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Una cuestión de compromiso

Lic. Érica Fontana*

Hacer un blog, o un canal de Youtube, en marzo de 2023, es casi algo cotidiano… Lo hace mi hijo de 12 años!! Pero en 2003, ahí estábamos, en las aulas de la “SIBERIA”, cerquita del río Paraná, en Rosario, los aspirantes a licenciados, en las clases de la primera camada del Postítulo en Periodismo de la UNR, intentando descifrar vocabulario y técnica, sobre cómo hacer una página web, con la guía y paciencia de los profesores. El camino hacia el periodismo digital daba sus primeros pasos.

Con mi equipo (Adriana Busiemi, Diego Montilla, Andrés Conti y Soledad Llobet) desarrollamos el proyecto El grano en el medio, una especie de página web para escribir sobre periodismo. Fue tan interesante la propuesta y el aprendizaje, que ese año, en 2003, propuse hacer la página de Canal 5 (por entonces yo era cronista y conductora de la edición del mediodía de Telefe Noticias local, junto a Ariel Bulsicco), pero la idea era demasiado adelantada para las necesidades del momento. Recién muchos años después, el canal Telefe Rosario, tuvo su página web y se convirtió en punto de referencia en materia de información local.

En aquel momento, la posibilidad de incorporar herramientas tecnológicas, además de la instrucción de excelentes periodistas, me hizo sentir que podía hacer un mejor periodismo. La formación que me dio el Postítulo de la UNR, fue fundamental para encarar nuevos caminos de crecimiento. Mayor formación académica, junto al trabajo cotidiano, es lo que da una visión cada vez más amplia para ejercer bien, o al menos lo mejor posible, este querido oficio de periodista.

Hoy las webs ya son historia, o un apéndice linkeable de las noticias que se ofrecen en las redes sociales, donde compiten contra el nuevo tema de Shakira, los videos virales, o los goles de la selección, sin olvidar las fakes news de turno.

En los últimos 20 años, los medios de comunicación cambiaron más que en sus más de 500 años de vida, de la imprenta de Gutenberg hasta hoy. El protagonismo de las redes sociales logró impregnar a las noticias, y a los periodistas, de un estilo cada vez más desestructurado, pero el compromiso con la información, y con la verdad, es lo que hace fundamental a la prensa y a sus trabajadores.

El periodismo necesita de la forma. Un efecto, un título con gancho y su versión retorcida del clickbait, una cara amable que cuenta la peor noticia, una voz estridente que eleva la indignación, una caricia al que sufre, una lengua de burla contra el poder. Pero para hacer periodismo, la forma precisa de un contenido sólido, y eso requiere formación, tener siempre los ojos y oídos atentos, y un hábito de lectura permanente.

Hoy cualquiera puede dar una noticia, todos los que usamos WhatsApp lo sabemos, pero el ejercicio del periodismo es lo que permite “desmalezar”, en el sentido de separar los hechos, de la malicia.

La formación es hermana inseparable de quién soy: nuestro deber como periodistas, es la cercanía. Se necesitan (necesitamos) periodistas que sientan empatía. Que la encarnen. Cada historia que contamos deja expuesta nuestra formación y nuestra forma de ser y de pensar…. La universidad es indispensable, pero la honestidad, la sensibilidad, y la responsabilidad son la base fundacional para ejercer nuestro oficio.

Fui alumna del Postítulo en Periodismo en la UNR en 2003, y sigo siendo aprendiz de todo. Y en esta etapa, mis hijos han resultado ser también grandes maestros. Estos días, eligieron una película que cierra con esta frase: “A no ser que a alguien como tú, le interese de verdad, nada cambiará”…(1)  Y es verdad. Sobre todo en periodismo: sólo comprometiéndonos, comunicando en primera persona, es que lograremos llegar a alguien, para que la vida de uno, o de muchos, pueda mejorar.

(1) Nota: la frase es de la película “El Lórax”, basada en el libro del escritor y caricaturista Theodor Seuss Geisel 

*Periodista / Telefe

 

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De sustantivos y adjetivos

Lic. Alejandro Hugolini*

La formación de los periodistas resulta la clave no sólo en el ejercicio de la profesión, sino también como garantía del derecho a la información de los ciudadanos. En el camino formativo, la universidad constituye un pilar ineludible. El contacto con material teórico actualizado, el estímulo de compartir espacios con docentes y pares y el acceso a nuevas herramientas tecnológicas no pueden ser reemplazados por los viejos modos de ingresar a la profesión.

Como en todo trabajo, ir de lo simple a lo complejo suele ser un camino acertado. Son imprescindibles en la formación del periodista: el conocimiento de la historia nacional (en las versiones de sus distintas corrientes historiográficas), de las relaciones internacionales (más allá del maniqueísmo del relato establecido), de la ciencia económica (al menos de las tres o cuatros escuelas principales).

Los libros de investigación periodística son una puerta de entrada interesante a estas cuestiones: empezando por los de los años 90 del siglo pasado, porque muchos jugadores todavía están en los equipos y son titulares. Y en este rubro conviene, al periodista en formación, prestar más atención a los sustantivos que a los adjetivos. Más dato y menos valoración. La valoración surge del dato y su análisis, no del adjetivo.

Otro elemento importante en la formación de los periodistas es el conocimiento de cuestiones básicas de sociología (del poder, de las religiones, de la posmodernidad, de la cultura). Una mirada sistemática, y que exceda las propias valoraciones y emociones, brinda elementos para el ejercicio responsable y eficaz de la profesión.

La tecnología juega un rol fundamental en la formación del periodista, sobre todo en el acceso a las fuentes de información y bases de datos. Luego, y en consecuencia, como forma de difundir el trabajo periodístico y recibir la retroalimentación de la audiencia.

Pero la formación no termina en la lectura y en el ámbito académico. En paralelo, el contacto del periodista con la gente y su acercamiento personal a los eventos políticos y sociales, así como el aprendizaje en las redacciones y los estudios, también hacen al crecimiento profesional.

Finalmente, todos hemos tenido referentes en el ejercicio de la profesión, y sus premisas son también parte de la formación “en la fragua”. Dejo aquí dos consignas que considero de utilidad: “El que lee tres horas por día es invencible” y “Siga la plata (los intereses económicos en juego en un conflicto que puede presentarse de otro modo) y no se va a equivocar”.

*Escritor

 

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