España tiene identidad futbolística, y esa es una de las principales razones de su éxito. La cosa no pasa por medir la dimensión del logro para saber si se alcanzó el objetivo trazado. España lo logró, eligió una forma de jugar y hasta de sentir el fútbol y así llegó a lo más alto del mundo del fútbol. Barcelona fue su escuela, Luis Aragones (ganó la Eurocopa 2008) y Vicente Del Bosque sus directores de orquesta. Alemania busca su lugar con una propuesta diferente a la que los caracterizaba, ya no son rígidos y aburridos. Tienen jugadores jóvenes que juegan a un toque con una agresividad que asusta. Alcanzó el tercer puesto, también puede darse por satisfecha y con la expectativa suficiente como para entender que va por el buen camino. ¿Argentina?, como dicen en el barrio: jugó a nada. La propuesta fue Diego Maradona, y a partir de su elección todo a contramano. Un mal plan, que puede alcanzar el éxito de modo circunstancial, no como consecuencia de un trabajo de base. A Messi no hay que mimarlo, para eso están sus seres queridos, a Messi hay que aprovecharlo. Argentina no tuvo lo que si distinguen a españoles y alemanes, identidad.
Jugadores hay y de buen nivel, pero qué se pretende hacer con la Selección. Hay un dato que no es menor, los alemanes juegan todos en Alemania, y los españoles en su mayoría también. Además tienen base en dos grandes equipos como son Barcelona y Bayern Münich. Está claro que es impensado suponer que un equipo argentino puede ser la base de la Selección, pero igual se debe buscar un estilo.
Diego Maradona armó un grupo humano que, al menos y a la distancia, pareció unido. Si hubo problemas no salieron aflote en el momento de la competencia. Pero eso no alcanza para ganar cosas importantes, sirve para la armonía del grupo. Nada más. terminar jugando con cuatro marcadores centrales en posiciones defensivas fue casi un suicidio, además de ir contra la corriente. Y tener tres puntas como Tevez, Messi e Higuaín, fue un desperdicio porque no tuvieron la asistencia adecuada de parte de los volantes. En suma, un potencial para nada. ¿Por qué?. Porque Maradona no entiende cómo juegan al fútbol las potencias, no pasa por tirar en la cancha lo mejor. Para por MECANIZAR EL TALENTO para aprovechar lo máximo de cada jugador.
Holanda, España y Alemania (dejemos a Uruguay de lado, por que lo suyo fue absolutamnente emocional más un tremendo Forlán), juegan con línea de cuatro, de la cual se desprenden los dos laterales de manera constante. Dos volantes centrales que suelen elevar a seis el número de defensores, cuando la situación lo amerita. Tres volantes creativos que pasan al ataque con la convicción de los delanteros, y un solo punta capaz de aguantar lo que le tiran, y tener la capacidad de descargar para los que llegan de frente. Argentina tiene nombres para cubrir los puestos, falta decisión.
Alguna vez Carlos Bilardo armó un equipo enrededor de Diego Maradona, casi como un clásico de los Tres Mosqueteros: «todos para uno, y uno para todos». Y con eso se llegó a campeón mundial, fue brillante el planteo porque el momento requería de una formación al servicio de un incontenible Diego Maradona. Bilardo tuvo la capacidad de rodearlo por obreros de buen pie como Héctor Enrique, el Checho Batista y Jorge Burruchaga. Por entonces Argentina sabía lo que hacía en una cancha. Algo que hoy no se nota, simplemente porque Maradona sigue siendo le mjor jugador de todos los tiempos. Y ese título de nobleza no lo habilita, al menos por ahora, para armar un conjunto confiable.