le avisaban del hallazgo de un cuerpo con un disparo en la nuca y semicalcinado en un descampado de barrio Tío Rolo. Al cierre de esta edición, la Fiscalía no había confirmado la identidad del cadáver, pero los investigadores no descartaban que se tratara del joven buscado.
“El 14 de julio llego a mi casa de Avellaneda y Lamadrid para ver cómo estaban mis hijos. Juan Manuel se estaba poniendo la campera. Le pregunté a dónde iba y me dijo que a dar una vueltita por el barrio. A su hermana le dijo que iba a la casa de un amigo. Después desapareció. Desde ese día no lo volvimos a ver”, contó su mamá a El Ciudadano acompañada por sus otros hijos de entre 19 y 23 años. “Él nunca desapareció así. Nunca se fue. Siempre estábamos en contacto”, aseguró Sandra durante el corte de calle, del que también participó el papá de sus hijos, la ex mujer de Juan Manuel junto a los dos hijos pequeños que tenían, vecinos y amigos.
Más dolor
Hace cuatro meses, Sandra, de 42 años, sobrevivió a un brutal ataque. Se encontraba junto cn su pareja en su casa de Avellaneda al 5200 cuando dos personas entraron al grito de “¿dónde está el rastrero?”. Ella no sabe a quién buscaban ni por qué les dispararon. Su compañero Luis Alberto Pastor, de 34 años, fue asesinado de dos balazos en la cabeza y el abdomen. A ella una bala le entró por la mejilla y le salió por la oreja.
Los dolores se cruzan. Sandra sostiene el afiche que en letras grandes dice: “Se busca a Juan Manuel Arias, desaparecido el 14 de julio de 2018. Necesitamos ayuda”, mientras cuenta que en unos días se cumplen cuatro meses del asesinato de su esposo.
En la pesquisa por el crimen de Pastor, hace poco hubo un reconocimiento de voz, para ver si coincidía con la persona que gritó «donde está el rastrero». «Pero no pasó nada», contó Sandra. Ese crimen lo investiga el fiscal de Homicidios Miguel Moreno. Fue el pasado 7 de abril. Entonces los pesquisas de la causa dijeron que había un sospechoso apodado Chavo, de apellido Vera o Pereira, junto con otro muchacho que no había sido identificado. Agregaron que desde hacía dos años tenían amenazado a Pastor y al hijo de su mujer, Sandra, por una vieja rencilla.
“Por el crimen de mi pareja no hay ningún responsable, no saben nada. No tengo idea por qué fue. Mi marido nunca se metió con nadie, había estado mencionado en un crimen pero no se encontró nada, fue absuelto”, recordó Sandra.
Búsqueda desesperada
Sandra dijo que, ante la desaparición de su hijo, lo buscó por todos lados. El martes pasado se presentó en la seccional 18ª, donde le dijeron que el día anterior lo habían detenido y liberado. Cuando le mostraron la foto, notó que era de otra persona, diez años mayor que su hijo, con el mismo nombre. “Me insistían que era mi hijo. Y yo les insistía que no. Que ese de la foto no es mi hijo. Y me decían que sí. Pero no era”, contó.
Además explicó que Juan Manuel no tenía pedido de captura, que había cumplido una probation y había quedado libre de todo. Y agregó: “Estamos desesperados. Queremos que nos escuchen. Mañana (por hoy) nos va a atender el fiscal Enrique Paz”.
Minutos después de las siete de la tarde, cuando los familiares de Juan Manuel levantaban el corte de Circunvalación porque ya habían hecho escuchar su reclamo por los medios, Sandra recibió la llamada de una amiga que le advertía sobre el hallazgo de un cadáver en barrio Tío Rolo. La mujer se desesperó y buscó que la llevaran al lugar. La Policía la trasladó al Instituto Médico Legal para cotejar si el cadáver encontrado era el de su hijo, o no.
Calcinado
Desde Fiscalía informaron que alrededor de las cinco de la tarde de este martes unos niños que jugaban en un descampado de barrio Tío Rolo, a la altura de calle 2121 al 3800, encontraron un cuerpo con quemaduras en los miembros inferiores y la cadera y un disparo en el lado izquierdo de la nuca.
Por el caso se le dio intervención la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro, quien ordenó que se le tomen las huellas dactilares para identificarlo y se le realice la autopsia de rigor. Una fuente allegada a la investigación dijo que el cadáver llevaba más de cinco días en esa zona descampada, a más de 500 metros de los clubes de rugby allí instalados y de la vivienda más cercana. Agregaron que por algunas características físicas puede tratarse del joven buscado.